logo

Etiquetas: hex y counter operacional 

Autor Tema:  (Leído 1449 veces)

fjordi1

  • Veterano
  • *****
  • Mensajes: 798
  • Ubicación: Barcelona
  • Better an end with fear than fear without end
  • Distinciones Antigüedad (más de 8 años en el foro) Reseñas (oro)
    • Ver Perfil
    • Distinciones
BALKAN WARS (reseña)
« en: 05 de Septiembre de 2014, 20:52:47 »
Ni! Ni! Ni!

En mi intento de una reseña de rabiosa actualidad he decidido elegir este wargame. ¿Mande? Un juego de revista, publicado hace unos cuantos años, sobre un conflicto oscuro y poco conocido…? Algunas de vuesas mercedes preguntarán “¿A quién le importa?” a lo que yo podría reponer “¿A quién le importa que realmente eso importe?” Ciertamente, quizá quise decir rabiosa actualidad de la nostalgia, o esnobismo puro… Pues quizá sean ambas cosas, o ninguna. El caso es que me gustó y aquí van mis impresiones.

Para saber más: http://boardgamegeek.com/boardgame/10269/balkan-wars



Joseph Miranda, infatigable diseñador y jefazo durante una época de la revista Strategy&Tactics, es el responsable de este juego que versa sobre las guerras balcánicas de 1912 y 1913, años convulsos por aquellos pagos en que casi todo quisque guerreó con alguien. Primero los países cristianos se aliaron para meterle candela a los otomanos, que estaban en declive desde hacía tiempo, consiguiendo la victoria y con ella importantes ganancias territoriales. Sin embargo, meses después se inició una nueva guerra, ya que Bulgaria no se contentaba con lo obtenido y quería más. Esta vez los búlgaros fueron el rival a batir y el resto de naciones se conjuraron para detenerles en su avance, incluso ayudadas por los otomanos, que acabaron entrando para atizar a los paisanos de Stoichkov (podéis poner otro nombre como Hristo Botev o Vasil Levski si sois antifutboleros o pedantes). Igual que pasó con la otra guerra, el país que estaba solo acabó capitulando, así que Bulgaria salió escaldada y acabó perdiendo parte de lo ganado meses antes. Algunas potencias occidentales intervinieron, se vieron trincheras anticipando un poco lo que vendría con la Primera Guerra Mundial... vamos, que aquí hay cosillas que pueden ser interesantes…

He hecho unas fotos con mi Hasselblad profesional divina de la muerte. A falta de Instagram (uno es incrédulo de las redes sociales) la bsk es un inmejorable sitio para ponerlas. Bueno, miento, antes las puse en la bgg. Si no os gustan, culpad al autor, no a la cámara. Ya lo dice el proverbio uzbeko: "nunca una foto se hizo sin un ojo y un dedo".

Iba a poner mis habituales secciones, pero el agua estancada crea podredumbre, así que de un tiempo a esta parte paso de estructuras marcadas, aunque hable de las diferentes características de cada juego.



Estamos ante un juego de revista, así que los componentes son los habituales en este tipo de productos: cantidad manejable de fichas, mapa de papel, reglas ambiguas y breves, artículo histórico bastante majo. El grafismo en fichas y mapa es espartano de huevos, así de claro. Hay escasez de marcadores de desorganización (típico en juegos de revista…) y faltan los de moral y diplomacia, así que habrá que utilizar algunos sobrantes de la partida, o de otros wargames, o hacéroslas. Las reglas tienen algunos vacíos, por ejemplo no aclaran por qué las fichas de fortificación tienen factor de combate. Las secciones de los HQs también son difusas, como los apilamientos –no se sabe si cuentan los HQs… Sin embargo, el reglamento es bastante decente, no es un caos injugable, siempre y cuando –importantísimo- se tengan en cuenta las erratas (creo que se pueden encontrar por internet), porque afectan a un par de elementos cruciales en las partidas. Hay reglas opcionales que a mi parecer son interesantes y molan, como jugar simultáneamente las unidades que cargan o usar la moral en combate.

Como es habitual, está hecho para dos jugadores. Tiene tres escenarios, dos corresponden a la primera guerra y el tercero sería la segunda. El escenario largo de la primera guerra tiene toda la pinta de ser un coñazo, yo he jugado los cortos y están bastante bien en cuanto a duración, son tensos y entretenidos.



Como sucede con muchos juegos de Joseph Miranda, abstrae bastante pero todo está reflejado: refuerzos, moral, apoyos políticos, eventos… este hombre gusta de innovar en algunos elementos del juego así que de vez en cuando hay cosillas en sus diseños que son bastante curiosas, ya sea porque él directamente se las inventa o bien porque opta por pisar senderos poco trillados o usar mecánicas menos habituales. El diseño en conjunto es práctico, funcional y con cierta miga. El terreno es muy importante y las capacidades de unidades como ingenieros son vitales, estando bien implementadas y siendo sencillas de aplicar.

Es curiosa la negociación de prisioneros de guerra, que se deja al albur de los jugadores, sin imponer ratios de cambio ni restricciones: abierta y realista. La tabla de conflicto diplomático también es curiosa, según la situación de la partida el bando aventajado puede obtener una victoria prematura según una tirada de dado. La diplomacia, en que las grandes potencias aliadas dan puntos, tiene también su gracia, permitiendo acabar la guerra si un bando quiere forzar la situación al verse con ventaja diplomática, aunque generalmente necesitará también la ayuda del dado para conseguir esto.



El conflicto es de esos que apenas hay juegos sobre ellos, algo de agradecer entre tanta omnipresencia de la Segunda Guerra Mundial. Históricamente las guerras balcánicas fueron contiendas desiguales, pero aun así este wargame es divertido de jugar; no tuve la sensación de continua retirada de juegos como Fortress Europa, por ejemplo. Las condiciones de victoria reflejan la imposibilidad de que la nación aislada venza: sólo puede optar a empate o derrota, así que el empate o una derrota marginal se puede considerar un triunfo. Para ganar holgadamente, la alianza en ambos escenarios ha de aplastar claramente y eso no es nada fácil. Sobre todo el escenario 2, en que si no hay entrada de Rumania o del Imperio Otomano, Bulgaria podría resistir bien sin muchos apuros.

El juego tiene sus milongas y no seré yo el que se las calle, bocachancla como soy: la ventaja de la artillería se diluye en proporciones muy ventajosas, ya que el bonus de terreno se mira después del bombardeo. Por otro lado, hay que protegerla por ser valiosa. La niebla de guerra es algo coñazo por ser frecuentes los combates. Claro está, los jugadores pueden acordar jugar sin ocultar las unidades. También las pilas de fichas son coñazo de manejar por ser a veces grandotas, sobre todo con las fichas de desorganización de por medio.

El primer escenario, por llamarlo de alguna manera "Todos contra el turco", es simplemente eso, el otomano retirándose en orden pero dando estopa con ataques sueltos con sus poderosas tropas a los diversos estados conjurados para ganarle terreno. Defenderá como gato panza arriba sus principales ciudades y aunque parezca estar rodeado -que lo está- será duro de mollera. Es divertido y creo que el resultado no está demasiado condicionado a las eventuales entradas en guerra de las potencias europeas occidentales.

Ahora unas palabras sobre el escenario 2: es importante la entrada en guerra del Otomano y potencias menores, y en qué momento. Con los Otomanos metidos en harina es casi imposible que Bulgaria haga algo grande, así que será difícil mejorar el resultado histórico búlgaro; Austria-Hungría no aporta mucho y usar sus unidades penalizará mucho al búlgaro (ya que si recurre a ellas perderá puntos de victoria), sobre todo si ha entrado tarde en la contienda. Constantinopla es casi imposible de tomar para el búlgaro, los puntos por su control no deberían sumar a la Liga, para equilibrar un poco la cosa. La implementación de Rumania chirría un poco, ya que para ahorrarse unidades el reglamento prohíbe a los búlgaros entrar en territorio rumano, aunque estos hayan entrado en la guerra.

En ambos escenarios las condiciones de victoria reflejan la gran dificultad histórica de defender el territorio (país aislado) y de aplastar al rival (alianza).

Un juego de revista asequible de precio, bastante decente, interesante y que refleja uno de esos conflictos que marcaron a una región y que son desconocidos para el gran y pequeño público del wargamismo.