Austerlitz: Rising Eagles, de Hexasim. Crónica novelada de batalla.

[Acier Rouge]

A este juegazo de los franceses de Hexasim le tenía ya jugado los tres escenarios dos veces cada uno, así que el paso lógico era montar la mesa de la War Room y lanzarme con la obra de arte del Petit. Como ya sabéis, suelo escribir en el grupo Guerras de Cartón de Facebook:

https://www.facebook.com/groups/124107594985321/

Así que os voy a hacer aquí un collage-frankensteniano con las últimas publicaciones. No esperéis mucha coherencia, porque cada día es diferente, unos estoy más serio e histórico, otros más atento a cuestiones del juego, y otros burlón-quevediano. Empezamos con la crónica del primer escenario que jugué con mi compadre Zalo hace muchos meses ya, que no tiene desperdicio por la épica de San Davout.

[Acier Rouge]

DAVOUT: LA LEYENDA

Ayer por la tarde jugamos el primer escenario del Austerlitz, Rising Eagles de Hesaxim (por la mañana había caído el segundo). Afrontamos la partida con tranquilidad, sin sospechar que íbamos a presenciar la crónica más extraordinaria desde los tiempos de Snorri Sturluson, con episodios sacados de The Walking Dead y momentos cómicos "pythonianos".

Señores, vayan pasando las fotos y disfruten del apasionante proceso en el que la Historia se convierte en Mitología, los hechos en épica y la narrativa de una partida se convierte en inmortal. Escuchen la historia de San Davout.

El escenario contempla las primeras horas del flanco derecho francés en Austerlitz. Nicolás Davout, arengando a su III Cuerpo de Ejército, acude quemando suela de bota y herradura de caballo para proteger el ataque principal. Ante ellos, 4 cuerpos de la coalición (una horda literal de eslavos y centroeuropeos degenerados) se viene encima. La orden del corso es lacónica: "Mantenga los pueblos de Telnitz, Sokolnitz y su castillo el tiempo suficiente para que me meriende al zar". Lo que Davout, en su apabullante experiencia, estima en unas 5 horas.

La lógica apuntaría a atrincherarse como ratas inglesas tras el río y dar las órdenes desde la retaguardia. Pero Davout ha nacido para ese día. Sabe que si concede todo ese terreno a la Coalición, será expulsado irremediablemente, exponiendo a todo el ejército francés. Así que tomando personalmente el mando de los Tiradores Polacos (300 tipos que, como él, tienen muy poco que perder y toda una patria por ganar), sale al viñedo exterior de Sokolnitz para estorbar el avance enemigo. Más de 10.000 siervos de rancias potencias absolutistas. Davout indica al bandera que clave la regimental a un manzano que sobresale. A partir de ese momento, ese viñedo es Francia. Es República. Libertad, Igualdad y Fraternidad. Progreso.

Fieles a su fama, las "belles filles" del Emperador parecen tener sistema de guiado láser: todo el cuerpo de Kienmayer sale huyendo. No será la primera vez. Son las 7:30 de la mañana del 2 de diciembre de 1805, y todavía hay esperanza.

Sin embargo, a las 8:00 am la situación se tuerce. Una fallida activación y la retirada inesperada del 26 Ligero deja cercado a Davout y sus hombres en el viñedo. Es el momento exacto en el que Atenea envía a Clío a registrar lo que está a punto de suceder.

El I Cuerpo Ruso, una maraña de mujicks borrachos y crueles, se lanza al asalto. Con una sangre fría que deja la "flema" británica en poco más que un moco verde, Davout los rechaza sin despeinarse (ahí dejo la coña, para el que le gusten los grabados de generales).

"Mientras sólo nos superen 20 a 1, no hay nada que temer", tranquiliza a sus hombres. Y parece estar en lo cierto, puesto que vuelve a rechazar una segundo asalto, y un tercero, infligiendo graves pérdidas a los rusos.

Langeron, el general aliado más competente de la zona, se acerca a "resolver". "Son cuatro perros polacos y un calvo" grita a sus hombres. La bravata le cuesta 800 bajas y escapar de la muerte por los pelos (no los de Davout, claro). Acaba de sufrir la humillación más grave de su carrera, y considera el volarse la tapa de los sesos.

Tras hora y media defendiendo el viñedo frente la mitad de las fuerzas aliadas del sector, Zalo y yo comenzamos con las coñas. Que si "Chuck Norris trata de usted a Davout", que si "Homero escribe sus versos de la tinta que destila con la sangre de Davout", que si "los gabachos juegan en casa y los aliados no comprenden los entresijos de la lucha entre vides"...

Estamos flipando un poco con la situación, yo como un cochino y Zalo rindiéndose a la épica narrativa que los dados nos deparan, e imaginamos a Davout tuerto, cojo, con un brazo amputado que utiliza para asestar mandobles a los rusos desde encima de una vid mientras los pocos polacos que quedan dan las gracias por matar a raudales a sus enemigos ancestrales y apilarlos en grotescos muretes de cadáveres. Vamos, que lo de 300 de Frank Miller parece un puñetero cómic inclusivo de diversidad cultural al lado de lo que está pasando en ese hexágono.

Tanto es así que empezamos a pensar en el Petit, sentado en su puesto de observación comiendo un paquetito de garrapiñadas, y comentando a sus edecanes: "Davout lo tiene todo controlado, lo mismo le reclamo ese I de Dragones y el 108 de Línea, que va sobrado". El muy cabrón.

Los aliados lo intentan TODO. Le descerrajan hasta cuatro bombardeos brutales con todo lo que tienen (las baterías de Sievers y Sigismund hacen quebrarse el grueso hielo del río Goldbach). Tras dos horas de combate, ese viñedo parece Flandes en 1918. Pero Davout, que es el calvo más viril desde Don Limpio, dice na-nai. O "Davuti", como empezamos a llamar a sus galácticas tiradas.

A las 9:30 ocurre lo inevitable, y ensartado por mil bayonetas, Davout y sus polacos sucumben. Han sido necesarias dos horas y más de 10.000 tropas para reducirle y aniquilarle en un puñetero viñedo. Mientras, los franceses han podido reorganizar filas y prepararse para el asalto final. Al Petit se le escapa una lágrima: "Jodido calvo. ¡Qué hijodeputa heroico!".

Pero en el cuarto turno, chequeando la "Biblia" para ver qué le pasaba a Przybyzsew, ¡me doy cuenta de que lo hemos hecho mal! Aún rodeado de enemigos y ZOCs, ¡Davout tenía una oportunidad! Zalo me permite intentarlo (nos ha dado muy buenos momentos, el cabrón), e incluso con un malus de +2, Davout se reatomiza en el Viñedo Maldito (los aliados evitan pasar por ahí debido a los malos espíritus) como el mismísimo Doctor Manhattan. LA SEGUNDA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR Davout se materializa en el pueblo de Sokolnitz, donde es más necesario. Todas las mitologías orientales y occidentales contemplan el mito: aquél héroe que aparecerá en el momento más necesario para su pueblo con una espada mágica y brillante cartón (y armadura).

"¡Alabado sea Davout, porque al tercer turno resucitará para castigar a los ruski-filisteos!".

Se nos hecha la tarde, aunque en el juego son las 10:30 am. Davout, de vuelta a las andadas: rodeado con el 48 de Línea. Esta vez el III Cuerpo de refresco llega impoluto y arrogante a "sopapearle" en la plaza del pueblo. Davout les grita:

"No comprendéis que yo no estoy encerrado aquí con vosotros. ¡VOSOTROS ESTÁIS AQUÍ ENCERRADOS CONMIGO!"

Tras tres asaltos más en los que los aliados van con TODO, Davout sufre un doble volteo. "No pasa nada, piensa. Cancelaré comiéndome otra baja y manteniendo este enclave por unos minutos más". Pero, ¡Ah! ¡Porca Fortuna! Esos cazadores eran más flojos que la mierda de un italiano. Al aplicar la primera baja, nos sorprende una funesta realidad: sólo tienen un paso. Davout cae traicionado por un desertor, habiendo defendido solito todo un flanco. El Petit lo echará de menos el próximo año en Alemania.

Zalo, a pesar de haber acabado definitivamente con su Bestia Negra, está cabizbajo. Lo que nos hemos reído y vibrado con el jodío.

Pero todavía queda un turno, y la batalla está frenética. Tras las dobles oleadas de dos cuerpos, el cruce de carreteras de Sokolnitz cae. Sin embargo, y en épica resistencia, Telnitz es salvada para los franceses. Nos quedamos justo en un empate (16 PV hubiese sido una victoria francesa, 18 PV aliada), mientras nos tomamos la última caña a las 12:00 de la noche comentando lo que acabábamos de presenciar (habíamos quedado a cenar con mi pareja y sus amigas, pero lo cancelamos por lo frenético del desarrollo).

Voy a apostatar de la Religión del Monstruo Espagueti Volador. A mí que me apunten ya a la Iglesia de Nuestro Salvador Davout de Todas las Alopecias.

[Acier Rouge]

¿Debería? Todo empieza con una inocente pregunta.

"Un comienzo es un tiempo muy delicado".

Principalmente, toda la brasa que voy a dar se resume en esta imagen:

Chafardeando estrategias y posibilidades, ya voy captando de qué va ésto: cantidad vs. calidad. Cuando el líder genérico de reposición es MEJOR que tu comandante, y lo único que deseas es que la diñe al cruzar un río helado antes de la batalla.

Considerando darle a la batalla completa en estos días de cuarentena, una duda me asalta, y acudo a los muchachos. "No seas bobo y cometas los mismos errores con el ruso, bla-bla-bla..." pero el caso es que el diseño es inteligente: un ataque devastador (y exitoso) al debilitadísimo flanco derecho francés puede acabar en Victoria Automática para la Coalición.

Si os fijáis en la foto, nada menos que 5 banderas de las 9 gabachas se concentran allí (así como una de las dos fuentes de suministro, y la posibilidad de ir "tipi-tapa" hasta Turas, detrás del dispositivo imperial). Vamos, que si se quiebra a Davout (sabemos que eso es es difícil, como ya vimos en el Escenario 1), Napoleón no puede atacar a full en los Altos de Pratzen, debe cuidarse las espaldas y posiblemente pierda a los puntos (nada menos que 180 PV en el castillo de Sokolnitz y alrededores).

La otra opción es quedarse, claro: catenaccio austriaco y verlas venir, que los Hijos de la Revolución peleen cuesta arriba. Pero entre todo lo que va a caer, quién dice que en un asalto afortunado no se abra un claro en la niebla, salga el Sol de Austerlitz y se rompa el dispositivo de la Coalición (sin mencionar que un Davout sin presión puede hacer putas-virguerías tras las líneas aliadas).

Pues eso, que como no me decido, copio a Javier Cansado y os pregunto: ¿Me lanzo con la Coalición hacia Sokolnitz y Telnitz?

Aquí están los resultados:

Habrá que bajar al llano, pues. Preparo la mesa, las hojas de ayuda contra la pared, el cementerio (4 A4 con todo el orden de batalla, preparados para recibir convalecientes), el plano de órdenes de los cuerpos, el track de turnos, el sitio de la cerveza-café-té, alineo bien los altavoces para escuchar buena musicota, dejo un sitio cómodo para que Ker se enrosque como un ovillo mientras yo disfruto... ¡Todo listo! Justo antes de comenzar me acuerdo de una anécdota:

De pequeño estudié inglés en el Instituto de Idiomas, que en Vitoria era como la Escuela Oficial adaptada a niños y adolescentes. El caso es que a los 15 o 16 años la profesora nos dijo que teníamos que hacer una presentación de 5 minutos en inglés del tema que eligiésemos: cosa chunga, para chavales en plena edad del pavo, todo vergüenzas y encima en inglés... Así que intentando controlar daños, me fui a por un tema mainstream, neutro y con un desarrollo sencillo: expliqué la batalla de Austerlitz. Como os lo cuento.

Huevo sobre huevo, delante de la chica de la que estaba enamorado (no íbamos al mismo instituto y sólo la veía allí), tiza en mano y con voz firme, dibujé los Altos de Pratzen, intenté explicar el motivo de que el Petit "los regalase", comenté la marcha de Davout ("Very-very-very quickly!") y el morbo de la retirada, con la artillería rompiendo el hielo de los estanques de Satschan. Aquello ralentizó dos años más, sin duda, conquistar aquella plaza de preciosa melena morena. Pero fue una declaración de intenciones. No todo iba a ser fútbol en aquellas anodinas y predecibles charlas.

El caso es que ahora esta batalla vuelve con la fuerza de las armas combinadas: libro y wargame. Y como me habéis liado, voy a atacar Sokolnitz. Que me quiten esta polka bailada: son las 6 de la mañana del 2 de diciembre de 1805, y la Guardia de Kienmayer comienza a descender de la ermita de San Antón. Como dijo el pérfido Bardo:

"All the world is a stage, and we are merely players."

Después de encenegarme un poco con mi gran amigo Patxo sobre la calidad musical de Izal, siempre respetuosamente ("Infecto pop nauseabundo de un tipo de privada que se hace pasar por alternativo para vomitar banalidades que hacen las delicias de las muchachas que se creen demasiado profundas como para escuchar reaggeton. ¡He dicho!"), estoy preparado para inaugurar el tinglado.

6:00 AM, 2 de diciembre de 1805.

La niebla es espesa como un carro de algodón, piensa Kienmayer. No es que haya visto uno nunca cargado, pero así se lo imaginó cuando un teniente de navío que había visitado la República Americana se lo explicó, borrachos en una taberna de Trieste. Densa, suave, amortiguando el ruido de los 6.000 hombres que marchan a sus espaldas. El silencio casi es perfecto, aunque se rompe periódicamente cuando sus cosacos pasan al galope tendido rastreando actividad enemiga. En Viena lo expresaría de otra forma, pero entre sus ulanos no es necesario: no se ve una puta mierda.

De vez en cuando se oye algún disparo madrugador a lo lejos. Ni uno de su columna, pues las órdenes han sido claras: armas descargadas bajo pena de muerte. Quedan unos 2 km hasta el pueblo de Telnitz, y sería muy recomendable tomarlo sin alertar a los franceses. La oscuridad y la niebla juegan a su favor, además de los cosacos que le ha proporcionado el general Dokhturov: borrachos, criminales y bestias, pero excelentes a la hora de reconocer el terreno.

Tras media hora de marcha llegan a un viñedo situado en una colina: no ha habido suerte. Los cosacos informan de que el enemigo ocupa el pueblo, infantería de línea, seguramente un regimiento. Da las órdenes pertinentes: los húsares se despliegan en el flanco izquierdo, con intenciones de cruzar el Goldbach aguas abajo por el puente desprotegido (eso si los Cazadores franceses no han anticipado la jugada, piensa sombrío), mientras da órdenes a los trenes artilleros de prepararse: si el enemigo se ha concentrado tanto, habrá que molerlo a obuses. Finalmente busca a Carneville para que despliegue a sus hombres: nada de florituras, asalto frontal con todo, a probar suerte. Si son rechazados, ya explorará otras alternativas al norte, pero quiere intentar un ataque antes de las 8 de la mañana. Sería bonito, piensa. Madrugarle a los franceses, pero sobre todo a los rusos, cuyos comentarios y condescendencia se hacen insufribles. Salvar un poco de orgullo austríaco tomando ese pueblo y, quién sabe, quizás arrebantando la gloria luego a los rusos tomanto también Sokolnitz.

El general sueña despierto, como una lechera flamenca. Lo único que se interpone en sus delirios casi febriles de grandeza son los 1.500 franceses del 3º de Línea. Tipos muy fogueados de fieros mostachos. Atrincherados en el pueblo, están tranquilos: 4 a 1, tratándose de austríacos, es un buen ratio.

[Acier Rouge]

La batalla completa de despliega en apenas 5 minutos, puesto que los cuerpos van ocultos hasta que se descubren. Cada uno cuenta, además, con dos señuelos, que sirven para otear al contrario. Cada hora de la batalla la línea de visión crece, puesto que la niebla se disipa.

Situación inicial y órdenes.

Nocturnidad, alevosía y cosas peores: "Es peor que un crimen, es un error."

Poco a poco se destapan las intenciones. La presión sobre el flanco derecho francés es devastadora, superados más de 5 a 1 Davout defiende Sokolnitz hasta el último hombre. Primero le han bombardeado con 50 piezas: sin problema. Luego le han asaltado 4 a 1: un volteo de nada.

Davout pide "5 minutitos más" en Sokolnitz.

La Coalición no deja de enviarle TODO lo que tienen.

Los absolutistas ya no sonríen tanto: Soult, ese futuro mecenas del arte hispánico, ha llegado con sus muchachos. Los Altos de Pratzen aún quedan lejos, pero sus voltigeurs ya están a tiro de las tropas que acosan a Davout.

Suficiente por hoy. Tengo la impresión de que cuando todas las fichas estén en el tablero, un turno se escapará de las 5 horas. Bueno, os comento la situación, porque ahora mismo preparo otra encuesta para ver cómo juega el francés la carta:

- Davout está rodeado en Sokolnitz. No os preocupéis, le va el cuero y es su estado natural. Pero claro, "tanto va el cántabro a la fuente..." (lo siento, pero se me quedó desde mis años mozos en Santander), que algún día sucumbirá.

- No es el único lugar comprometido: el 3º de Línea aguanta en Telnitz, pero las hordas austríacas empiezan a cosquillearles los flancos.

- Sin hablar de los 600 cazadores que guardan el puente más al sur del Goldbach: tienen enfrente a 2.000 ulanos lanzándoles carga tras carga.

Vamos, que la situación del III Cuerpo de Davout, y con ello de todo el flanco derecho francés, ES CRÍTICA. ¡Chochprecha! Lo sabíamos, pero siempre agobia.

Tengo una carta táctica que me permite activar un cuerpo una tercera vez (los cuerpos sólo se activan un máximo de dos veces por turno), y la voy a jugar ya (es curioso, cuando se juegan estas cartas no se gastan, sino que pasan a ser posesión del contrario). Me la guardaba para el último asalto a la guardia, para esa carga de Ney contra los cuadros, para comprometer a la guardia a última hora de la tarde... Pero visto lo visto, caerá ahora, a las 9 de la mañana.

El tema es que dudo sobre quién jugarla:

- III Cuerpo de Davout: Me permitiría algún disparo, acercar el 33 de Línea que viene a apuntalar este desastre y, lo más importante, efectuar otra tirada para ver si me llegan más refuerzos, que necesito como el llover. El 33 podía lanzar un asalto y desalojar al regimiento Ingrie del Príncipe Urusov, lo que salvaría del cerco a Davout.

- IV Cuerpo de Soult: Ya ha sido desplegado y en este turno sólo podría asaltar la aldea de Pratzen, con la mitad de sus efectivos, y enviar el resto a ayudar a Davout. Estos últimos no llegarían al meollo, pero establecerían ya contacto con la retaguardia de Lanjarón y quedarían en una buena posición para dar un susto a los orkos rusos. Los dragones, además, podrían pegarse una buena galopada hasta los Altos de Pratzen y amenazar las baterías que machacan al pobre Davout desde los viñedos.

Viene a ser un Davout (pan MUY necesario para hoy, aunque hambre para mañana) o Soult (no solucionaría nada ahora, pero empezaría a poner nerviosos a los aliados). En sus sabias manos lo dejo.

[Acier Rouge]

Hemos llegado a las 9 de la mañana: rodeado y ensangrentado, Davout resiste a duras penas. Pero su emperador no le ha olvidado, y desplazándose personalmente al centro, sus arengas han hecho precipitarse a 10° Ligero y a los dragones del IV cuerpo hacia los altos de Pratzen. La idea es simple: cortar escrotos cosacos y caer como furias sobre las baterías que machacan Sokolnitz.

En el norte Lannes y Bagration afilan sables y encienden mechas: el golpe es inminente.

En el centro se está creando un espejo: ambas guardias, junto con las reservas de caballería, se aproximan. El choque puede ser brutal, y esta vez no es momento para timoratos: los granaderos de ambas guardias se emplearán tempranamente. Quien rompa el centro podrá pivotar hacia la retaguardia enemiga de cualquiera de los dos flancos.

Como veis, la Coalición ha salido a por todas y no le va mal... mientras pueda conservar sus ganancias.

Los húsares y ulanos de Kienmayer se han activado como hienas en busca de alguna Águila imperial: ¿Lo conseguirán?...

Pues mira, de 5 que podían haber tomado, sólo ha caído una, de la única unidad que han eliminado, el resto ha aguantado muy bien. Se empieza a comentar que el III Cuerpo de Davout es ejemplar en la huida, se defiende que da gusto (porque excepto el apilamiento del Calvo, el resto de su cuerpo ha tenido un desempeño desastroso antes de ponerse en fuga).

Y otras dos cosas:

- Menuda puta mierda que te den una bandera por cargarte a una batería y que salga la tirada. Hasta donde sé, ¡A la artillería no se le entregaban águilas!

- Todavía voy bien, con el resultado histórico. En Austerlitz perdimos una única águila, tan sólo tengo que aguantar sin que me capturen otra 8 horitas más de nada...

[Acier Rouge]

Davout va a llegar a tomarse el amaiketako (el almuerzo de las 11) en la taberna de Sokolnitz, pero lo va a hacer sólo, porque ya no le queda cuerpo con quien compartirlo.

Pratzen está a punto de caer: el propio Petit se ha involucrado en 3 asaltos, mano a mano con Soult, haciendo terribles bajas a la columna de (me levanto de la mecedora para mirarlo...)... Przybyszew. Compro vocal. Al menos lo hemos capturado, al cabrón. A su sustituto (misma efectividad, es lo que tienen los aliados) le llamaré Koldo, que es más sencillo.

Al norte las Guardias se han quitado las caretas: ya han desplegado. Los rusos son como Labordeta: no tienen infantería suficiente para cubrir tanto cañón. "Saca un poco de pan para acabar este queso... Saca un poco de queso para acabar este pan...". Y así.

Y ya fuera de la batalla, tomando un agradable brunch de cuarentonas sin nada que hacer hasta que los niños salgan del cole, Lannes y Braga-tión se miran por sus respectivos catalejos. "A mí qué me cuentas", parece decir Lannes encogiéndose de hombros. "¿No habíamos quedado aquí? Es que tengo orden de defensa, y aparcar por tu zona se pone fatal con tanto cosaco".

De las caballerías nada se sabe aún: a los gabachos les encantaría explotar el hueco de las colinas de Pratzen y a la Coalición taparlo, pero las órdenes lo impiden. Donde manda Ministra de Igualdad no manda general de caballería. En el próximo turno ya se podrá intentar cambiar las órdenes..

Poco más, termino mi té mientras que el "Shine on You Crazy Diamond" se acaba. Pienso en Murat, claro. Ahora que sé que mide 1,90, ha dejado se ser un tanque: es un KV-1. El de Rasenai, por ejemplo. Pronto lo "arrancaré"...

[Acier Rouge]

"Tómate un respiro. Tómate un Mu-rat".

Os explico el tinglado, que es devastador: 

Estamos a nada de terminar el turno de las 9 de la mañana: se han conseguido activar prácticamente todas las unidades y líderes de ambos ejércitos, dos veces cada una. Ha sido un turno largo.

Como ya sabéis, el III Cuerpo de Davout ha sido volatilizado: horribles tiradas en todos los regimientos excepto en Sokolnitz, donde su sola presencia impone. Le quedan dos piezas de artillería y una mula con muy mala hostia, que ha colocado marcha atrás para que arree coces a los rusos. Vamos, que de esta no sale. Para ejercitar un poco más el noble arte de la plañidera, ha perdido una tanda de refuerzos porque no he conseguido 5 o menos (en 2d6) en.. ¡5 ocasiones! En resumen: flanco derecho perdido, lo que supone 4 banderas, una de ellas línea de suministro (vale como 4). MAL, MUY  MAL.

El Flanco Derecho francés se compone de Davout, dos piezas y una mula. También hay 300 dragones, pero el Calvo les han dicho que se retiren, qué se lo dejen a él, que es el tatarabuelo de Chuck Norris.

La mitad del cuerpo de Soult acude en socorro, pero asaltar en el sentido inverso al que llueve metralla es costosísimo, y aunque avanzan, se van diezmando. Los granaderos de Duroc han sido desviados hacia allí, pero en realidad ya no hay prisa: no queda III Cuerpo que salvar. El resto del cuerpo de Soult, con el Petit a la cabeza, ha dado alguna alegría en Pratzen, capturando al superior de Koldo (hoy no lo miro, lo siento) y desmoralizando su división entera. Pero la 5º columna, a las órdenes ni mas ni menos de Kutuzov, ha establecido una perfecta línea de artillería que da PUTO MIEDO, así como reconquistado unas casas del pueblo. Además, con las dos salvas más tontorronas de la historia, han puesto en fuga dos columnas francesas de unos 5.000 hombres. Vamos, que ahí tampoco bien.

"Todos en fila india, de la mano cuando crucemos los pasos de cebra y ni se os ocurra poneros a tiro de artillería, ¿eh?" Frasecita de maestra.

El resto del frente, hasta las alturas del Santon, ha presenciado una preciosa coreografía mientras se descubrían los cuerpos: ni el Cuñado del Tato ni el Sobrino del Cuco se atreven a reducir distancias. La artillería en este juego, como bien me avisó Bargerald, es demoledora. La Coalición no tiene prisa (está "paliceando" con ganas), y los gabachos tienen un compendio de órdenes de defensa con Lannes y miedete de comprometer la Guardia tan pronto (su bajas cuentan el TRIPLE). Total, que disparitos desde lejos y mucho mamoneo de catalejo, pero aquí ni dios tiene cojones para asaltar. Que visto como atizan esas MGs de cerca, me parece lógico.

Pero claro, cuando salgo de la microgestión y me siento en la mecedora un rato, la aritmética de la batalla me sopapea el gepeto. Me levanto para ver el cementerio y no salen las cuentas: así van a ganar los absolutistas. Por mis venas corre sangre jacobina meritocrática, no puedo permitirlo.

Busco y rebusco la solución, pero todas las formaciones están comprometidas. Las únicas sin desplegar, todavía ocultas, son las dos reservas de caballería. Pero Murat tiene orden, al menos hasta que se termine este turno, de avanzar hacia Blaziowitz, justito donde está la Guardia Imperial Rusa con sus putos proto-Órganos de Stalin preparados para hacer quincalla de coracero.

Sigo mirando, contando, buscando... Y termino por ver una posibilidad. Estúpida, alocada, suicida... Pero remotamente posible. La 5º columna de Lichtestein ha derivado a sus unidades más potentes a apuntalar Pratzen, dejando la chusma húngara, eslovena y demás naciones con pocas ganas de luchar por los austriacos cuidando los cañones. No es nada fácil, puesto que sería una carga de caballería cuesta arriba contra la de dios-es-cristo de artillería austriaca. Lo de la Brigada Ligera parece una amigable partida de paintball de despedida de soltero a su lado.

Increíbles paralelismos con la batalla de Sbodonovo que se narra aquí.

Napoleón llama a Murat, en un granero a las afueras de Pratzen. "¿Qué propone?". Más o menos ocurre la conversación que os adjunto: Murat es un tipo fiable de FP, no un filigranas discípulo de Atenea. "Carga frontal, sire". "Sabía que no me decepcionarías, gitanazo. Ole tus huevos toreros, ese aro de tres pulgadas que tienes en la oreja y esos rizos de bucanero. Ve y destroza esos cañones. Y lleva clavos, no seas como el bermellón, que siempre se los olvida. ¡Bribón! ¡Qué paquetazo marcas! ¡Sus y a ellos! Por la Francia y todo eso. Rapidito".

Murat ha sugerido. Te alabamos, Murat.

Así que allá voy. Mirada de los 1.000 metros preparada. Cornetas listos. Estoy a punto de mandar a 6.000 hombres a la tumba... o a la gloria. Probablemente ambas.

Bueno, pues allí está, y hacia aquí viene. La reserva de caballería está justo detrás, y todos los manuales estratégicos dicen que es mala idea... Pero no puedo dejar la oportunidad: la calidad de mis coraceros es 10, la de la chusma eslava que protege esas piezas 6. Leónidas pasó a la historia con menos.

[Acier Rouge]

¡Se me saltan las putas lágrimas! Ha sido de cuadro de Dalmau, de poema de Tennyson, de libro de Conrad... Una epifanía "joyciana", toda la vida jugando wargames para, muy de vez en cuando, presenciar esta belleza. Exquisito porno wargamero: las águilas al viento, los sables de los coraceros caracoleando recortados contra el cielo, las trompetas ensordecedoras...

La carga lanzada.

El centro de la Coalición ha roto. 5.000 bajas en el primer embate. Y eso que hemos perdido 400 valientes coraceros por la artillería austriaca, que ha ido fina. Pero al llegar al contacto... Se han deshecho como azucarillos en café. Los coraceros iban con calidad 10, y los eslavos con calidad 6, todo consistía en no ser rechazados por la artillería, y todos los chequeos han sido pasados. El Enano asiente aprobador desde Pratzen. Su Montaña lo ha vuelto a conseguir: aún hay batalla.

El resultado: abertura total, con sólo la caballería aliada para taparla.

Pero ojo, que acaba de desplegar también la reserva de caballería aliada. No es tan buena como la francesa, pero ahora los corceles gabachos están fatigados, y eso los hace vulnerables. Se avecina una contra-carga épica también. Si Murat es rechazado, el I Cuerpo de Bernadotte puede cubrirles. Si la caballería aliada huye... Todo su dispositivo podría caer como un castillo de naipes.

They shall not grow old.

[Acier Rouge]

FESTUNG PRATZEN!

¡La reserva de caballería de la Coalición ha capturado a Murat! Eso y 1.500 bajas, es decir, quedan la mitad de coraceros. Sin embargo, ya no se puede rebañar más el yogur: no queda nada que convocar, y los restos de caballería francesa amenazan el flanco derecho, mientras que Soult sigue presionando en el pueblo de Pratzen: ha cambiado ya tres veces de manos.

El Petit ha tenido que ir a retaguardia a espabilar a 3 apilamientos que estaban en fuga: "¡Cobagdes ratas, volgver a ganagos la gloria fils de vuestra porca putana mamma!" Cuando se estresa, se le mezclan los idiomas.

Davout al final ha concedido Sokolnitz, pero no sin establecer una segunda línea de defensa: teatralmente, ha dibujado una raya en el suelo con el sable y ha gritado al 48 de Línea, recién llegado y jadeante: "¡A partir de ahora, esta línea es Francia! Es honor, progreso, lugar de ciudadanos libres. Como los griegos hace miles de años, luchamos contra siervos, sub-humanos supersticiosos que se inclinan ante degenerados monarcas. El Petit Caporal necesita dos horas para terminar de quebrar el centro aliado, y podéis creerme: ¡Se las vamos a dar! ¡Porque sois la mejor infantería del mundo, porque el elán es patrimonio francés y porque os inspira la propia Enciclopedia, los hombros de gigantes y la Luz que iluminará al planeta! ¡No es posible un paso atrás en el progreso humano, no esposible ceder un palmo más de terreno a esos austriacos! ¡Hijos de la Lumière, a mí...!".

Se le acerca el edecán: "De vicio, sire. Niquelado, para Oscar. Tengo los pelos de los huevos como escarpias. Más aplomo que Tom Hanks. La troupe está de aplaudir, si no fuese porque se nos echan encima esos Jäger, que tienen nombre de tostada bohemia, triple destilación. Si salimos de ésta, le cae un ducado fijo. Uno decente, italiano, con buena comida y mejores mujeres."

[Acier Rouge]

La suerte sonríe a los audaces. Y a los perseverantes.

Mientras el cepo se cerraba como unos romanos republicanos cada vez más abarrotados en Cannas, una inocente salva a más de medio kilómetro se ha tornado en catástrofe: el apilamiento sobre el que pivota la defensa ruso-austriaca acaba de salir corriendo. De nada han servido las terribles amenazas de Kutuzov, prometiendo empalamientos en todo el camino de aquí a San Petersburgo: 1.500 hombres y más de 40 piezas han tomado las de Villadiego. 

Justo, justo en este momento en el que los apilamientos recuperados por Napoleón se dirigen a Pratzen, y que Bernadotte, al que esta vez no le llamaré traidor sino lento e incompetente, sigue impoluto y descansado, esperando para propinar el golpe de gracia.

Feo se pone para la Coalición... Deberán echar mano a la Guardia Rusa, y sólo el dios ortodoxo sabe lo mucho que eso desea Bessiéres, que se relame al pensar que los gorros-de-oso estarán cansados cuando él mande a la créme-de-la-créme...

El Sol de Austerlitz (brumoso aún)

Llegamos a las 11 de la mañana, tras un turno corto (en la primera activación de 36 posibles, saqué 11 activando el fin de turno. Tardó en llegar, pero era inevitable).  Los cañones de la coalición están haciendo su trabajo y  no es la primera ni la décima vez que un asalto francés se va a la mierda por lo finos que andan los ruskis con las miras telemétricas (una botella de vodka vacía del revés).

Sin embargo, Pratzen a caído, desetabilizando todo el centro aliado. Un par de salvas agraciadas y unos asaltos decentes han terminado por entregar la llave al IV Cuerpo de Soult, que aunque maltrecho, ha desmoralizado a numerosas unidades aliadas. El norte del campo de batalla no ha visto acción: mucho miedo ante las bocas enemigas, y era vital activarse en las zonas donde ha trascurrido la acción.

Davout se ha hecho un mini-feudo con 2.000 tropas y 300 húsares en una colina. De los tres cuerpos que le acosaban, dos han debido ser retirados para contrarrestar elementos del IV Cuerpo y los granaderos de Duroc, que llegan frescos y con ganas de retomar Sokolnitz. Especial atención a la artillería ruski de esa zona: se han ventilado 600 dragones a 500 metros en una andanada.

Aunque todo parece pintar azul ahora, no hay que engañarse: los franceses tienen dos cuerpos desmoralizados (Davout y Murat), han perdido tres banderas consiguiendo sólo una y para aspirar a la victoria marginal deben sacar 400 PVs a la Coalición. Es decir, todavía van perdiendo, y de mucho.

Los círculos rojos son unidades aliadas retirándose. La primera línea de contención de Lanjarón (el del agua embotellada) está a punto de quebrar a la izquierda, pero la segunda tiene una batería de artillería infranqueable. Davout a lo suyo, en modo corsario pirata independiente.

Un minuto de silencio por esos dragones, que se han ido al garete cuando les ha impactado el Gran Bertha en medio de la formación. Al fondo, la primera línea de contención está muy floja ya, pero ha desgastado muchísimo a los hombres de Soult.

En Pratzen ya hay una tricolor: el centro aliado hace aguas, aunque aún conserva numerosa artillería para rechazar las columnas francesas.

Con ningún cañón por banda,
viento en popa, a vela agujereada,
no corta la nieve, sino vuela,
mi comandante calvín:
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo Europa conocido,
del uno al otro confín.

Especial mención a la carga de Bernadotte, por la que nadie (especialmente el resto de mariscales franceses) daba un duro, pero que ha puesto en fuga a los húsares austriacos y tomado las alturas. Sólo los quería para fijar la caballería aliada, pero si encima la desalojan solos, pues tanto mejor. Lo mismo me repienso lo de fusilarle al final del día.

El Petit está contento en Pratzen: tiene tres horas más para destrozar a la Coalición.

[Antonio Carrasco]

Especial mención a la carga de Bernadotte, (...) Lo mismo me repienso lo de fusilarle al final del día.

En vez de fusilarle se cruel y nómbrale rey de España.

[Acier Rouge]

Especial mención a la carga de Bernadotte, (...) Lo mismo me repienso lo de fusilarle al final del día.

En vez de fusilarle se cruel y nómbrale rey de España.

Jodo, Antonio, el tipo merece pelotón de fusilamiento y damnatio memoriae, ¡pero tampoco esa tortura inhumana! Mañana voy a salir a las 8 a aplaudir a Amadeo de Saboya, no te digo más...

[Acier Rouge]

EL SOL DE AUSTERLITZ


Os bastará con decir "Yo estuve en Austerlitz" para que respondan:

"¡He ahí un tipo que pasó todos sus chequeos de moral antes de los asaltos!"



A las casi 13 pm he dado por terminada la batalla. En el conteo de los PV la Coalición sigue ganando,pero es cuestión de tiempo. Entre la columna de Lanjarón, que resiste con brío las conquistas de primera hora (Telnitz, Sokolnitz y el castillo) y la primera unidad de la Guardia Rusa en el otro extremo de la batalla hay tan sólo 1.202 soldados de la Coalición: Un regimiento tocado, Alejandro I y Kutuzov para un hueco de 5 km. Debacle.

Como os comento en las fotos, hubo tres momentos muy locos en el turno de las 11 de la mañana donde todo pudo ser: la Carga del Emperador (Jaques-Louis David se va a cagar cuando le pida el cuadro porque esta vez sí que hay épica y coraje, con lo mal jinete que era el Petit...) ha sido decesiva y casi afeita la cabeza a Alejandro I, un tipo sin palabra ni honor. Kutuzov ha cumplido como un profesional, quedándose a buscar la muerte entre sus hombres y consiguiendo, milagrosamente, retirarse con las banderas.

Los ataques de Bagration y la Guardia Rusa han estado a punto de desequilibrar la situación, pero todo se ha estabilizado cuando los Granaderos de la Guardia Imperial, que vienen a ser los Exterminadores de los Marines Espaciales pero con mosquetes, han intervenido. Con el goteo de refuerzos Davout se ha venido arriba (ya sólo le superaban 2 a 1, y eso para Don Limpio era una chuminada), por lo que se ha lanzado a retomar Sokolnitz ante un Kienmayer que ha paladeado la miel de la victoria durante unos minutos, para luego temer ser barrido del mapa.

Como digo, todo más explicado en las fotos. En general, muy, muy divertido. Han sido muchas tarde-noches aprovechando esta cuarentena, y si bien no lo he podido disfrutar con algún amigo, sentarme a las tantas en la mecedora tras unas activaciones, té en la mano y buena música, escribir la crónica y terminar leyendo unos capítulos del Austerlitz de Oleg el Terrible ha sido una experiencia perfecta.

Para el recuerdo, la carga de Murat: incertidumbre total, nervios, miedo a tomar una mala decisión, los onerosos cañones aliados... Y finalmente la adrenalina, la gloria, la desbandada del centro aliado. Pagaré lo que pidan por su liberación (tampoco están en condiciones de pedir nada, la verdad).

Sensación también de que he jugado uno de los Austerlitz posibles con este juego. La partida podría haber sido completamente diferente si la Coalición se hubiese quedado a verlas venir, o si Napoleón hubiese montado su ataque de forma diferente. Sin duda, aquí sigue quedando mucho juego.

No me ha hecho demasiada gracia la efectividad de la artillería. La Coalición tiene mucha, y es devastadora a corta distancia. Pero no es un tema por bandos: en general, no hay huevos de lanzar el asalto general a no ser que sea imprescindible. El defensor tiene una considerable, si no "gran", ventaja. Seguramente en la próxima bajaré una columan todas las tablas de disparo.

Ahora toca hacer un vídeo para Sergio y Wargame Reviewer. Y algo aún más importante:





Los únicos cañones que se oían aún eran las piezas que había colocado el IV Cuerpo en las alturas de Pratzen, mirando al sur. Napoleón les había dejado hacer: con 4.000 bajas incluido su general, y en la furia de la victoria, estaban descargando su ansiedad y frenesí contra los hielos del Satschan, quebrando la capa por donde correteaba los restos de la columna de Kienmayer. Aciago día para el austriaco, que a las 10 de la mañana creía la batalla ganada.

El Petit está muy satisfecho. Acaba de ganar una batalla decisiva a dos emperadores indignos de su nombre. Huérfano en una familia pobre y abarrotada de una isla perdida en el Mediterráneo, tiene claro que su misión es cambiar las reglas del juego: permitir que los mejores estén a la cabeza del gobierno. Ni más, ni menos. Su filosofía es la de la ciencia, la de los artistas, la de los egiptólogos, la de códigos civiles igualitarios para todos, la del fomento de las universidades, las becas, proporcionar a los talentosos la capacidad de llegar a los más alto. Se acabaron los privilegios absurdos de sangre. Y por sus recios huevos corsos, que lo va a conseguir. "Espero que Alejandro y Francisco tengan hambre", piensa. Les va a hacer tragar unas condiciones bochornosas para su estúpido orgullo aristocrático.

Pero antes debe hacer algo. El Petit es un hombre de prioridades, y la embriaguez de la victoria no le ciega. Se acerca a la retaguardia en Turas, escoltado por un escuadrón de sus cazadores (los Granaderos de la Guardia están en una divertida partida de caza tras los hombres de Constantine, jugando al Obélix, es decir, a recoger cascos de piel de oso).

Entra en la tienda-hospital destinada a oficiales y se congratula al comprobar que hay muy pocos necesitados de cuidados. Avanza hacia el fondo, donde dos doctores y varios auxiliares se arremolinan en torno a una mesa. Al verle, abren un hueco, aunque sus miradas son elocuentes: "Rápido, sire. Necesitamos trabajar". En la camilla, Soult se revuelve ensangrentado, pero modera sus estertores al reconocer el legendario bicornio. "¿Y bien?", pregunta.

"Lo has conseguido. El IV Cuerpo ha ganado la batalla." Asiente Soult, satisfecho y relajado. La muerte no es nada comparado con el deshonor de la derrota. Ha cumplido. "Merci", dile el Ilustre, lacónico y sincero. Es la dosis de morfina más agradable para Soult. Muchas veces ha escuchado a Napoleón despachar embajadas o políticos con pomposas y elaboradas fórmulas, todas diplomáticas e insinceras. Pero lo que acaba de decirle, en una palabra marcial, es comunicación directa de soldado a soldado. Escueta y mil veces más significativa. Agradecimiento puro.

El Petit hace un gesto y los cirujanos continuan. Mientras sale de la tienda, recapacita. Si sale de ésta, a Soult le va a caer una corona. Suecia, probablemente. La tenía apalabrada con Bernadotte, pero le pueden ir dando mucho por el cul-de-sac. Y algo habrá que pensar para el Calvo, claro. La batalla la ha ganado el IV Cuerpo, sí, pero gracias a las termópilas davoutianas. ¡Qué cabrón! No sólo ha resistido, sino que con los últimos refuerzos (aún le quedaban más de 2.000 infantes por llegar y los 1.000 dragones de del 4º que cerraban la marcha) ya se estaba viniendo arriba para reconquistar sólo Sokolnitz. La última vez que miró en esa dirección con el catalejo, le pareció advertir, en el clareado semblante del general, una mueca de fastidio y frustración. Como si desease que los aliados hubiese aguantado 3 horas más para hacerlo todo solito. Menudo figura.

La caballería de Murat (en realidad, en estos momentos de su subalterno) toma Stare Dinoharadi y compromete la retaguardia del centro aliado, incluido al deshonesto zar de todas las Rusias.




"Ahí es donde crecen las Legiones de Honor", y todo eso. O "Tanto va el cántabro a la fuente"... Soult caer herido a la cabeza de sus hombres, intentando asegurar el pueblo de Pratzen.




Espalda con espalda, los cañones aliados todavía son terribles, y nadie se atreve a irles de cara. Pero Napoleón tiene una mala baba corsa que es de temer: se pone a la cabeza de 300 coraceros y junto con algunos carabineros carga contra los restos de la caballería aliada, donde Alejandro I se refugia con los ojos desorbidatos: no ha visto una batalla en la vida, y la situación le queda grande. Por un momento, Kutuzov desea que caiga, y pueda arreglar por fin este desaguisado.




Efectivamente, el Petit se merienda a los temibles corazeros del Kaiser, pero en el frenesí está a puntito de perder el control de sus bersekers y que se estampen contra los cuadros aliados. 7+3 de Napoleón, dan justo 11, a un pelo de estamparse contra las bayonetas rusas. Perder aquí al Petit hubiese sido MUY anticlimático.




El centro aliado se tambalea, Davout se atrinchera en una colina y Lannes y Bessiéres tienen todo controlado al norte. No pinta bien para la Coalición.




El cementerio empieza a crecer.




Desesperado, Bagratión inicia la ofensiva para intentar aliviar la presión en el centro: la carga de los coraceros rusos se merienda a 1.000 dragones de Lannes, pero su infantería no está inspirada y huye ante el fuego artillero francés.




Es el momento de ganarse la fama: la Guardia Rusa se activa. Con lo buenos que serían todos esos cañones en defensa... Pero corren el riesgo de terminar cercados por los el I Cuerpo de Bernadotte, que ha quedado liberado, así que allá van...




... hacen pupa a Lannes, sin duda, pero ocurre lo esperado: los Granaderos de la Guardia acuden a "saludarles". Calidad 12, ojo ahí. Demasiado para los rusos...




Pan con mantequilla bretona para los Granaderos. Llevan 2 años ensayando en Boulogne, son, literalmente, los mejores guerreros sobre la faz de la tierra, y una de las mejores unidades de todos los tiempos.





Davout recibe 4 colegas y se viene arriba. Con Dokhturov y Lanajarón preocupados por si les cae el VI Cuerpo, Kienmayer no es rival para el "chico guapo de la película".




Lannes reorganiza y comienza a martillear el ala derecha aliada. La Guardia Imperial comienza a recoger gorros de oso...




"Jandrito", como le llaman a escondidas en su ejército, comprende que ha metido la pata hasta el fondo. Que es indigno de su puesto, de su cargo. Que es, en definitiva, el hazme reír de Europa, junto con Fancisco I.




Últimos momentos de la batalla: rechazo aliado al norte, desbandada en el centro y nervios en el ala izquierda.




Órdenes y bajas.




Tres banderas austriacas (de momento) vs. 1 capturada por los aliados.




Evitaría la muerte súbdita con la segunda activación del IV Cuerpo, dándome atracón de banderas en Pratzen y San Anton.




La única columna casi intacta de la Coalición. Muchos, muchísimos cañones ahí...




La War Room ha estado a la altura de la batalla.




Mi oponente, intentando que no se le note el gustico de que han ganado los franceses.

[ibaius]

Buenos días,
Gracias y felicitaciones por el AAR tan currado que os habéis pegado.
Para quitarse el sombrero.
Por otra parte  viendo las imágenes me ha generado alguna duda sobre las pilas de unidades amigas.
Supongo que aplicasteis el limite de apilamiento de  30 puntos de apilamiento? o dos unidades en el hexagono sea cual cual sea su valor de apilamiento de la misma formacion,mas una artillería de otra formación? ,y eso si,siempre un limite maximo de 5 unidades?
Este último punto fue una actualización en las últimas reglas de la serie.

Pues nada saludos y gracias nuevamente.



Enviado desde mi SM-J710F mediante Tapatalk

[Acier Rouge]

Buenos días,
Gracias y felicitaciones por el AAR tan currado que os habéis pegado.
Para quitarse el sombrero.
Por otra parte  viendo las imágenes me ha generado alguna duda sobre las pilas de unidades amigas.
Supongo que aplicasteis el limite de apilamiento de  30 puntos de apilamiento? o dos unidades en el hexagono sea cual cual sea su valor de apilamiento de la misma formacion,mas una artillería de otra formación? ,y eso si,siempre un limite maximo de 5 unidades?
Este último punto fue una actualización en las últimas reglas de la serie.

Pues nada saludos y gracias nuevamente.



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Muchas gracias por las felicitaciones. Efectivamente, he seguido todas las reglas de apilamiento excepto el último punto, que desconocía. ¿Es aplicable sólo a Ligny-Quatre Brass, o a las batallas anteriores también? Siendo así, seguro que algún stack del final de partida es incorrecto, puesto que las unidades volteadas "ocupan" poco.

Lo que me ha parecido excesivamente determinante es el fuego artillero, ufff... ¿No crees que debería bajarse una fila a los resultados, al menos?