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david_lago

ASANTE: ¡Gracias! De nada... (Reseña de Games de Mesa)
« en: 24 de Febrero de 2015, 12:37:41 »
Termina el carnaval, llega la cuaresma, y en Games de Mesa no se nos ocurre mejor manera de terminar con la fiesta de don Carnal que realizar una reseña... ¿qué otra cosa podíamos hacer?
Hoy reseñamos un gran juego para dos jugadores, Asante (“gracias” en lengua Suajili), creado por Rüdiger Dorn y publicado en España por la cordobesa Ludonova.

Os invitamos a pasar por el blog de Games de Mesa para ver la reseña con fotografías variadas:

http://www.gamesdemesa.blogspot.com.es/2015/02/asante-gracias-de-nada.html

Ficha técnica:
Autor: Rüdiger Dorn.
Editorial: Ludonova.
Número de jugadores: 2 astutos comerciantes.
Tiempo de juego: A partir de 40 minutos.
Edad recomendada: A partir de 12 años.
Año de publicación: 2013



Temática:

En Asante, los dos jugadores adoptarán el papel de dos comerciantes que tratarán de obtener el mayor beneficio posible realizando negocios de compra-venta de mercancías. Para ello contarán con la ayuda de diferentes cartas de personajes o animales, además de las habilidades especiales de distintos objetos. En el juego hay cierta dosis de "interacción" (manera elegante de decir "puteo") entre los jugadores, pero eso sí, siempre sin acritud...


Contenido y diseño gráfico:
Asante se nos presenta en una caja cuadrada, tamaño estándar de los juegos de Kosmos para dos jugadores (tipo Exploradores o Tuareg). Las ilustraciones corren a cargo del archiconocido Michael Menzel, y como siempre, son muy buenas y cumplen sobradamente con el objetivo para el que están relizadas, en este caso el de acercarnos un poquito al corazón de África y sus comerciantes suajilis.

Dentro de la caja encontramos:

- 112 cartas de juego, repartidas en cartas de lugares sagrados (15), de mercancías (35), de objetos (14), de personajes (34) y de animales (14).
- 46 fichas de oro: 25 grandes de valor 5 y 21 pequeñas de valor 1.
- 5 contadores de acción.
- 48 mercancías, repartidas en 8 copias de cada una de las siguientes: joyas, piel, té, seda, fruta y sal.
- 2 puestos de mercado.


Objetivo del juego:
Como adelantábamos al inicio de la reseña, los 2 jugadores se pondrán en la piel de comerciantes suajilis. Deberán realizar compras y ventas de mercancías, y ganará el jugador que haya conseguido más oro al final de la partida. Y para ello, necesitamos saber cómo se juega...


Mecánica:
Asante es un juego estratégico de colección de cartas y gestión de mano. Cada jugador es dueño de un puesto de mercancías. Al jugar cartas de mercancías un jugador puede comprar esas mercancías del almacén y colocarlas en su puesto. También es posible vender las mercancías que aparecen en una carta de mercancía si ya contamos con ellas en nuestro puesto, y obtener beneficios por ello. Tras venderlas, el jugador tendrá que devolver las mercancías de su puesto al almacén. El precio de la compra o venta viene indicado en cada carta. Pero no es tan simple; se pueden jugar cartas de personajes, animales, objetos, lugares sagrados... para facilitar nuestra labor. Bueno... también para fastidiar al contrario (¡en la guerra y en los negocios todo vale!).
La partida se juega en turnos, donde los jugadores se irán alternando para jugar las 5 acciones disponibles en cada uno. La partida termina cuando un jugador alcance las 60 pepitas de oro, aunque tras esto su contrincante dispondrá de un turno más.
El juego se divide en dos fases: Robar cartas y Jugar cartas.

· Fase 1: Robar cartas.
En primer lugar, el jugador activo puede coger la primera carta del mazo de robo a cambio de una acción. Si le conviene, se la puede quedar en su mano. Si no, la puede descartar y elegir entre robar otra carta (pagando otra acción, of course) o pasar a la fase 2. Puede hacer esto hasta 5 veces en su turno, pero solamente se podrá quedar una carta en su mano.

· Fases 2: Jugar cartas:

En esta segunda fase, el jugador jugará cartas de su mano que, salvo excepciones que se indiquen en las propias cartas, siempre costarán una acción. Las cartas pueden ser de diferentes tipos:

- Cartas de mercancías: Sirven para comprar o vender mercancías, como hemos indicado en el apartado de la mecánica del juego. Son la principal fuente de ingresos para los comerciantes... (¡venga, señora, que me lo quitan de las manooos!).

- Cartas de objetos: Al jugar una carta de objeto, el jugador la coloca boca arriba en su área de juego, justo delante de una de las 3 cartas de lugar sagrado. El oponente recibe la carta de lugar sagrado, que no va a su mano sino que la pone boca arriba en su área de juego. Inmediatamente se repone el hueco con otra carta de lugar sagrado. Si un jugador ya ha bajado 3 objetos y quiere bajar un cuarto, puede hacerlo, pero deberá descartar uno de los que ya hay en juego para dejar sitio libre, ya que no se pueden tener más de tres en juego. Además, en este caso será el jugador activo quien gane la carta de lugar sagrado y no el contrario.
Las cartas de objeto son muy interesantes y aportan beneficios nada despreciables. Para usar las cartas de objeto bajadas, el jugador activo tendrá que pagar una acción y girar la carta para indicar que ya ha sido usada. Tras terminar su turno, la carta se vuelve a colocar en posición vertical (no se descarta).

- Personajes: Al jugar una carta de personaje, el jugador realizará la acción descrita y después la descartará.

- Animales: Funcionan exactamente igual que las cartas de personajes. Suelen fastidiar al jugador contrario en mayor o menor medida, aunque también las hay que te aportan algún beneficio. No tiene precio la cara que se le pone a tu oponente cuando le sueltas un chimpancé o un gorila, por ejemplo. Aunque nuestra debilidad son los suricatos... ¡¡desde aquí os recomendamos adoptar postura de suricato antes de jugarla!!

Cuando un jugador juegue una carta de personaje o de animal, el contrario podrá, si quiere y puede, bajar una carta de Amaestrador (sin coste de acción) para neutralizarla acción. Y es que el Amaestrador es el César Millán de la cultura suajili...

- Lugares sagrados: Estas cartas, que recordemos que las ganamos cuando el jugador rival baja una carta de objeto frente a su zona de juego, nos permiten obtener algún beneficio sin coste de acción al utilizarlas. Los beneficios pueden ser robar una carta, coger una pepita de oro, recuperar un contador de acción ya usado, intercambiar una mercancía de tu puesto con el almacén a razón 1:1, o una carta comodín (elegimos la que más nos interese).
Cuantas más cartas de un mismo lugar sagrado tengamos, más potente será la acción que se lleve a cabo al jugarla. Por ejemplo, si tenemos 2 cartas de Montañas Ruwenzori (la que nos permite robar una carta), al  poseer dos cartas obtendremos doblemente su beneficio aunque solo nos tendremos que desprender de una. Dicho de otro modo, si tenemos dos cartas de este tipo, desprendiéndonos solo de una obtendremos 2 cartas. Si tenemos 3, pues 3... ¡Menudo chollo!


Y eso es todo. Cuando un jugador llegue a 60 pepitas de oro o más en su turno, la partida finaliza, no sin antes dar al contrario la oportunidad de jugar un último turno, durante el cual si consigue superar o igualar la puntuación del jugador que provoca el final de la partida, se proclamará vencedor de la partida. ¡¡Cuidado con esto!! ¡Puede haber sorpresas hasta mismísimo final de la partida!


Conclusión:
Para los que solemos jugar mucho en pareja, que supongo que seremos una amplia mayoría de la comunidad jugona, Asante es un grandísimo juego de colección de cartas y gestión de mano. Su tiempo de partida, la interacción entre los jugadores, la dosis de estrategia que contiene... lo hacen perfecto para jugar una partida con cierta "chicha" en poco más de media hora.
En este juego es muy importante conocer las cartas existentes, pues así se le sacará mucho más partido y se podrá hacer una estrategia más profunda. No es complicado llegar a conocer las diferentes cartas, ya que no son demasiadas.

Conclusión final:
Asante, un juego ideal para rivalizar por tener el mejor negocio con tu pareja o algún amigo. En algunos momentos habrá que jugar sucio, soltando un animal salvaje junto a su puesto para que le desmonte el chiringuito... Eso sí, recuerda que siempre hay que ser agradecido. No olvides dar las gracias a los compradores. ¡Asante!