Bueno, pues acabo de venir de estar unas 3 horitas en el Play Bar, y aquí va mi primera impresión.
Lo mejor no es el buen servicio, el buen precio de las cañas, el que vengan acompañadas de algo de jalar, las mesas de buen tamaño, lo espacioso del local, la colección de juegos, o su cercanía al metro.
Lo mejor del Play Bar es el paté de champiñones. Ya solo por eso, y sin que tuviera todo lo mencionado en el párrafo anterior, merece la pena pasarse por allí.