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Londres, de Virginia Woolf

LondresPocas escritoras están tan asociadas a Londres como Virginia Woolf, que supo convertir la ciudad del Támesis en uno mas de sus personajes.

En este libro se reunen seis piezas que la autora de La Sra Dalloway escribió en 1931 para la revista Good Housekeeping sobre distintos aspectos de la vida, la arquitectura, las gentes y la historia de Londres. El primer artículo, titulado \\\»Retrato de una londinense\\\» se creía perdido hasta hace poco tiempo.

En los diferentes artículos, Virginia Woolf traza, como si del cuaderno de apuntes de un pintor se tratara, el retrato de Londres: la bruma de los muelles, la marea humana que fluye por Oxford Street, las casas de los grandes escritores, los pináculos góticos de abadías y catedrales o el esplendor de la Cámara de los Comunes. Iluminados con fotografías de la época, estos textos se convierten en deliciosos paseos por una de las grandes capitales de la literatura occidental.

Disfrutadlo.

Underground, el metro de Londres

London Underground Map 1889

A lo largo de la primera mitad del siglo XIX Inglaterra sufrió un gran desarrollo del ferrocarril, principalmente hacia Londres, la capital del mundo. Las diferentes compañías ferroviarias construían «estaciones término» en Londres, uniendo así la ciudad con diferentes puntos del país. Muchas de las compañías (en especial las que llegaban desde el norte, el este y el oeste) situaban las estaciones de llegada a cierta distancia de la City, por aquel entonces el núcleo principal de la ciudad. Cuando se construyó en la década de 1830 la llamada «New Road» (en la actualidad Farringdon Street), se planeó el desarrollo de una línea de ferrocarril suburbano aprovechando la ruta del río Fleet, el mayor río subterráneo de la ciudad y que desembocaba en el Támesis cerca de la catedral de San Pablo, en plena City. El plan ideado era perfecto, ya que esta línea permitiría unir la City con las estaciones término de las afueras. No fue el único plan de ferrocarril subterráneo; otros muchos diseños de ferrocarriles subterráneos poco profundos  fueron apareciendo desde 1844. Dos razones provocaron este hecho: por un lado, el estar inmersos en pleno apogeo de la Railway Mania, una burbuja económica en torno al ferrocarril, y también el aumento del tráfico en la ciudad que hacía falta imperiosamente un reordenamiento del plan urbanístico. Sin embargo, de entre todos esos diseños realizados muy pocos llegaron en realidad a buen puerto.

King's Cross StationDespués de la Gran Exposición de 1851, un punto de inflexión en todos los sentidos en la época victoriana, se planteó un nuevo proyecto para el cauce del río Fleet: una línea de ferrocarril de vía ancha, trocha (espacio que media entre los dos rieles de una vía férrea) utilizada por la compañía Great Western Railway, hasta la estación de Paddington (operada por la GWR). Esta estación contaba con el inconveniente de ser la más lejana a la City de todas las estaciones término. Así, gracias a esta línea se unirían las estaciones término de Paddington, Euston y King’s Cross con la City. La empresa encargada de su construcción se iba a llamar «Bayswater, Paddington and Holborn Bridge Railway», aunque con posterioridad el nombre elegido fue «North Metropolitan Railway». Aunque el proyecto estuvo a punto de cancelarse en 1853, la compañía GWR se comprometió a apoyar la construcción, siempre que se garantizara que la línea llegara hasta Paddington al oeste y hasta la City al este. Otra compañía implicada, la «Great Northern Railway» (GNR), propietaria de la estación término de King’s Cross, también se comprometió a suministrar su apoyo. Así, la North Metropolitan Railway fue refundada el 7 de agosto de 1854, con el nombre «Metropolitan Railway» (MetR).

En el año 1854 se construyeron seis terminales de ferrocarril en las afueras del centro de Londres: London Bridge, Euston, Paddington, London King´s Cross, Bishopsgate y Waterloo. En esa época, únicamente la estación de Fenchurch Street estaba localizada en la actual City.

La congestión de tráfico en la ciudad y en sus alrededores aumentaron considerablemente en ese periodo, en parte debido a la necesidad de los viajeros de ferrocarril de llegar a su destino en el centro de la ciudad a través de sus carreteras y calles. La idea de construir un metro, que conectara la ciudad con las principales terminales de ferrocarril, fue propuesta por primera vez en la década de 1830, pero no fue hasta la década de 1850 que la idea tomó forma como una solución a los incipientes problemas de tráfico.

Tren Subterráneo

El primer tren subterráneo

En el año 1855 un Acta del Parlamento aprobó la construcción de un metro entre la estación Paddington y Farringdon Street vía King´s Cross, la cual se llamó tren Metropolitan. El “Great Western Railway (GWR)” dio apoyo financiero a este proyecto cuando se acordó que se construiría un empalme que uniría el metro con su principal terminal Paddington. Además también se acordó que diseñaría trenes especiales para este ferrocarril subterráneo.

La escasez de fondos retrasó esta construcción durante varios años. El hecho de que este proyecto se pusiera en marcha fue gracias a la presión de Charles Pearson, quien en aquella época era procurador de la “City of London Corporation”. Pearson apoyó la idea de un tren subterráneo en Londres durante varios años, y abogó por el plan de demoler ciertas zonas insalubres que serían sustituidos por nuevos alojamientos en las zonas suburbiales, ya que el nuevo metro mejoraría el transporte desde el centro hacia esos lugares.

Aunque Pearson nunca ha estado relacionado con el funcionamiento de la primera línea Metropolitan, es reconocido ampliamente como uno de los primeros visionarios del concepto de ferrocarril subterráneo. En el año 1859, fue Pearson quien persuadió a la “City of London Corporation” para que ayudara a financiar el plan. El trabajo finalmente comenzó en febrero del año 1860 bajo la dirección del ingeniero John Fowler. Pearson murió antes de que el trabajo fuera terminado.

Metropolitan Underground RailwayEl tren Metropolitan se inauguró el 10 de enero de 1863. Casi 41.000 pasajeros viajaron en aquel primer viaje, en vagones descubiertos que iban bajo tierra y tirados por locomotoras de vapor. Los frecuentes trenes pasaban y recogían pasajeros cada 10 minutos, y transportó una media de 26.000 pasajeros al día, a los pocos meses de su apertura. La línea Hammersmith & City se abrió el 13 de junio de 1864 entre Hammersmith y Paddington. Los servicios fueron operados en un principio por GWR (Great Western Railway). El 23 de diciembre de 1865 la extensión oriental de la línea Metropolitan se abrió en Moorgate Street. Más tarde y en esa década se abrieron otras ramas en Swiss Cottage, South Kensington, Addison Road, y Kensington (ahora conocido como Kensington Olympia). El metro tenía inicialmente un ancho de vía dual, lo que permitía su uso por parte de máquinas de la “Great Western Railway (GWR)” y por aquellos que usaran el ancho de vía estándar. Pero ciertos desacuerdos con GWR forzaron que el Metropolitan cambiara a una vía estándar en el año 1863 después de que GWR retirara todas sus acciones del proyecto. Estas diferencias fueron más tarde remendadas, pero de cualquier forma la vía ancha fue retirada totalmente en marzo de 1869.

El 24 de diciembre de 1868, el “Metropolitan District Railway” comenzó a ofrecer servicios entre South Kensington y Westminster usando el tren Metropolitan y sus vagones. La compañía, la cual pronto sería conocida como “District”, fue incorporada por primera vez en 1864 para completar la línea circular alrededor de Londres en colaboración con la línea Metropolitan. Esto formaba parte de un plan para construir una línea circular interior y una línea circular exterior alrededor de Londres.

Baker Street Station ProjectPronto se desarrolló una rivalidad en las líneas District y Metropolitan. Esto retrasó significativamente la realización del proyecto de la línea circular ya que las dos compañías competían por construir líneas en los suburbios de Londres. La compañía “London and North Western Railway (LNWR)” comenzó a realizar su servicio Círcular Exterior desde Broad Street vía Willesden Junction, Addison Road y Earl´s Court hacia Mansion House en el año 1872. La línea circular interior no fue completada hasta el año 1884, funcionando junto con las líneas Metropolitan y District. Mientras tanto, District terminó su ruta entre West Brompton y Blackfriars en 1870, con un intercambiador con Metropolitan y South Kensington. En 1877, comenzó a funcionar su propio servicio desde Hammersmith hasta Richmond, en una línea que fue originariamente abierta por “London & South Wester Railway” en 1869. Entonces District abrió una nueva línea desde Turnham Green hasta Ealing en 1879, y extendió su ramificación de West Brompton hacia Fulham en 1880. Durante la misma década el Metropolitan se amplió hacia la estación  de Harrow-on-the-Hill en la zona noroeste. Fueron tiempos que sin duda, las compañías luchaban por repartirse el pastel.

Picadilly LineLos primeros túneles del metro fueron excavados usando el método de construcción conocido como “cortar y cubrir”. Esto ocasionó grandes problemas ya que requería la demolición de la mayoría de las propiedades que había en la superficie. Los primeros trenes eran de vapor, lo cual requería una ventilación eficaz hacia la superficie. Los pozos de ventilación en varios punto de la ruta permitían a los motores expulsar el vapor y coger aire fresco dentro de los túneles.

El 7 de diciembre de 1869, el “London, Brighton and South Coast Railway (LB&SCR)” comenzó a operar entre Wappping y New Cross Gate usando el túnel del Támesis que fue construido por Marc Brunel y su hijo Isambard Kingdom Brunel. Usaron un método revolucionario en su construcción protegiendo su estructura, lo cual hizo posible su realización. Este túnel ya se había abierto en 1843 como un túnel peatonal, pero en 1865 fue comprado por el ELR (un consorcio de seis compañías ferroviarias) y fue convertido en un túnel ferroviario.

A finales de la década de 1880, los ferrocarriles subterráneos, o metro, alcanzaron Chesham con la Metropolitan, Hounslow, Wimbledon y Whitechapel con la District y New Cross con lo que actualmente se conoce como London Overground. A finales del siglo XIX, la Metropolitan había ampliado sus líneas fuera de Londres hasta Aylesbury, Vernay Junction y Brill, creando nuevos barrios a los largo de su ruta.

Fue entonces cuando el tren metropolitano alcanzó cifras inimaginables, en esta década, apenas veinte años tras su inauguración, llegaría a transportar 40 millones de pasajeros anuales. Ahí es nada.

Harrod’s

Harrod's

Fue uno de los primeros grandes almacenes surgidos en el siglo XIX y, uno de los más importantes de la época. Surgió en base a una pequeña tienda de ultramarinos situada en el Oeste de Londres (se trataba de una serie de almacenes individuales unidos entre sí en Brompton Road) y que Charles Digby Harrod heredó de su padre.

Gracias al empujón de la Gran Exposición de 1851 el comercio de calidad se trasladó a la zona de West End, dónde se ubicaba dicho almacén. Por ello ya en 1868 empleaba a 5 vendedores y tenía una facturación semanal de 1.000 libras, y en 1880 a 100. Cuando en 1889 se creó la Sociedad Anónima contaba ya con 140.000 libras esterlinas.

Harrod´s fue además uno de los primeros almacenes que abogó por los derechos de sus trabajadores, sobre todo tras la contratación de Richard Burdidge quien, estableció una jornada laboral de 7 horas con un descanso semanal los jueves a partir de las cuatro de la tarde. Hasta entonces las jornadas laborales se alargaban de lunes a domingo de 6/8 de la mañana (dependiendo del lugar) hasta las 10 de la noche, a excepción de los sábados en los que la jornada se alargaba hasta medianoche (horarios de los trabajadores de mercerías). Todo ello incluso antes de que en torno a 1894 se aprobara en el Parlamento la “Ley sobre horas de trabajo en los almacenes”, por la cual se prohibía el empleo de jóvenes más allá de 74 horas por semana.

No fue únicamente precursor en cuestiones laborales si no también en otros aspectos como la instalación de escaparates hacia la calle alumbrados con luz de gas que dejaban encendidos toda la noche y en 1898 instaló una escalera eléctrica a la vez que cajas registradoras, luz eléctrica… .

A pesar de todo su éxito, el señor Harrod era poco dado a la publicidad, había puesto anuncios en prensa, había repartido octavillas y en 1870 había impreso su primer catálogo pero siempre se negó con rotundidad a anunciar su almacén con hombres-sandwich o pregoneros.

Sin embargo, su éxito pronto le derivó a un gran problema, la expansión. Ya que la desmesurada urbanización le había reducido las posibilidades de comprar los terrenos adyacentes para expandirse por lo que opto por hacerlo a lo alto, así en 1873 añadió dos pisos más a la estructura original (de esta forma evitaba también el aumento de los impuestos).

Harrod's 1909

Ofrecía productos de buena calidad que atraían a gente acomodada, además cada producto venía etiquetado con un precio fijo y si no satisfacía al cliente se le reembolsaba el dinero o se le cambiaba el producto. Por otra parte vendía entre un 15 y un 20 % más barato que los pequeños comercios, y cada determinado tiempo hacían saldos (duraban entre cuatro y seis semanas) para deshacerse de los stocks. Incluso llegó a establecer un sistema de crédito para gente de confianza. Además, todo aquello que se compraba en los almacenes era enviado a la casa del comprador al día siguiente.

Dichos productos se colocaban en estanterías a las que el cliente tenía acceso por lo que, el vendedor ya no iba al cliente, el cliente iba al vendedor cuando tenía una duda.

En el catálogo de 1895 contaba ya con más de 75 secciones desde los primigenios ultramarinos al salón de peluquería, pasando por el alquiler de coches o la oficina de empleados del hogar.

CHARLOT, M./ MARX, C. (Dir). : “ Londres 1851-1901”. La era victoriana o el triunfo de las desigualdades”. Editorial: Alianza.

La prostitución en el Londres victoriano

La prostitución en el Londres victoriano

La prostitución en el Londres decimonónico era algo de lo más habitual, llegándose a calcular un número de 2.000 mujeres dedicadas a ello en los barrios bajos, y ya en torno los años cincuenta, las estadísticas policiales llegaron a contabilizar hasta 8.600 (lejos de la cifra dada por la prensa que rondaba las 120.000). Sin embargo la clandestinidad implícita del acto provocará que el número total de prostitutas sea desconocido.

La mayoría de estas prostitutas eran mujeres de muy diversa nacionalidad (aunque predominaban las alemanas y las irlandesas, sobre todo en el ejército), y se dedicaban a ello exclusiva o parcialmente (muchas mujeres se dedicaban a la prostitución después de finalizar su horario laboral, y eran conocidas como las dollymops). Y a pesar de lo que se pensaba en la época, la mayor parte de ellas se dedicaban a ello por placer. Ya que los salarios de la mayor parte de los trabajos eran excesivamente bajos, las costumbres ligeras (entre las clases bajas el sexo no estaba tan mal visto por lo que una vez comenzaban, y descubrían que ganaban más dinero, no lo abandonaban), la vanidad (era la única forma de lograr vestidos que no fueran de sarga o complementos de todo tipo), los empleos sedentarios combinados con la falta de ejercicio físico y finalmente la ausencia, en la mayoría de los casos, de cualquier tipo de atención por parte de los padres.

Muchas de ellas, comenzaban prostituyéndose en las calles con una clara ansia de promoción social. La gran mayoría de ellas no lo lograba pero, anhelaban como un sueño la obra de “la Quilla”, hija de un marinero irlandés de Liverpool que sedujo al marqués de Harlington, al duque de Devonshire (quien la instaló en una casa en Mayfair), a Sir Edwin Landser y a Alfred Austin. En los años sesenta marchó a París y se la pierde de vista tras su relación con Achille Fould. Otras prostitutas conocidas por casarse con un aristócrata fueron Laura Bell, Agnes Willoughby y Kate Cook.

Pero la realidad es que la mayor parte de las prostitutas no tenían dinero casi ni para subsistir.

Solían ubicarse sobre todo en los barrios más pobres del East End, destacando sobre todo Whitechapel, aunque también podíamos encontrarlas cerca de teatros, centros de ocio masculinos, y en burdeles de mejor o peor categoría. Cada noche podían llegarse a juntar hasta más de 500 más allá de Regent Street. Es más, a partir de las tres de la tarde, era casi imposible que una mujer honesta bajara de Haymarket hasta el Strand.

Iban excesivamente maquilladas, con mucho colorete y polvos en la cara, vestidos parecidos a los de las damas pero de colores más chillones y de telas más baratas (aparte de que esos vestidos solían estar sucios). Llevaban sombreros con plumas exageradas y la ropa interior utilizada era reducida a la más mínima expresión.

La prostitución en el Londres victorianoDe todas formas muchas mujeres ejercían la prostitución en contra de su voluntad, por lo general en burdeles o casas, y muchas de ellas sin haber alcanzado siquiera la edad núbil. Ya fuera por haber sido vendidas, entregadas como pago o por haber sido seducidas (aunque tan sólo un 4 % se podrían enclavar en esta categoría según Merrick). En este tipo de burdeles se tendían a hacer subastas de estas mujeres, siendo las que mayores precios obtenían las niñas vírgenes que no habían alcanzado la edad núbil.

Una gran fuente de información para hacernos una idea más clara, fue la obra llevada a cabo por el Reverendo G.P. Merrick, capellán en la prisión de Millbank, en 1890. Calculó que más del 90 % de las prostitutas encarceladas eran hijas de obreros semi o no especializados, y más de la mitad de ellas había trabajado como criada.

Ya refiriéndonos a las prostitutas acogidas en los centros de caridad, podría decirse que más o menos el 60 % vienen de familias monoparentales, ya fuera por muerte de uno de los progenitores o a que se desconociera el padre. Y la edad media a la que se declaraba haber perdido la virginidad era a los 16 (pero tan sólo entre las anglicanas que sabían leer y escribir). Aunque lo normal es que una mujer comenzara a dedicarse a la prostitución a partir de los 18 – 19 años.

Esta edad es algo más elevada gracias a sucesivas leyes por las que la edad núbil de las niñas aumentaba, así hasta 1871 eran los 12 años, después ese mismo año se pasó a 13 y a partir de 1875 a 16 años. Esa legislación más represiva, llevó también a crear asilos para prostitutas, a disminuir notablemente el número de “casas de tolerancia” ubicadas principalmente en la Avenida Radcliff (el cierre de esos locales provocó el traslado masivo de prostitutas a terrazas de los Music Hall, sobre todo a partir de 1860), y finalmente en 1885 a castigar el trato de blancas, imponiéndose penas carcelarias y multas a los propietarios de locales, así como a aquellos hombres que mantenían amantes.

De todas formas, la prostitución no era legal, pero a pesar de la Metropolitan Police Act de 1839, por la que se intentó erradicar de las calles, no se logró mucho. Es más, se llegó al punto de que los ciudadanos respetables las defendían por el trato recibido por la policía.

Se crearon así numerosos hogares y asilos para prostitutas, en los que se pretendía que dejaran atrás su trabajo y se reintegraran en la sociedad. En Mayhew por ejemplo había 19, con nombres tan rimbombantes como “el asilo para mujeres arrepentidas de Gran Bretaña”, también podíamos encontrar en Islington o en Euston Road. Muchas de las mujeres que salían de estos centros solían ser enviadas a las colonias como criadas, dónde la mayoría volvía a reincidir.

La prostitución en el Londres victorianoOtro de los grandes problemas de la prostitución fue la transmisión de enfermedades venéreas, llegándose a establecer que más de un tercio de las enfermedades sufridas por el ejército británico eran de este tipo. Lo que llevó a que entre 1864 y 1869 se votaran leyes para controlar la expansión de este tipo de enfermedades, leyes que se aprobaron en más de 11 ciudades con guarnición y puertos comerciales, pero no en Londres. Se estableció que toda aquella prostituta que quisiera trabajar en estos lugares debía declarar su actividad y, por lo tanto, entrar a formar parte de una lista. Cualquiera de ellas que levantara sospechas de poseer algún tipo de enfermedad debía ser sometida inmediatamente a un examen médico, de no superarlo se le prohibiría continuar prostituyéndose, pero si se negaban a someterse a ese examen serían conducidas hasta un juez. Toda prostituta declarada enferma debía ser ingresada en un hospital supuestamente especializado y que recibía el nombre de lock hospital.

El problema en Londres fue que desde un principio se acusó unilateralmente a las prostitutas de la transmisión de este tipo de enfermedades. Lo que provocó un gran movimiento de afinidad hacía ellas encabezado por Josephine Buttler, esposa de un director de escuela de Liverpool, y por el que se terminó reclamando el derecho a que la mujer tomara la iniciativa para poder enfrentarse a las normas sexuales establecidas por la sociedad. 16 años después y con un gran apoyo masculino lograron que la anterior ley fuera derogada por ser un ejemplo de discriminación sexual.

Este movimiento llegó incluso a hacer eco en las damas de la burguesía, que llegaron a declarar que el matrimonio no estaba excesivamente lejos de la prostitución. Además aseguraron que sin castidad masculina, nadie debía esperar castidad femenina, o sino que dejando atrás la moral establecida en la época, se dejara a una dama satisfacer sexualmente a su esposo.

La prostitución homosexual también existía, pero la rígida moral de la época la supeditaba a burdeles clandestinos, o a los rincones más oscuros del West End.

CHARLOT, M./ MARX, C. (Dir). : “ Londres 1851-1901”. La era victoriana o el triunfo de las desigualdades”. Editorial: Alianza