Con decirte que lo vendí sin haberle estrenado con con sólo una lectura de las reglas... Me pareció sosillo, un juego de mayorías del cual lo único que me llamó la atención es el sistema de cartas. Gastas piedras por ejecutar las cartas buenas y recibes piedras por ejecutar las malas. Tienes que optimizar salir muy beneficiado al comprar unas y no muy perjudicado al comprar otras.
Luego igual es la panacea de los juegos de mesa, pero si es así y si un día lo pruebo y me gusta, puedo comprarlo de nuevo ya que no es difícil de encontrar, aún está en stock en varias tiendas. Aunque como juego de mayorías del señor Alan Moon ya tengo el San Marco. Para qué quiero otro.