El estrés es una reacción psicológica y fisiológica del organismo frente a una situación nueva, buena o mala, que requiere una adaptación. Pues bien, lo siento mucho pero yo no me adapto. He llegado a un punto del que apenas dispongo de tiempo para disfrutar de mi ratos libres, apenas juego a ningún juego de mesa y apenas dedico tiempo a mis proyectos. >
Y para mas inri, no hay semana que no reciba un email para cosas tan dispares como entrevistarme en un programa de radio argentino (viviendo en España) a unas horas intempestuosas, ser conferenciante en una convención anual de una asociación dedicada al intercambio y relación entre aficionados y coleccionistas de todo lo concerniente con la figura de Sherlock Holmes, contratarme como colaborador en un medio de comunicación de ocio nacional para ser el encargado de la sección de ocio (y hablar de juegos de estrategia, rol, de cartas, rol en vivo, juegos de ingenio, etc), diseñar un juego de mesa para una asociación sin ánimo de lucro (por la cara), o participar en una quedada interclubes y agrupaciones de rol de Zaragoza (y montar partidas de El Club de los Martes y mi próximo juego Sherezade y la Lámpara Maravillosa).
Siempre he sido una persona inquieta, pero ha llegado un punto que tengo que voy a tener que empezar a decir NO a muchas cosas. Los días tienen 24 horas, de las cuales una tercera parte dedico a dormir y la otra tercera la dedicaré a trabajar (de algo tengo que vivir) y actualmente tengo las mañanas ocupadas con un cursillo. Así que si descontamos el tiempo que dedico a comer y a los traslados, apenas dispongo de unas pocas horas al día, y quiero dedicarlas a mi.
¿Por qué digo esto? Para que quede constancia y la gente sepa que soy humano, y que no tengo el don de la ubicuidad, y que por muy dicharachero que sea, no puedo ayudar o colaborar con todos. Así que a partir de ahora seleccionaré a quien le regalo mi poco tiempo libre, so pena de parecer un borde. Cuestión de prioridades y motivaciones.
