Pues me hice con una copia, lo he probado, y me parece un filler bastante majo.
A bote pronto, diría que es un juego solitario. El modo cooperativo lo veo un apaño que no sé muy bien si funcionaría o no, hay que probarlo.
El juego es, efectivamente, sencillo de reglas, y se juega en un pliz. Una partida ronda alrededor de eso, de unos 15 minutos. Digamos que es una especie de solitario en la que debes batir los valores de las cartas que quieren joderte el piso.
En esencia, y como se ha dicho más arriba, se van robando tres cartas de invasor que se van colocando en las murallas de tu ciudad en función de una flecha que indica la posición a la que van. Cada carta de invasor tiene un valor de fuerza y un valor de conquista. Luego, nosotros colocamos nuestros defensores enfrente para intentar contrarrestar su fuerza. Algunas de nuestras cartas tienen efectos al entrar (algunas empujan enemigos hacia atrás, devolviéndolos al mazo, otras mueven nuestras unidades, otras comban entre ellas para multiplicar su fuerza, algunas otras defienden en dos bandos adyacentes a la unidad...). También podemos mover unidades ya desplegadas en nuestras murallas a una localización adyacente. Luego se chequea la fuerza y, en aquellos lugares donde no llegamos, perdemos moral igual a la mitad del valor de conquista del bicho en cuestión. Donde lleguemos a igualar o superar la fuerza, pues descartamos al invasor.
La cosa es que hay que superar el mazo enterito de invasores, que incluye a dos jefes con una fuerza de 40, para ganar. Si no, kaputt, ya que se pierde en el momento en que la moral de la ciudad se reduce a 1. Y no es nada fácil: una de las gracias del juego es que cada turno debemos descartar un defensor de cada muralla, ya que las bajas se producen tanto si hay victoria o no. Y eso hace que sea muy jodido ganar. A su vez, es ahí donde radica parte de la miga del juego: nos obliga a pensar dónde desplegar las unidades, y si es menester sacrificar un lugar concreto para reforzar otro y tener control de las bajas, con la esperanza de que los malosos se refuercen por ese lado (los enemigos entra por los costados y hacia dentro).
También tenemos a nuestra disposición dos hechizos de un solo uso para toda la partida que nos ayudarán en nuestra labor, si bien hay un personaje -al menos en los humanos; hay dos razas en el juego: humanos y elfos-, que permite voltear uno de los hechizos para tenerlo activo otra vez.
En esencia, es eso.
El juego quizá puede verse afectado de una rejugabilidad limitada, aunque personalmente no lo creo. Más bien pienso que a la larga, si se le echan muchas partidas, quizá se acabe quemando. O no, depende del jugador. Sus puntos fuertes son precisamente su poca duración, su portabilidad y su cualidad de juego rápido pero que implica una atención por parte del jugador. Lo negativo es que quizá depende un poco de cómo te salgan las cartas para tener opciones o no, aunque me da la sensación de que, a medida que más se juegue, más control se puede tener de todo lo que hay sobre la mesa (en el fondo no son muchas cartas), y entonces quizá sea más de gestionar lo que tienes en mano y lo que está por salir, que ponerse en brazos de la suerte.
Existe una expansión, que creo era un Add on de KS, que añade cosas majas y modo campaña, o algo así.
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