El pasado viernes tuve la oportunidad de ver una horda de niños (y no tan niños) jugar un torneo de Kendama en la playa del Morrongo de Benicarló.
El kendama es divertido un juguete infantil originario de Japón consistente en un objeto con apariencia de martillo al que va unido una bola mediante una cuerda. La bola tiene un agujero en ella, y se encuentra inicialmente clavada en la parte de arriba del kendama. Los dos lados del «martillo» son cóncavos, uno pequeño y otro grande, y el objetivo del juego consiste en lanzar la bola hacia arriba y hacer que aterrice sobre una de las partes del «martillo».
Hay muchas maneras de jugar a este juego y muchos trucos que hacer con este juguete. Se agarra el Kendama con una sola mano, el objetivo del juego consiste en lanzar la bola hacia arriba y hacer que aterrice sobre una de las partes cóncavas del «martillo» o empalado en la punta dejar la bola colgando de la cuerda y lanzarla hacia arriba para intentar «pincharla» en el martillo, hacer que la bola vaya pasando de un lateral cóncavo del kendama a otro, etc.
Hay once movimientos prescritos en la lista de trucos Kendama para lograr un rango kyu y varios más de una clasificación dan. Un libro publicado por la Asociación Japonesa de Kendama dice que hay 101 trucos para el juguete y se supone que decenas de miles de variaciones.
La verdad que pude verlo en acción y sorprende la habilidad manual que se puede tener con este juguetito. Flipante lo de algunos niños. Por unas horas, eché de menos mi infancia jugando a la peonza y al yoyó.
