¿Qué le pasa a Leo Colovini?
En 2006, editó Masons o Mauerbauer (su último gran éxito) y Justinian (precioso pero malo como un dolor).
En 2007, no sacó ni un juego reseñable a parte de fillers desconocidos.
En 2008, sólo publicó The Dutch Golden Age, un juego bonito estéticamente pero muy familiar, sin ese regustillo a eurogame abstracto de los diseños que le hicieron famoso, una especie de Catán que pasó sin pena ni gloria.
En 2009 publicó:
Islas Canarias, parece que debido a un diseño horroroso no tuvo mucho tirón de ventas, aunque los que lo han jugado dicen que es un juego familiar que se deja jugar.
Atlantis, un Cartagena vitaminado que ha gustado al público más familiar pero que no es ninguna aportación novedosa.
Donna Leon, juego adaptación de una serie de novelas muy famosas en Alemania de adivinar dónde esta el asesino, sin ninguna repercusión y bastante penoso según los pocos que se han atrevido a jugarlo.
En 2010 no sacó ningún juego, yo esperaba que estuviera preparando algún juego currado para volver a su época dorada entre 2000 y 2003 ya que hacía 5 años que no sacaba ningún juego de la calidad de los de aquella época.
Pues bien, para Nuremberg 2011 se esperan dos juegos suyos: Draco (parece otra vuelta de tuerca a la idea Cartagena) y Geizen (un push-your-luck de dados). Sólo con echarle un vistazo a las portadas y leer un poco sobre ellos y ver que son juegos de Schmidt (clásica editora de juegos o casi juguetes alemana) me han hecho perder toda la esperanza que me quedaba en él...
Como a Knizia, ¿se le acabaron las ideas? Con los juegos tan interesantes que ha diseñado: Clans, Doge, Carolus Magnus, Cartagena, Puentes de Shangri-La,... y algunas joyas en el fango: Alexandros, Go West y Familienbande.
A mi me daría vergüenza poner mi nombre a juegos de una "presunta" baja calidad a sabiendas de que hay un público que quiere serle fiel y que aún adora sus juegos viejunos, ¿que pasa con su reputación? ¿es mejor sacar lo que sea para seguir comiendo de esto? ¿Los diseñadores tienen su momento de gloria para luego vivir de la nostalgia como los músicos, directores de cine, etc? ¿Le llegará también a Wallace, Feld, Gerds,... su San Martín para acabar arrastrandose sacando morralla para seguir comiendo?
¿Hay aquí algún decepcionado más?