Todas mis partidas han sido así, nuestro record es cargarnos a Roma en 45 minutos de juego. Somos unos corruptos.
¿45? a mi me ha durado bastante menos.. XD.
Durante la República temprana, el RoR es un juego esencialmente colaborativo. Si cada uno va a la suya, la República se hundirá irremediablemente (siempre hay milagros, pero nos entendemos). La manera de "putear" a estas alturas del juego es muy sutil, y se basa en otros aspectos, la mayoría de ellos soterrados. Un jugador que vaya a la suya o que putee abiertamente puede incluso, en mi opinión, cargarse la misma esencia del juego.Durante la República tardía sí existen esas puñaladas traperas por las que parece que todo el mundo suspira. Aún así, hay que hacerlas con inteligencia y prevaricación. Es mucho más divertido ser Meñique o Varys (tomando ejemplos de A Game of Thrones), que jugar como si se estuviera en una partida de Munchkin. No olvidemos que el objetivo del juego es gobernar Roma de manera eficiente y, además, conseguir más influencia en el proceso que el resto de jugadores. Si Roma se hunde es un fracaso, mire como se mire.
La sangre hispana no permite estas sutilezas. Ya me gustaría a mí jugar una partida con esas ideas de gobierno común y demás utopías. Desde luego, pienso intentarlo, pero ..., no sé.
¡Qué gracia! Es la segunda vez que oigo un comentario igual que éste sobre jugar RdR con españoles. Je,je. Lo dijo un experto en wargames de por aquí con el que coincidí en las I Jornadas de Wargames de Almería... No digo su nombre por si ocasiona alguna susceptibilidad La verdad es que me llamó mucho la atención este comentario y, desde entonces, se me puso en la cabeza el RdR. Ahora que lo tengo y he comenzado a jugarlo, comprobaré en mis propias carnes ese matiz "nacionalista". Saludos,
Yo estaba presente cuando se hizo ese comentario...
¿Para cuando un sello de "probado por jugadores españoles"
A mi este juego me encanta, la idea me parece genial y creo que bien jugado debe ser una gozada, pero mi única partida ha sido puñalada tras puñalada desde el primer momento y la verdad es que no salí muy contento de la experiencia. Hoy es posible que juguemos nuestra segunda partida y espero que se de esa utópica colaboración entre senadores para salvar Roma, aunque siendo como somos de hispanos...Ya os contaré.