Para mí la situación ideal sería la de Hordes of the Things: publicar un reglamento e interminables listas de ejércitos, y tirar de marcas externas para el suministro de miniaturas. De hecho, cuando la primera edición de Battlelore ya se adivinaba que agonizaba lentamente, me planteé dar el salto a HotT, pero no lo hice porque me mola mucho más el tablero que el rollo de los juegos de minis, con sus reglitas y tal, y además el reglamento se pasa de simple para mi gusto.