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Turno de Palabra

Cuando un jugador toma la palabra, puede realizar una de las dos siguientes acciones: formular una pregunta o pasar. Si quiere formular una pregunta al anfitrión, el jugador debe gastar una libra de su capital que pasa a formar parte del bote o reserva (añadiéndola a las quince que apostó inicialmente el anfitrión más las que se han ido apostando a lo largo de la reunión).

FORMULAR UNA PREGUNTA

«La imaginación es algo muy peligroso y los abogados lo sabemos demasiado bien. Ser capaz de examinar las pruebas con imparcialidad y de considerar los hechos sólo como factores, me parece el único método lógico de llegar a la verdad. Y debo añadir que, por experiencia, sé que es el único que da resultado». (Mr. Petherick)

Las pruebas, o el cómo formular una pregunta

Si un jugador quiere formular una pregunta, debe realizar una única pregunta al anfitrión sobre el caso, interpretando lo mejor posible su personaje dramático (o detective de sillón) e intentando en todo momento que sea lo más concisa posible y que no deje lugar a la duda. Puede formularla de la manera que le plazca, puesto que no está limitado por ninguna norma, salvo las que rigen el comme il faut. Así mismo es recomendable, aunque no estrictamente necesario, que esté relacionada con uno de los cinco elementos fundamentales, ya que no hace falta recordar que es precisamente lo que buscamos descubrir.

La pregunta que se plantee al anfitrión debe de hacerse de tal forma que la respuesta que se de solamente sea SI o NO. Las preguntas que no se ajusten a esto no deberán ser respondidas por el anfitrión por improcedentes; en esto hay que ser extremadamente riguroso. Y aquellas que tengan una respuesta no útil para el caso deben responderse con un CARECE DE IMPORTANCIA.


La Respuesta del Anfitrión

Si o No:Una vez hecho el pago conveniente, el anfitrión debe responder siendo en todo momento veraz y ciñéndose al código de honor que rige la conducta de la sociedad victoriana. No le está permitido mentir, y por tanto la respuesta que de, debe ajustarse por completo a lo que se pregunte; lo que significa que tiene que intentar evitar en todo momento el andarse por las ramas, las divagaciones, ni despistar a los detectives de sillón con datos irrelevantes o demasiado confusos. En otras palabras, debe ser justo y sincero e ir directamente al grano. Esto implica que, si en la pregunta hay algo que es verdad y algo que no, la respuesta será NO. Esta es precisamente una de las razones que justifica que lo mejor es realizar preguntas sobre cosas muy concretas o concisas y no pecar de la oportunidad de palabra. Este hecho se fundamenta en la lógica de Aristóteles, y sobre todo en la que más tarde en la que desarrolló George Boole con su principio de no contradicción, o lo que es lo mismo, nada puede pertenecer y no pertenecer al mismo tiempo a una clase determinada. Para que nos entendamos, nada puede ser blanco y negro a la vez, o alto y bajo, o gordo y delgado. Reduce toda la información disponible a su forma más simple o básica y apartir de ahí comienza a tejer el organigrama del caso, añadiendo poco a poco nuevas informaciones.

Carece de Importancia: Si la pregunta formulada carece de importancia para la investigación o no tiene nada que ver con el caso, así debe hacérselo notar el anfitrión. No obstante, hay que tener también en cuenta que en ocasiones el hecho de que el anfitrión de una respuesta de CARECE DE IMPORTANCIA no tiene porque ser perjudicial o negativo para la investigación, ya que de hecho en algunos casos puede proporcionar incluso mucha más información que un NO rotundo, al indicar claramente o dejar intuir que la investigación no va en absoluto por esos derroteros, eliminando por tanto una de las vías de investigación.

Respuestas confusas: Además, el anfitrión ha de recalcar o debe de hacer especial hincapié, en que existe la posibilidad de que suceda, en algún caso particular o puntual, una respuesta suya pueda interpretarse, por parte de los detectives de sillón, erróneamente. Si el anfitrión honestamente lo considera así, debe indicarlo explícitamente aclarando que se trata de una respuesta condicionada para que los detectives de sillón la tengan muy en cuenta en su investigación, y así lo apunten en su cuaderno de campo junto con un símbolo de interrogación (?). De esta forma no habrá por parte del anfitrión ninguna maniobra malintencionada, dejando por tanto al descubierto su claridad y honestidad en el caso.

Este hecho sucede normalmente porque la base sobre la que se fundamenta o asienta es confusa, o simplemente porque no se ajusta “demasiado” a la realidad. Generalmente aparece cuando la pregunta formulada por el detective de sillón es lo suficientemente ambigua como para que intervengan en ella al menos dos de los cinco elementos fundamentales. Por tanto lo ideal es preguntar por cada uno de los elementos por separado. Hay que reducir cada elemento a su forma más simple.

Por ejemplo, imaginemos que en el enigma propuesto por el anfitrión un asesino en serie mata a una prostituta con un escalpelo en Whitechapel. El que pregunta desconoce que tuvo lugar en Whitechapel y con un escalpelo. Al hacer estos tipos de preguntas el anfitrión debería responde así:

¿El asesino en serie mato a la prostituta con un escalpelo en los Muelles de Surrey? NO, pero condicionado (?).

¿El asesino en serie mato a la prostituta con un escalpelo? SI

¿El asesino en serie mato a la prostituta en Whitechapel? SI

Como podemos observar en la primera pregunta, no se saca conclusión concreta y exacta de la respuesta, por tanto, la respuesta del anfitrión debe ser “NO, pero condicionado”. Esto sucede porque, o bien uno de los dos elementos fundamentales (el cómo: con un escalpelo, y el dónde: en Whitechapel), o ambos dos son erróneos. Para solucionar este dilema (o respuesta condicionada) la idóneo hubiera sido preguntar por cada elemento fundamental por separado, como se ha hecho en las dos siguientes preguntas, donde la respuesta ha sido clara y rotundamente SI.