El Enigma

Una vez instaurada o establecida la reunión, todos hayan creado su personaje dramático y tengan su cuaderno de campo listo, toma la palabra el Anfitrión, exponiendo el enigma de forma breve y concisa, y del que evidentemente sabe la solución (sino apañados vamos).

Exponer significa “explicar brevemente”. Ha de quedar claro de que solo se trata de una primera exposición de información e ideas sobre el caso. Su función primaria no es contar por completo una historia o relatar un suceso o enigma, es simplemente explicar en qué consiste el caso; lo que se conoce como un primer acercamiento.

Por tanto, el relato debe ser escueto, y únicamente debe exponer el caso sin dar excesivos datos ni pistas; como ya he mencionado anteriormente, lo habitual es desvelar al menos el qué y el cómo, y después de realizar diversas indagaciones (y deducciones) los jugadores deberán encontrar el porqué, el dónde y el cuándo, para poder llegar al quién. Esta sencilla fórmula es una regla que suele funcionar bastante bien. Toda exposición de un caso debe ser unitaria y autónoma, esto es, debe poseer sentido completo y debe incluir todos los elementos necesarios para su primera comprensión. Los jugadores deben conocer y comprender de inmediato en qué consiste el caso, o en su defecto debe contener suficientes puntos de partida sobre los que comenzar la investigación.

También es importante recalcar a los jugadores, que puede ocurrir, sin entrar por ello en ninguna irregularidad, que alguno de los datos expuestos en el enunciado no sean verdaderos, o simplemente estén equivocados. Muchos casos pueden partir de unas premisas falsas o unas investigaciones previas erróneas, así que parte del trabajo de los personajes dramáticos es también ir descubriéndolas y validándolas a lo largo de la reunión; esto se conoce como verificar la veracidad de las premisas. La palabra «Detective» viene del inglés detective. Esta a su vez proviene del latín detectus y este del verbo detegere compuesto de de (quitar) y tegere (cubrir). Es decir, «quitar la cubierta». Imaginate una cebolla. La resolución del caso está en su interior, en la parte central. Para dejarla a la vista los jugadores estos deben ir quitando capas a la cebolla hasta llegar al centro. Para ello deben cribar las informaciones falsas o erróneas de las verdaderas.

Una vez el anfitrión exponga ordenadamente el enigma a los detectives de sillón que han acudido a la reunión, bravuconamente apostará quince libras (todo su ‘capital’) a que nadie de los presentes es capaz de resolverlo. Quince libras es más que un precio justo para una apuesta ya que hacer ostentación o alardear de una mayor riqueza no está bien visto en la compleja sociedad victoriana

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