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Nombre: Galloping Pigs
Autor: Heinz Meister
PVP: 8 € (aprox.)
Dificultad: Sencilla
Nº jugadores: 2-4
Tiempo: 15-30 minutos.
Idioma: Independiente. Solo instrucciones.
Contenido: 112 cartas. 5 cerditos. Reglas.
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¿De qué va?Por si el título no es bastante descriptivo, el juego simula una carrera de cerdos. Los jugadores no controlan a un cerdo en concreto, sino que tienen que hacer que el cerdo que escojan en cada turno se ponga en cabeza para poder ganar cartas de comida, que son los puntos de victoria del juego.
¿Cómo funciona?Hay tres clases de cartas:
- 22 cartas de circuito.
- 35 cartas de carrera (7 de cada color).
- 55 cartas de comida.
Al principio de la partida, se forma un óvalo con las 22 cartas de circuito. Aunque tienen distintos dibujos, estas cartas son iguales a todos los efectos, no importando el orden en que se coloquen para formar la pista.
Se selecciona una de las cartas como línea de inicio, se gira 90º y se le coloca encima un cerdo cualquiera. Los otros cuatro cerdos se van colocando uno a uno en las cartas anteriores de la pista, en cualquier orden.
A continuación, se coloca el mazo de cartas de comida boca arriba en el centro de la pista. Se reparten 7 cartas de carrera a cada jugador. El resto se colocan boca abajo y no se jugarán en esta carrera.
Se decide al azar qué jugador empieza. El juego sugiere que lo haga el más "marrano", pero podéis prescindir de esta regla con el fin de evitar agrias discusiones y derramamiento de sangre
La partida se juega a tres carreras.
El jugador escoge una carta de su mano y la coloca en la pila de descartes boca arriba. Entonces mueve al cerdo del mismo color que la carta a la siguiente carta de pista que esté libre. Es decir. Si el cerdo escogido tiene delante de él una carta libre, se coloca en esa carta. En caso de que una o más cartas de las que tiene delante esté ocupada por otro cerdo, los adelantará hasta encontrar una carta libre. En una carta de pista no puede haber más de un cerdo al mismo tiempo.
Si con su jugada consigue poner al cerdo escogido en primer lugar, el jugador roba una carta de comida y la coloca en la mesa junto a él, boca arriba. Si no consigue colocar en primer lugar al cerdo, no puede robar.
Entonces el turno pasa al jugador de la izquierda, y así todos van jugando sus cartas.
Si el jugador activo consigue poner un cerdo en cabeza al jugar su última carta, no solo gana una carta de comida, sino que pone boca abajo todas las cartas de comida que ha ganado esa ronda, y las conserva hasta el final de la partida.
Si no consigue poner un cerdo en cabeza con su última carta, no solo no roba carta de comida, sino que pierde todas las ganadas en esa carrera, es decir, las que tiene boca arriba.
Al final de la tercera carrera, se cuentan las cartas de comida de cada jugador. El que más cartas haya conseguido, gana la partida.
Parece sencillo, y lo es, pero también hay que tener algo de picardía a la hora de mover los cerdos para procurar quedarte con una carta ganadora en la última ronda.
Lo mejor:Más sencillo imposible.
Se explica en un par de minutos.
En las primeras partidas, las risas están garantizadas simplemente viendo el espéctaculo de los cerditos correteando por la pista cual pura sangres.
El diseño de las cartas es sencillo, pero cumple y es divertido. Los cerditos son realmente encantadores.
Es un juego bastante económico.
Lo peor:Su virtud es su defecto: la sencillez. Evidentemente, la mecánica no da para mucho, y puede cansar al poco rato.
Variantes:En las instrucciones en español se sugieren un par de variantes (una oficial, la otra no), que pueden añadir más salsa al juego, esparciendo comida por la pista, o premiando que se consigan cartas de comida de distintos tipos.
Existe una variante de juego (Villacitruénigo Piara Cup), que añade un sistema de apuestas. Más que una variante, es casi un juego nuevo. Ver enlaces.
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