Cómo fabricar un Frankenstein lúdico

En estas últimas Essen se ha presentado un juego por nombre Fremde Federn (en inglés, lo han traducido por Copycat). Es bastante posible que pasaría sin pena ni gloria si el autor no fuera Friedemann Friese, no se hubiera orquestado una campaña de marketing viral (e hype) alrededor del juego, y no se vendiera como el juego que ha copiado (de ahí lo de copycat) mecánicas del top10 de BGG. Y precisamente esto último es para mi lo realmente destacable de todo, y a lo que voy a dedicar esta pequeña entrada de opinión.

La verdad que este tipo de experimentos lúdicos, como creador de juegos y aficionado, a mi me resultan muy interesantes, al menos «como concepto». Yo siempre he sido de la opinión de que «cogiendo trozos» de diferentes juegos, y cosiéndolos creando una entidad nueva, se puede diseñar un juego mejor (o de mayor calidad, si se puede medir de alguna manera). Es más, no hace falta ser un lince para ver que muchos que aparecen en las estanterías en los últimos tiempos no son más que claros homenajes o «vueltas de tuercas» de otros juegos ya conocidos, y del que se aprovechan en cierta manera para partir de una base más sólida en lugar de innovar. Pero es que hemos llegado a un punto, para mi de inflexión, que encima no solo se homenajean sino que encima se utilizan descaradamente como campaña de marketing para vender más juegos y que se hable de él. Y para que no se me malinterprete, no estoy reprochando en absoluto que se haga, pero cuanto menos, me parece curioso.

Pues bien, el juego que nos ocupa, no solo es un engendro de estas características (yo lo he bautizado como Frankenstein lúdico) sino que encima funciona y creo que es un buen juego. Es evidente que el título de Copycat es una buenísima elección a la hora de escoger un nombre para el producto, y para mi dice mucho de la personalidad (extrovertida) del autor. Con lo cual, este señor con el pelo verde (o azul) turquesa (nunca he sabido diferenciar estos dos colores), ha demostrado empíricamente que basta con hacer unas permutaciones de mecánicas entre varios juegos para crear otro nuevo, que funcione, sea un producto nuevo y que encima se pueda vender. Este tiene cosas del Dominion, Caylus, Throught the Ages, Puerto Rico, y algún otro que se me escapa; se habla de ello  en círculos lúdicos sin ningún tapujo, y el boca a boca de los jugones hace el resto. Quizás, en este caso puntual falte ajustar algunas cartas, y es posible que el progreso sea demasiado explosivo y exponencial en los últimos turnos, pero eso ya no es problema del engendro, es problema de Viktor Frankenstein. También es cierto que cuando yo lo jugué las cartas de multiplicadores las usamos mal (entre otras cosas).

¿Cómo veis este tipo de iniciativas? ¿os resultan curiosas como a mi? ¿ entendéis que es una «vergüenza» que se haga? ¿qué opinión tienen los otros autores, y en particular las víctimas, sobre esto? ¿beneficia a todos? ¿o les perjudica? ¿innovación o clonado? A mi me surgen muchas preguntas. Solo el tiempo dará las respuestas.

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One thought on “Cómo fabricar un Frankenstein lúdico

  1. Tengo curiosidad por este juego y por el experimento (yo tambien ls apruebo, sobretodo si vienen refrendados por la sinceridad/marketing de este). Pero algo me dice que no me va a gustar… 🙁

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