Dicen que la música popular que más le suele gustar a una persona es aquella que escucha y sigue durante su juventud porque se ancla a ella de por vida, debido a que se hace adulto y sus nuevas responsabilidades le impiden el seguimiento evolutivo musical, mirando con cierto desprecio (a veces justificado) a lo que se ha hecho después. Pues puede ser porque yo me he convencido de que la mejor música se ha creado en los años 80 en el sentido de que me parece la más creativa en cuanto a originalidad y la más diversa en cuanto a estilos. Su aspecto más negativo es que la aparición de tecnología musical promovió en exceso las versiones remix y los DJs tuvieron ahí el germen del house, del reggaeton y de los macroconciertos de una serie de profesionales de las mesas de mezclas cuyo producto me parece bastante pobre en calidad. Es ahí donde se nota cómo las generaciones actuales nos empiezan a ver como retrógrados cuando les decimos que esa música carece de calidad y que lo bueno es de hace tres décadas, un reflejo de lo que nos pasaba a nosotros con nuestros padres.