Black Mirror

No soy muy de recomendar series de televisión en este blog, y eso que últimamente estoy descubriendo verdaderas joyitas, pero es que Black Mirror ha superado todas mis expectativas. Desde hace un par de semanas se puede ver en TNT esta miniserie de tres episodios independientes  y conclusivos, de los que ya han emitido los dos primeros, con los que lleva al extremo el papel que juega o jugará la tecnología en nuestro día a día para, en realidad, ir un paso más allá y explorar cuáles son los verdaderos límites del ser humano, y a que nivel de sedación global podemos estar expuestos. Y por lo visto lo han conseguido, con bastante éxito y de que manera, ya que nos ofrecen tres propuestas sorprendentes, mordaces y atrevidas que han convertido la miniserie en una de las más vistas en el Reino Unido tras su paso por Channel 4 y de las más buscadas en internet. Simplemente brutal. Una bofetada en tres actos.

Episodio 1: El himno nacional

El primer ministro de Gran Bretaña se enfrentará a una situación límite cuando la princesa Sussane es secuestrada y amenazada de muerte. ¿Hasta dónde seríamos capaces de llegar en una situación límite? Un relato que analiza el papel de los medios de comunicación, el comportamiento de la sociedad y de aquellos que la dirigen en situaciones en las que una vida depende de una decisión crucial. La polémica está servida con un argumento que gira entorno a una propuesta impactante.

Episodio 2: 15 millones de méritos

Un grupo de humanos pedalea sobre una bicicleta estática para acumular créditos canjeables en bienes o en una participación en un reality show. Las relaciones humanas están calculadas, la sensación de que no hay futuro flota en el aire, la presencia tecnológica es omnipresente, el día a día es una mezcla de reality show y videojuego. En una historia en la que es difícil hallar un signo de esperanza, un sentimiento intenso puede hacer que todo adquiera un nuevo color. Aunque seguramente no es el color que todos desearíamos.

Episodio 3: Toda tu historia

En un futuro alternativo las personas pueden guardar cada momento vivido en una cápsula insertada en sus cabezas y revivirlos con un mando a distancia. Revisar nuestra existencia una y otra vez. Ver a voluntad cada palabra y cada gesto de nuestra vida. Somos discos duros andantes capaces de alegrarnos, torturarnos y obsesionarnos viendo mil veces lo que ya hemos vivido. No podemos cambiar el pasado, pero sí revivirlo en un bucle. Sin duda, esto no puede resultar sano para una relación.

 

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