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Mensajes - quique1958

Buenas a todos:

Este fin de semana hemos estado jugando al prototipo de Congress of Viena, un juego de guerra y negociación que está a punto de salir en el P500 de GMT si nada se tuerce en el último momento.
El diseño del juego es de un veterano wargamero, compañero en el foro con el nombre quique1958, conocido en estas tierras por sus estupendos análisis de wargames como Cruzada y Revolución, Triumph & Tragedy, Commands & Colors Napoleonics, Hannibal, Napoleon against Europe o el más reciente Ilusion of glory, entre otros. Estamos hablando, por tanto, de un buen conocedor de los juegos de guerra y amante de la historia bélica mundial, con especial gusto por las guerras napoleónicas, conflictos en los que se centra el juego que nos traemos entre manos.


Disposición inicial para la partida.

Este mensaje no pretende ser una reseña exhaustiva del juego, sino dar unas pinceladas de lo que ofrece, porque creo que es un juego que puede gustar mucho a muchos de vosotros.

Congress of Viena es un juego para cuatro jugadores, cuyo escenario estándar tiene una duración aproximada de 6 horas, que con experiencia y sin AP es bastante posible bajar de tiempo. La esencia de juego y muchas de sus mecánicas beben de un diseño más que contrastado como es Churchill. En Congress of Viena hay una fase diplomática y una fase de guerra, como en Churchill, pero con notables diferencias que hacen que uno y otro no solo sean compatibles en una ludoteca, sino que le acaban dando un sabor muy distinto en muchos aspectos.

Todo lo que voy a comentar a partir de ahora debe tenerse en cuenta que habla del juego a día de hoy, pues está en fase de pruebas, no solo en nuestro grupo, sino también en los EE.UU., donde están probándolo otros grupos de juego, matizando reglas y demás asuntos propios de unas pruebas.

Cada turno de juego representa un mes, y el juego extendido presenta 14 turnos, de marzo de 1813 hasta abril de 1814, pero es posible que quede reducido a 12 turnos. El escenario estándar estará entre 9 y 10 turnos, aún hay que precisarlo para ajustarlo en tiempo sin perder jugabilidad y que la campaña se pueda completar.

En Congress of Viena, Napoleón tiene presencia en toda Europa y las alianzas para frenar su avance se forjan en uno y otro lado.
En el juego, cada uno de los participantes llevará a Francia, Inglaterra, Austria y Rusia, respectivamente. Algunos de estos, además, manejarán tropas aliadas, como las españolas o portuguesas, entre otras.
Como Churchill, tiene una fase diplomática o de negociación y una parte bélica. Si la gran alabanza de Churchill es cómo desarrolla la parte de las conferencias y su gran decepción es cómo resuelve las batallas, aquí en Congress tenemos que la diplomacia es casi como en Churchill, pero la parte bélica, para mí, mejora mucho.

Vamos a ver un poco cada una de estas partes.
Al inicio del turno se lee una carta como aquellas de Churchill, en las que ciertos acontecimientos afectan a uno u otro jugador, en función de la potencia que maneje. Luego se toma la mano de cartas.


Ejemplo de carta de eventos para marzo de 1813.

La mano de cartas que cada jugador tiene varía en función de la potencia con la que juega y de algunas condiciones (por ejemplo, jugando con Rusia, +1 carta si conquista Prusia y +1 carta si hacía lo propio con Silesia; con Gran Bretaña +1 si conquista Castilla, +1 si alcanza la paz de Gante, etc.).
Como en Churchill, se juega una primera carta sin evento para ver quién saca un tema de más a discusión y quién lleva el turno, y luego se van jugando cartas de la mano para llevarte los temas a tu zona.


Temas de discusión.


Napoleón Bonaparte, líder francés.


Castlereagh, líder británico.


Zar Alejandro I, líder ruso.


Metternich, líder austríaco.

¿Qué cambia respecto a Churchill entonces en esta fase? En primer lugar, hay un mazo único en el que te pueden entrar cartas de cualquiera de las potencias, que luego podrás intercambiar. Además, hay una serie de cartas neutrales, que valen para cualquiera de los jugadores. También hay cartas de combate o cartas de evento que puedes guardar para las fases subsiguientes. Por último, las cartas de los distintos generales, que puedes guardarlas para llevarlos a los frentes en la fase bélica y así tener ciertas ventajas, en función del general.
El resto, muy Churchill: jugar carta, mover el tema que deseas, etc. Puedes pasar o también puedes intercambiar carta, que es otra novedad: puedo negociar intercambiar una carta que yo tenga de otra potencia para que el otro jugador me dé una de la mía. Cada jugador, con su líder y con sus particularidades.




Ejemplos de cartas neutrales, válidas para los cuatro jugadores.

Pero luego pasamos al escenario bélico, donde cambia sustancialmente respecto a Churchill. Para mí es más divertido Congress en las batallas. Tienes tus ejércitos iniciales, que puedes ir incrementando con reclutamientos, hay unidades de caballería que pueden darte más fuerza, tienes las cartas para el combate que te has guardado de la fase diplomática, etc. En esencia, tienes más decisiones que en Churchill. Luego el combate va con una serie de tablas, en base a las tropas implicadas en el combate y a otros factores, como la caballería, tener un general al mando o no tenerlo, llevar tropas de una única potencia o de varios países, tipo de terreno, etc.
Antes de las batallas se tienen en cuenta posibles deserciones.


La Grande Armée viene fuerte, con siete tropas de infantería,
una de caballería y Napoleón al mando.

No eran conscientes de las que se les venía encima...


El ejército de Silesia empuja y Napoleón debe retirarse,
antes de que el Ejército de Bohemia le embolse
y liquide de golpe a la Grande Armée...


Mientras tanto, Wellington se mete hasta en la cocina...

Una de las cosas más distintivas respecto a Churchill es que aquí no luchas contra una IA, sino contra los otros jugadores, que, en la práctica, es un todos contra Francia. El jugador francés juega a resistir en los distintos frentes abiertos y Rusia e Inglaterra están a darle cera, mientras que Austria sigue en paz, lo que le renta puntos de victoria (entrará en guerra con posterioridad en alguna fase diplomática en la que se juegue ese tema). Las decisiones, por tanto, son más interesantes.


Detalle de la zona de juego británica, con el «track» de diplomacia
y los huecos para las tropas, generales y unidades reclutables.

Por último, la carrera por la Bomba-A del Churchill, se convierte aquí en una lucha entre los planteamientos políticos del Liberalismo y el Absolutismo.

El juego está diseñado para que el jugador francés comience con más PV y los vaya perdiendo poco a poco, al tiempo que los demás los van ganando. Llega un momento en que las cosas están más o menos equilibradas y ahí empieza la carrera; ya no interesan ciertas alianzas, sino que comienza el juego en modo egoísta, con el fin de llevarte la victoria final.
Y así hasta que terminen todos los turnos de juego o se firme una paz adelantada.

He jugado con distintos bandos y el sabor es muy distinto según con quien juegues; quizá no tanto en la fase diplomática, pero sí desde luego en la bélica.

El trabajo ahora, y creo que es el más fundamental, es el ajuste de los puntos de victoria para que los cuatro bandos estén equilibrados. En la última partida, por ejemplo, nos dio la sensación de que Francia comenzaba con un exceso de puntos y que Gran Bretaña se quedaba muy rezagada (los desembarcos, por ejemplo, son muy costosos para los beneficios que rentan), pero hay que jugarlo más para asegurarse de que hay o no desequilibro, y no se trata de haber jugado mal o bien con uno u otro bando.
En fin, seguimos trabajando en ello y solo os quiero poner los dientes largos, porque en cuanto salga en P500 creo que es un juego en el que hay que entrar. Realmente divertido.

No lo olvidéis: se llama Congress of Viena. ¡Próximamente en las mejores mesas!

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