Cómo se define un Personaje Dramático

Los personajes dramáticos en El Club de los Martes están definidos por seis descriptivos, también llamados clichés. Son seis representaciones estereotipadas de parcelas o aspectos de la época, y una forma de describir con simpleza seis características o aspectos relevantes del personaje.

  1. Nombre completo de su personaje dramático, con el prefijo del título nobiliario que le corresponda.
  2. Lugar de nacimiento o de residencia habitual.
  3. Profesión.
  4. Currículum académico y/o militar.
  5. Propiedades, viajes, condecoraciones, clubes, amigos, amantes o su familia, o aquello que considere digno de resaltar en su historial.
  6. Rasgo.

Clubes Londinenses Falkenstenianos

The Pickwick club

La mayoría de los hombres ricos en la época victoriana pertenecen a un club y los clubes de los que son socios están directamente relacionados con su personalidad e inquietudes. Toda la vida social neoeuropea de la alta clase social gira en torno al club. Sólo en Londres hay más de 100 clubes diferentes situados alrededor del Pall Mall y St. James.

Los clubes son, para muchos, como un segundo hogar, donde se puede comer, echarse la siesta, jugar al bridge o mantener discusiones privadas. Son el canal para establecer intrigas, donde los hombres de mundo se reúnen para discutir los secretos de este, y a su vez se pueden hacer contactos muy provechosos. Un buen club dispone de todo lo que un miembro pueda pedir: una bodega y un comedor excelente, bibliotecas con paneles de madera y salas de lectura con los últimos libros y periódicos, así como salas de fumadores con pesados sillones de cuero y bares abiertos prácticamente las 24 horas.

Clubes Londinenses Falkenstenianos:
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Agatha Christie, la duquesa del crimen (100 formas de matar por envenenamiento)

Agatha Christie

Agatha Christie fue una maestra del crimen. Persistió en su vocación de escritora adoptando cada circunstancia de su vida como fuente de inspiración para armar una ficción. Su trabajo de enfermera responsable de toxicología que tomó durante ambas guerras mundiales le proporcionó elementos para urdir fatales envenenamientos.

Si bien es cierto que a pesar de que en cualquier libro de toxicología hallaremos que el veneno puede administrarse por distintos conductos, y formas, la novelista era una maestra en saber administrarlo de la forma más creativa. Junto al típico envenenamiento por arsénico, y los más refinados por nicotina, aconitina, cianuro, etc., se puede inhalar el tóxico, o bien ser administrado en inyección, mezclado con el tabaco de un cigarrillo, o en una crema de afeitar o de belleza… Dice la leyenda, con más o menos fundamento, que el apuesto caballero español Juan de Austria murió por el veneno que impregnaba sus ropas. Si se añadimos a esto la inoculación de virus o bacterias, tenemos todo un muestrario de formas de matar por envenenamiento. He aquí la lista completa de todas las formas que utilizó la duquesa del crimen en sus novelas:

HeroinVeneno por la boca:

Envenenamiento por estricnina.
Envenenamiento en el café.
Otro envenenamiento.
Somníferos en el whisky.
Estricnina en una botella de vino (Hidrocloruro de morfina, soluble).
Atropina en un vaso de agua.
Cambio del frasco de sales por cianuro potásico.
Digitalina (hierbas de dedalera).
Cianuro potásico (suicidio frustrado).
Envenenamiento paulatino con arsénico. Luego, en forma fulminante con estricnina.
Ocho gramos de morfina en la cerveza.
Nicotina en un combinado.
Nicotina en el oporto.
Veneno en bombones.
Acido hidrociánico en un refresco.
Sustitución del jarabe de higos por tinte de sombrero.
Sustitución de agua por corrosivo.
Estrofantina, que ataca al corazón, en ginebra rosa.
Fósforo.
Cianuro potásico.
Cloral.
Estricnina en unas ostras.
Cianuro potásico en el champán.
Simulación de gastritis aguda.
Barniz de sombreros (ácido oxálico).
Hidrocloruro de morfina en el té (aparentemente, en un emparedado).
Conicina en la cerveza (hidrocloruro de conicina, extraído de la cicuta).
Cianuro.
Cianuro en el champán.
Vino emponzoñado.
Envenenamiento lento.
Con arsénico.
Sustituyendo sellos para dormir por arsénico.
Con arsénico, varios.
Sustitución de insulina poreserina para los ojos.
Digitalina en el chocolate.
Sustitución de pastillas de aspirina por veneno.
Cocaína.
Ptoína.
Envenenamiento fingido con arsénico.
Toxina en el café.
Cianuro en el té.
Morfina.
Envenenamiento de una mujer alcohólica.
Envenenamiento de la propia madre.
Con arsénico.
Con pastillas de acónito.
Con talio, varios.
Sedante en un «daikiri».
Simulado con arsénico en el café.
Hidrato de cloral.
Cianuro dentro de una cápsula contra la alergia.
Por accidente, con una cápsula contra la alergia.
Veneno en el chocolate.
Morfina en un vaso de leche.
Leche envenenada.
Digital.
Arsénico.
Morfina.
Cianuro de potasio en la cerveza.
Varios.

(En cuanto a la nicotina. Mis. Christie nos dice que «el alcaloide puro es un líquido inodoro y bastan unas gotas de él para matar a un hombre casi instantáneamente.. Sin embargo, se emplea para usos comunes. En solución, se usa para regar los rosales»).

También demuestra conocer los antídotos: «… una solución de bicarbonato de sosa, y una dosis de aceite de oliva. Para el dolor, una inyección de sulfato de morfina».

En una ocasión cita el «Scheele green», veneno utilizado para empapelar paredes.

Veneno por otros conductos:

Inoculación de virus de septicemia.
Acido cianhídrico inhalado.
Inyección de veneno, y la víctima quemada en una estufa.
Veneno en una ampolla de cristal que se rompe por el sonido.
Acido prúsico en un cigarillo (suicidio).
Veneno de serpiente de árbol o bommslang (Displiolidus Typus), en una pequeña flecha en el cuello, sin cerbatana.
Inyección de Evipán, anestésico combinado con los efectos de un barbitúrico.
Infección de ántrax por brocha de afeitar.
Enfermedad tropical inoculada.
Inyección de digitalina.
Inyección de cianuro.
Infección septicémica de una herida en un dedo.
Inyección en la encía de adrenalina y procaína.
Ungüento envenenado.
Sulfato de atropina en la brocha de afeitar, a fin de provocar la locura.
Inoculación de microbios: colitis ulcerativa, tifus y neumococos, y tuberculosis.
Inyección de estrofanto.
Inyección de ácido fórmico para simular picadura de abeja.
Inhalación de ácido prúsico en lugar de la medicina contra el catarro.
Belladona en una crema de belleza, que produce trastornos mentales.


(Lista extraída de «Anatomía de Agatha Christie» de Carolina-Dafne Alonso-Cortés)

Las 8 novelas más importantes del género policiaco

Poirot & Hastings

Podría extenderme durante días y cientos de páginas acerca de las fuentes literarias utilizables como inspiración para el Club de los Martes, pero tampoco quiero aburrir al lector, así que en su lugar tenéis, en mi humilde opinión, aquellas obras que os recomiendo leer primero para impregnaros por completo del espíritu detectivesco del juego. He aquí las 8 novelas/relatos que yo considero más importantes dentro del género policíaco:

1.- Los Crímenes de la calle Morgue (Edgar Alan Poe)

Aparte de ser considera el primer relato policíaco de la historia por muchos, es asimismo el primer misterio de «habitación cerrada», en el que se reta al lector a explicar un enigma aparentemente insoluble y planteado en un ámbito muy concreto y delimitado. Y es el primer relato de Poe donde aparece Auguste Dupin, detective en el que se basó Doyle para crear su Sherlock Holmes.

2.- La Piedra Lunar (Wilkie Collins)

La piedra lunar es considerada la primera novela policiaca británica. Sorprende además por su extensión (más de 700 páginas), ya que, sostener el interés en una historia que depende de la solución puzzlesca de un enigma durante tanto tiempo requiere de grandes dotes que ni siquiera Doyle poseía.

3.- El Caso Lerouge (Emile Gaboriau)

El primer relato de detección de Gaboriau escrito en 1863 es también la primera verdadera narración larga de ese genero, por lo cual los franceses le atribuyen ser el primer autor del «roman policier». En ellla aparece Mr. Lecocq un personaje secundario que tomara pronto el protagonismo de todas las historias policiales de Emile Gaboriau que vendrán después.

4.- Estudio en Escarlata (Arthur Conan Doyle)

La primera aventura donde aparece Sherlock Holmes, fue escrita en 1886, pero hasta finales de 1887 no apareció publicada. En esta novela, el detective conoce a su fiel acompañante y amigo, el Doctor Watson, quien venía después de trabajar como doctor militar en la guerra de Afganistán. Este llega a vivir al apartamento de Holmes cuando un amigo suyo le ayuda a buscar un lugar donde quedarse.

5.- El Misterio del Cuarto Amarillo (Gastón Leroux)

En una habitación cerrada se comete un crimen: todos en la casa pueden escuchar los gritos de auxilio de la víctima desde su interior, disparos, ruidos de golpes y muebles que se caen, pero nadie puede entrar a socorrer a la joven que está siendo atacada: la puerta del cuarto amarillo está cerrada por dentro.

6.- El Candor del Padre Brown (Gilbert K. Chesterton)

De las historias de G.K. Chesterton protagonizadas por el padre Brown, Jorge Luis Borges dijo una vez que aún se recordarían cuando el género policíaco hubiese caducado. Pero en las historias detectivescas del padre Brown hay un rasgo que llama la atención: el protagonista no es un detective privado, ni un policía, ni siquiera un aficionado a resolver crímenes; es un sacerdote papista en plena Inglaterra anglicana, y ni siquiera se preocupó de hacerlo simpático a los lectores.

7.- El Misterioso Caso Styles (Agatha Christie)

Escrita en 1920 mientras Agatha Christie colaboraba en la farmacia de la cruz roja durante la primera Guerra Mundial. Se trata de la primera novela donde aparece Hercules Poirot.

8.- Asesinato en la Vicaria (Agatha Christie)

Escrita en 1930, es la novela donde Mrs. Marple debuta. La modosa simpática dama solterona de Saint Mary Mead, como si tal cosa, entre chácharas y reuniones de té, atando cabos, desentrañó misterios a lo largo de una docena de novelas y de varios cuentos.


PD. Si alguien sabe donde conseguir una edición digital gratuita de «El Caso Lerouge» que lo diga.

Hércules Poirot

Hércules Poirot

Hércules Poirot (1)

Renombrado investigador (3), de origen belga (2), conocido sobre todo por resolver misterios que la policía no era capaz de dilucidar. Antiguo miembro de la Policía belga. Llegó a Inglaterra como refugiado durante la Primera Guerra Mundial, y ya no abandonó el país, donde se estableció como detective privado de gran éxito (4). Es un hombrecillo que a primera vista pasa desapercibido, y para muchos es incluso gracioso. Su sobresaliente inteligencia y su capacidad para la lógica y el razonamiento le han llevado a uno de los primeros puestos de la investigación mundial; es meticuloso, pulcro y excesivamente ordenado (6). Lleva un grueso y puntiagudo bigote que le caracteriza. Físicamente es rechoncho, pero sus movimientos son ágiles y demuestran un alto control de sí mismo. Entre sus amistades destaca el capitán Arthur Hastings, compañero de Poirot en varias de sus aventuras y su Watson particular, su mayordomo George, su secretaria Felicity Lemon, el inspector Japp, de Scotland Yard y la escritora Ariadne Oliver (5).