Laquenseña está preparando una reseña de este desmesurado juego así que, sin extenderme, resumo el que fue el momento en el que nuestro espíritu se puso a prueba en un tranquilo barrio cercano a Atocha, Madrid...
Zaratustro, un amiguete suyo (a partir de ahora Cronos), Thunder_cc, laquenseña y elqueaprende nos desvirgamos unos a otros en lo que es una experiencia única, un desafío personal, un momento para recordar... empezar y acabar una partida al Machiavelli.
Los que me conocen saben que mu friki no soy, pero voy a "flipármelo" un poco en este pequeño relato cuyo objetivo es sólo transmitir lo que nos transmitió este juego durante las casi siete horas de juego... como ya he dicho antes, para más datos, leed la reseña de laquenseña (en preparación)
Dispuesto el escenario, repasadas las reglas (sencillísimas pero hay que tenerlas bien asimiladas), cervezas y pastitas sobre la mesa... sorteamos ejércitos:
Zaratustro: Estados Papales.
Cronos (ya que ponía el cronómetro para la fase de diplomacia): Florencia.
Thunder: Venecia.
Laquenseña: Austria
Elqueaprende: Francia.
Turquía neutral.
Al principio la cosa iba lenta... miramos las reglas una y otra vez, fases de diplomacia un tanto ligeras, cada uno se abría por donde podía sin meterse con nadie... hasta que...
...las conversaciones públicas empezaron a convertirse en privadas (en el pasillo o en la cocina), empezaron a volar notitas de un jugador a otro... se empezó a desconfiar mucho, ya que las escenas fueron:
-laquenseña me pasa papel... lo rompo.
-Hago un barco cerca de la costa de Florencia... Cronos me dice que hablemos un momento a solas y me dice: "Ese barco que has hecho ¿a donde va? Buff...
-Vuelven dos de hablar en privado y Cronos llama a todos los demás y dice: Veníos que les he oído...
-Zaratustro mandando mensajes desesperados de ayuda y apoyo... no todos se cumplen.
-Thunder preguntaba a los demás que hacían... a todos.
-Laquenseña cada vez que lo veía crudo hablaba en privado o por nota y decía: "Zaratustro va a por ti", a otro: "Cronos va a por ti", a otro: "elqueaprende no te va a apoyar porque va a por thunder"... meteiendo baza para provocar caos y salir ganando...
Pero no todo se puede controlar en esta vida, y en el renacimiento se sufría por el hambre y las plagas... y muchas veces un plan se veía cortado por esas causas de fuerza mayor. La locura se empezaba a apoderar de nuestras mentes mientras pasaban las horas hasta tal punto que el papado mandó un ejército suicida a una provincia hambrienta (sacrficándola al final del turno); laquenseña intentó dos veces llegar a Como desde Suiza (frontera que no existía); Thunder construyó una flota donde no había puerto... y más que no recuerdo...
Al final... en la primavera de 1503 (empezamos en 1499...) Venecia ocupó 12 ciudades incluidas sus natales. Se coronó como el más Maquiavélico jugador de esa tarde-noche, interrumpida sólo para cenar en un kebap.
Uno sale aturdido, pensando miles y miles de casos que pudieron suceder y no pasaron... leyendo las notas públicamente entre todos (había hasta felicitaciones por el año nuevo por parte de Florencia)... todo con un buen rollo envidiable.
Fue una experiencia, una nueva forma (por lo menos para mi) de sentir un juego de mesa, cuyo motor de juego reside en decisiones. El tablero cambia y se mueve sin dados, sin números, sin cartas... todo apuntado en una hoja. Te atrapa, no piensas en otra cosa... quieres hablar con los demás, pasar notas, decir algo en público para que parezca verdad o mentira, ofrecer dinero por que te hagan un favor...
Todo, absolutamente todo lo que se comunica, se queda flotando inestable en el aire hasta que se hace... o no. Nada es seguro. El juego te envuelve en una espiral de inseguridades donde el que mejor se lo monta, el que más comodamente se adapta será el que se erija como ganador.
Un gran juego, un diabólico juego que pone a prueba tu aplomo, astucia, picardía y saber estar; donde te juegas tu imagen y donde se pone a prueba tu carácter y tu paciencia. Porque lo más importante no es lo que se dice, si no cómo se dice...
Avisados estamos todos: Pudimos fastidiar más... quizá porque fue la primera partida. Ese buen rollo envidiable quizá se desvanezca en la siguiente...
Hasta otra.
PD: Al acabar jugamos una al Filou... ganó Thunder de nuevo...