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Schroinger

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Amyitis
« en: 21 de Julio de 2008, 19:48:22 »
El regalo de Nabucodonosor

El jueves pasado nos reunimos para darle una sesión cortita, de un par de horas. Aunque previamente tenía toda la pinta de que le íbamos a dar un Perikles, al final sólo tres nos pudimos hacer presentes: Paulino, José, y servidor. Por lo que decidimos estrenar un Amyitis.


Imagen tomada de www.boardgamegeek.com

Este juego lo adquirí casi cuando salió, lo que no es usual. Fue como un voto de confianza a la empresa diseñadora (Ystari), que nunca me ha defraudado con ninguna de sus publicaciones. Lo que necesitaba realmente era adquirir unos dados especiales, pero decidí agregar algo más para diluir el costo del flete, y así fue como hice la compra a ciegas.

En este juego, los jugadores son nobles de la antigua Mesopotamia, quienes colaboran en la construcción de los Jardines Colgantes, utilizando un intrincado (pero no complicado) sistema de actividades económicas.

Cada turno consta de varias rondas, y en cada ronda los nobles obtienen prestigio (que son los puntos de victoria), realizando mejoras al proceso de construcción: crean canales de irrigación; cultivan bienes agrícolas que intercambian (utilizando caravanas) por plantas utilizadas en la siembra de los Jardines, o por materiales utilizados para el Palacio Central de los Jardines.

Asimismo, la apertura de rutas de comercio con otras zonas de Mesopotamia les permite obtener un flujo de dinero constante para cada turno del juego, el cual pueden utilizar para pagar, en cada ronda, más actividades de las que normalmente podrían realizar por turno.

Pueden también mejorar la calidad de las caravanas, con lo cual se pueden desplazar más rápidamente por Mesopotamia, y adquirir lo que necesitan antes que los demás.

Por último, pueden contratar sacerdotes para ponerlos a orar en el templo de alguno de los dioses (Ishtar, Marduk o Tammouz), quienes, eventualmente, premiarán al noble con riqueza (dinero), comercio (caravanas), prestigio, o mejores cosechas (recursos agrícolas).

No voy a explicar el mecanismo del juego, porque resultaría muy complicado si no se tienen a la vista los tableros y los materiales del juego. Basta señalar que hay cuatro objetivos principales a los que los jugadores deben avocarse:

1)Cultivar Jardines, que implica contratar ingenieros (si así se les podía llamar en esa época) para irrigar la zona en donde se cultivará el mismo, y luego proceder a viajar en caravana para pagar con recursos por una planta con las características adecuadas.

2)Abrir rutas permanentes de comercio, que le darán al noble dinero todos los turnos. Aunque el dinero per se no da puntos de victoria, es importante para pagar por nuevas contrataciones, las cuales se van encareciendo a lo largo del turno.

3)Adquirir, mediante viaje en caravana y pagando recursos, materiales para la construcción del templo central. Esta actividad da puntos de victoria.

4)Mejorar el nivel de la caravana. Esta actividad (así como las anteriores) se logra viajando por Mesopotamia, y logrando que la caravana caiga en un cuadro en donde puede, a cambio de recursos, adquirir una caravana que se desplaza más rápidamente por el tablero de Mesopotamia.

El quid está en que, con excepción del cultivo de jardines, la cantidad disponible de objetivos es limitada, lo que no permite que todos los jugadores los logren obtener: no todos podrán abrir rutas permanentes de comercio, ni todos podrán obtener materiales para el palacio, o mejorar su caravana.

Y así, el juego en sus fases iniciales se convierte en una carrera por ser los primeros en alcanzar algunos de estos objetivos. Las mejoras para cada objetivo tienen diferentes niveles, y cada vez que un jugador logra el mismo objetivo otra vez, obtiene una mejora. Por ejemplo, si abre una ruta de comercio por primera vez, obtiene una moneda cada turno. Si la abre por segunda vez, obtiene una ruta de comercio de segundo nivel, que le da dos monedas. Y si lo hace por tercera vez, obtiene la ruta de tercer nivel, que le da dos monedas y dos puntos de prestigio por turno. Sin embargo, sólo hay en el juego 2 rutas de primer nivel, 2 rutas de segundo nivel, y 1 de tercer nivel. Esto significa que sólo dos jugadores podrán crear rutas de comercio, y sólo uno de ellos la podrá llevar hasta el tercer nivel.

Los jardines, por su parte, tienen varios niveles también, pero no tienen esta restricción. Los jardines, una vez cultivados, dan puntos de prestigio, y premios extra (dinero, recursos, camellos, algunos hasta dan alguno de los otros tres objetivos mencionados!).

Lo más interesante del juego es que ninguno de estos objetivos por sí solo es suficiente para ganar el juego. Generalmente debe lograrse una mezcla de objetivos de diversos niveles.

Es también difícil que un jugador se pueda despegar del “pelotón”, llegando a puntajes inalcanzables para los demás. La razón estriba en esto: si yo le gano un objetivo a un jugador, es casi seguro que no quedaré con suficientes recursos para evitar que ese mismo jugador me gane un objetivo a mí en el siguiente turno, utilizando los recursos que no pudo aprovechar. De manera que el juego tiene cierto ritmo: como cada turno tiene varias rondas de juego, más o menos la mitad de las rondas las utiliza uno para intentar alcanzar el objetivo que se propuso hacer en el turno anterior, y la otra mitad realizando las actividades necesarias para preparar el logro de otro objetivo en el próximo turno.

En esta partida, yo gané por amplio margen, pero esto se debió más que todo a “errores de primera vez” de parte de los otros jugadores.

A Luis, que quedó en segundo lugar, lo escuché tres o cuatro veces, durante la partida, comentando para sí mismo acerca de los errores de cálculo que acababa de cometer. Suficiente para no ganar la partida, y regalarme la ventaja a mí, que era su más directo competidor por algunos de los objetivos.

Por su parte, José cometió varias veces el error de no realizar actividades de contratación gratuitas, más que todo, creo yo, porque las cartas de contratación estaban físicamente muy mal colocadas desde el ángulo de la mesa en que él se encontraba, lo que le provocó alguna confusión. Adicionalmente pasó por alto una movida y prácticamente me “regaló” el jardín de mayor valor (10 puntos de prestigio).

Estoy seguro de que la próxima vez no tendré tanta suerte. Que habrá próxima partida, la habrá. Este es uno de esos raros juegos que me dejaron con muchas ganas de jugarlo de nuevo finalizada la partida. Y todavía no se me han quitado.


Para más crónicas en español ver www.juegosdemesacr.com, www.boardgamegeek.com/guild/440 y http://www.boardgamegeek.com/geeklist/30029

Schroinger

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Re: Amyitis
« Respuesta #1 en: 21 de Julio de 2008, 19:51:58 »
Una gran partida y pese a ser un juego más en la larga fila de colocación de trabajadores para conseguir recursos o beneficios, salvo lo relacionado con la caravana, tiene como decís varias facetas.

Primero, una pequeña carrera, luego una fase de preparación, y una cosecha.

Novatadas cometimos muchas, pero creo que mi principal error fue menospreciar las posibilidad de conseguir el tercer nivel en ingresos (da dos puntos de victoria y dos monedas por turno), pues durante mucho tiempo tuve el nivel dos y me creí con la suficiente ventaja como para luchar por otros.

Como resultado logré la caravana más grande, pero perdí todo lo demás.

Por otro lado, el tempo del movimiento de la caravana es fundamental. No sólo hay que llevarla dónde uno quiere, sino no dejarla a tiro, por eso es fundamental qué tan bien lleve el "marcaje" el jugador de la derecha.

Silverman

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Re: Amyitis
« Respuesta #2 en: 25 de Marzo de 2011, 21:19:09 »
Gracias por la reseña Schroinger, este juego me lo compré en diciembre pasado y todavía no lo he abierto por falta de tiempo para jugar.

Lo adquirí porque es del tipo de juegos que me agradan, y por la descripción que haces de él ahora estoy más convencido de ello.

Saludos desde el Mediterráneo.  :)
Semper fidelis

seldonita

Re: Amyitis
« Respuesta #3 en: 27 de Marzo de 2011, 14:09:27 »
Muy buen juego al estilo de los otros de Ystari (al menos, de los que yo he probado).