Villa Paletti(2-4 jugadores, juego de destreza, 2001,
480 en BGG,
Ganador del Spiel des Jahres 2002)
PrecedentesMuchos de nosotros hemos pasado maravillosas tardes de verano de sencilla diversión jugando a
Jenga. Diversión rudimentaria, elemental y poco sofisticada, basada en una torre de varios pisos, compuestos por 3 listones de madera alineados, donde -por turnos- los jugadores extraen habilidosamente uno de éstos listones para colocarlo en la parte más alta de la torre. De este modo, lo de menos son las reglas específicas del juego. Lo realmente interesante, o mejor dicho "lo realmente divertido", es ver cómo se tambalea vertiginosamente la maltrecha torre, mientras que el jugador de turno apenas puede evitar que la mano le tiemble.
La idea de juego de destreza parece alejada, casi en 180 grados, de los juegos que solemos tratar habitualmente, caracterizados por ser más intelectuales, matemáticos, sociales, etc. Sin embargo, en 2002 se otorgó el famoso Spiel des Jahres a un juego llamado Villa Paletti, que difería por completo de todo lo visto hasta la fecha. Un juego con una caja grande y ruidosa, repleta de piezas de madera y con un curioso gancho.
El juegoLos componentes principales del juego son un conjunto de columnas y otro de formas irregulares (las plantas), de madera, coloreados, ligeramente pesados, y con buen acabado, aunque en ocasiones con pequeños defectos sin duda procedentes de la fábrica y no del transporte. También se incluye un dado de madera un tanto amorfo e insatisfactorio, una base de cartón bastante rígido donde iniciar el juego y un simpático gancho metálico con mango de madera.
Las reglas están impresas en gran formato, a todo color, y explicadas (incluso traducidas) de un modo efectivo y conciso. Tampoco faltan ejemplos, todos ellos bien ilustrados. En 2 minutos es posible empezar la primera partida.
En resumen, se distribuyen arbitrariamente todas las columnas sobre la base de cartón y se sitúa sobre ella la primera de las plantas (la de mayor tamaño, de color azul oscuro). Entonces, utilizando el dado, se asigna al azar un color a cada jugador. Para 3 jugadores se deja un color como neutral y para 2 se asignan 2 a cada jugador. A partir de ahí, los jugadores se van turnando para recoger -con la mano o con ayuda del gancho- una de las columnas de su color de cualquier piso que no sea el más elevado, para después ubicarla precisamente en ésa altura más alta.
Existen varios tipos de columnas: varias delgadas (valen 1 punto cada una), una hexagonal (vale 2 puntos) y una gruesa (vale 3 puntos). A partir de la segunda planta, se contabiliza el jugador con mayor cantidad de puntos acumulados en la última planta. Por lo tanto, cada vez que se apila una nueva se reinician los contadores. Ayudados por el dado, "recordaremos" quién fue el jugador anterior que ostentó el puesto de cabeza.
Cuando un jugador toma la vez y cree que no es capaz de extraer ninguna de sus columnas sin tirar toda la villa, solicita al resto de jugadores poner una nueva planta. Si algún oponente considera que sí es posible extraer alguna de las columnas del jugador, puede intentarlo en su lugar. Si efectivamente lo consigue, retira esa columna del juego permanentemente. Si no lo logra, el jugador que solicitó añadir el piso puede tomar una columna del otro y eliminarla del juego.
En todo momento, el jugador debe elegir bien qué columna va a extraer, puesto que si cuando empieza a tirar de ella considera que no va a ser posible tomarla, no podrá intentarlo con otra en ese turno y tal columna quedará inutilizada para el resto del juego.
El juego finaliza cuando ya no es posible continuar añadiendo plantas, ni apilando columnas (último recurso cuando no quedan más plantas). El jugador con mayor puntuación ganará entonces la partida. En caso de desastre, si la villa cae, se considerará ganador al de mayor puntuación, excepto si él mismo fue quien desencadenó la demolición, en cuyo caso ganará el anterior líder (recordado gracias al dado).
ConclusionesA priori, las reglas parecen suficientes para dar emoción al juego. Sin embargo, durante la partida se observa la intención endiablada del diseñador en algunos aspectos, con el único ánimo de hacer sufrir al jugador. En cierto modo, Villa Paletti presenta toma de decisiones estratégicas complejas, sólo que en este caso basándose en problemas espaciales y no de gestión de recursos, balanceo de mano, etc.
Sin perjuicio de lo anterior, Villa Paletti en la práctica es un juego intenso, durante el cual todos los jugadores estarán inquietos dando vueltas alrededor de la mesa, aganchándose una y otra vez, intentando atisbar la mejor jugada. Al comienzo, resulta muy gracioso ver a todos con la cara pegada a la mesa indagando si ésta o aquella columna sirve de apoyo a la primera planta. Más adelante, a partir de la tercera planta, es muy habitual que el jugador a quien se le cede el turno se encuentre resoplando y con las manos entrelazadas por encima de la cabeza, como protegiéndose de un derrumbe.
En todas las partidas que he jugado (que han sido muchas), siempre la puntuación ha sido lo de menos, y hemos jugado al "estilo Jenga", es decir, esperando más ver a quién se le cae la villa, que a contabilizar los puntos.
Para mi, Villa Paletti es un juego que debe tenerse por varias razones: es muy socorrido porque rellena cualquier espacio de tiempo, llama la atención de todo el mundo, es barato (a partir de 10 euros), pertenece a un género del que seguro que no tendrás muchos juegos en tu ludoteca, sirve lo mismo para jugar con niños que con adultos tomando unas copas, etc.
Lo mejor: simplemente 100% diversión; otro modo de quitar a la gente el miedo a los juegos de mesa.
Lo peor: necesitas una mesa estable; puede cansar antes de lo que imaginas.
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