Una noche en la ópera

En los tiempos que vivimos, machacados hasta saciedad con programas estúpidos en la televisión (pública y privada), faltos de toda ética y moral, y sobre todo repetitivos, de forma que no dejan de ser calcos, copias y homenajes de otros programas en otras cadenas.>

Yo no soy mucho de ver televisión, pero internet es una fuente de información, y es imposible no enterarte de algo que esta causando un verdadero furor en Reino Unido.

Estoy hablando del programa «Britains Got Talent 2007» (el equivalente a Factor X de Cuatro), un tipo de programa que vende aire y que habitualmente no deja de ser un triste desfile de gente ilusionada, normalmente poco talentosa, y la gran mayoría bastante patéticos.

Pues bien, un tipo llamado Paul Potts y sus santos cojones (porque además los tiene que tener más grandes que los de un toro de lidia), acude al programa este, con una mirada medio herida, tímida, e incluso me atrevo a decir que perdida, y no se le ocurre otra cosa que cantar en su primera actuación para clasificarse en el programa «Nessun dorma» (Que nadie duerma), aria del acto final de la ópera Turandot de Giacomo Puccini; una opera, si señor.


http://www.youtube.com/watch?v=i0dzZTPWrSM

He de decir que a mi no me gusta la opera, es más la encuentro especialmente cansina, pero es imposible que escuchando a Paul Potts no se te erizen los pelos de los brazos y sueltes algunas lagrimillas. Solo hay que verle cuando todo el público le aclama en pie, y más de uno del jurado tiene que tragarse todo su orgullo y su supuesto conocimiento musical. Un tímido Paul, poco acostumbrado al éxito, apenas es capaz de levantar la mirada.

Desde ya mismo os digo que paso a ser un fan incondicional de Paul (la verdad que desconozco si es un virtuoso de la opera, pero es que ni me interesa ni me importa); solo por el hecho de lo que ha conseguido demostrar a más de uno interpretando esto en el típico programa telebasura, ya es merecedor de mis elogios. Es como si llegara David y de una pedrada derribará a Goliat delante de todo el mundo en el minuto de máxima audiencia (o share).

Por cierto, creo que Paul ha llegado a la seminifinal del programa, y ya tiene su espacio en myspace. No se ni siquiera cual es el premio final, pero sinceramente debería ganar y de goleada.

Y digo yo, ¿cuándo pasará algo similar en la industria de los juegos de mesa? ¿Cuándo aparecerá un tipo anónimo y se le reconocerá de esa manera su mérito? Estoy seguro que hay más de uno que se merecería su minuto de gloria. A ver si alguien es capaz de hacerles ver a más de una editorial, que la gente que compra sus juegos en ocasiones (solo en algunas ocasiones) es inteligente y quiere cosas diferentes y de calidad, y no solo aquello que quieran venderle. Vivimos en un mundo lleno de hipocresía e hipócritas. Déjenos elegir.

Edito: Paul Potts se proclamó ayer ganador del concurso y se llevo las £100,000 del premio.

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