El Ludomatón: Chechu Nieto

Chechu Nieto (Cinedeaqui, en la BSK) es otro de los ilustradores patrios que ha entrado en el mundillo de los juegos de mesa por la puerta grande, y otro buen ejemplo, de constancia. Se dio a conocer ilustrando juegos print & play en la BSK y en apenas dos años se ha convertido en un artista casi fijo de editoriales como Z-Man, White Goblin Games, NestorGames, Asylum Games y GMT Games. Entre sus futuros proyectos está el rediseño gráfico del juego de mesa Dominant Species y la versión de cartas y del iPad/iPhone del mismo juego. Ahí queda eso.

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1. El juego que te hizo descubrir el gusto por los juegos de mesa. 

Las primeras sensaciones que recuerdo de contactar con un juego de mesa fue un wargame que publicó un periódico cuando yo era muy pequeñito… recuerdo haberlo flipado con las fichinas de aviones y soldados aunque no tenía ni flowers de para qué servían.

Después, mi infancia lúdica es casi calcada a la de muchos de mi generación: juegos Cefa, Risk, etc… También mucho (muchísimo) Ajedrez, Trivial Pursuit y Scrabble; un Trivial bastante viejuno por cierto, en el que conservo hay preguntas del tipo: ¿quién es el actual seleccionador español de fútbol; respuesta: Helenio Herrera (jugar hoy en día es todo un reto).

Otro tópico, letargo de unos cuantos años y vuelta de la pasión gracias a Carcassonne y el descubrimiento de la comunidad lúdica que habita LaBSK (que no es un juego pero tengo que nombrarla, lo siento). 😉

2. El juego de mesa más perfecto de la historia.

Mmmm… un clásico que siempre estará ahí y al que me encanta jugar y que no se lo acaba uno es el Ajedrez… no sé si será perfecto pero que roza la perfección según mi criterio y mis gustos personales seguro.

3. El último juego que te ha entusiasmado y no te deja dormir por las noches.

Entusiasmarme como para no dejarme dormir por las noches, ninguno hasta la fecha la verdad; un mismo juego puede apasionarme durante una partida y al día siguiente parecerme aburrido, depende mucho de con quién juegue y de mi estado anímico del momento. Eso sí, mi estado siempre es el de preparado para jugar, a lo que sea, donde sea y cuando sea.

4. Un juego de mesa para regalar.

He regalado muchos, para tratar de evangelizar tierras yermas de afición lúdica y asegurarme de que habrán juegos de mesa en según qué lugares que frecuento (como bolsas de oxígeno debajo del agua). Para dar con el juego de mesa para regalar que encaje con la persona o personas a las que va destinado el regalo primero hay que tener en cuenta las características de estas personas, por lo que no te podría nombrar uno sólo. Te puedo hablar del último juego que he regalado: Letters from Whitechapel (versión Devir) a mi hermano y su mujer, porque sabía que funcionaba muy bien a dos y que a ellos les atrae mucho el personaje de Jack el destripador y la época que contextualiza el juego. Un juego gráficamente excelente, por cierto.

5. Un juego de mesa que siempre debe llevarse de viaje.

Pues no lo sé… nunca me he llevado sólo uno. Suele primar el tamaño de los juegos por encima de lo demás… lo que nunca falta en la maleta es algún juego Nestorgames (Top Speed, Mecca, 11…) porque ocupan muy poquito espacio y ya lo dice su eslogan: fun to take away!

6. El juego de mesa perfecto para hacer amigos.

Ciudadelas, Diplomacy, Saboteur, Battlestar Galactica… venga, en serio, quizá algún party game tipo Time’s Up (el juego que te puedes fabricar con 4 folios y un boli), por eso de que te desinhibes aunque no conozcas al grupo con el que juegas; además, suelen darse situaciones muy cómicas y patéticas durante el juego… gente aparentemente muy normal que, en cuanto se gira el reloj de arena, se transforman en psicópatas. Recuerdo yo una partida durante la que uno de mis primos, Dani, tuvo que describir con mímica al ex presidente de los USA, Bill Clinton… ya te puedes imaginar qué gesto hizo y cuán rápido acertaron el personaje; recuerdo que más tarde pensé lo raruno que era que, después de haberte trabajado una carrera política tan prolífica como la de Bill, el rasgo más distintivo para identificarte popularmente (al menos en España) fuera ése. El de comerte una banana, por si hay algún lector despistado.

7. El juego de mesa que odias que te guste.

¡Uttia! (largo período de reflexión)… Si me gusta no lo puedo odiar… ¿Un juego de mesa que sea mi placer culpable? Mmmm, me gusta mucho jugar al juego de cartas Iliad pero, no sé por qué, no suele gustar a nadie más que a mí y esto me produce una sensación rara, pero odio no.

Odio jugar a Dixit pero es odio a secas porque no me gusta, no encajo en este juego, el juego va por un lado y yo por otro.

Me gusta jugar a Set pero me da mucha pereza cuando sale a mesa porque me obliga a utilizar al máximo mis neuronas cerebrales para no hacer el ridículo en la puntuación final, pero es perrez más que odio (por cierto, jugar a Set me produce dolor de cabeza pero no tanta como jugar un duelo a 2 a Jungle Speed, ¿alguien más lo ha probado? Es como comerte un helado muy rápido, es puro dolor cerebral.

8. El juego de mesa más rancio o cutre del mundo.

Hombre, te puedo hablar de uno de los tableros más feos del mundo lúdico, el del juego Galápagos de White Goblin Games. También me gustaría proponer como alumno aventajado en cutrez el juego de Justin Bieber: always be mine como el juego de mesa más estúpido creado nunca… y ya sé que tiene su público, como los Sálvame de luxe, etc, y que a lo mejor generan más dinero en España que un Caylus, bla, bla, bla…

9. El juego de mesa que te hubiera gustado diseñar.

No soy creador de juegos de mesa pero citaré dos que no me hubiera importado firmar: Carcassonne y Colonos de Catán… ¿cuántas unidades de estos dos juegos se venden en todo el mundo durante un año?… Sacad la calculadora y entenderéis las razones por las que elijo estos dos juegos.

Por el placer de haberlo creado (más allá de cuestiones monetarias), me hubiera gustado crear Dominant Species, juego en el que últimamente estoy profundizando bastante y que considero a todas luces un clásico contemporáneo.

Como aprendiz de artista lúdico, el juego que me hubiera gustado que me encargaran para hacer el arte (concepto, diseño gráfico e ilustraciones) es la reedición de Juego de Tronos, pero me temo que ya llego tarde para este juego.

10. El juego de mesa más chorra, pero más divertido.

Pues uno que ya he nombrado, Jungle Speed es chorra pero muy divertido… y peligroso (yo ya no lo juego desde que en una partida casi me sacan un ojo con el tótem de los cohonne).

Top Speed no entraría en la categoría de chorra pero es increíble cómo un juego tan abstracto que no deja de ser un poco como el 7 y medio tuneado puede hacer que los jugadores sientan las mismas sensaciones que si estuvieran pilotando un fórmula 1 durante una carrera… es un juego que sale muchísimo a mesa y nunca decepciona.

11. El juego de mesa que no entiendes como puede estar en el top50 de BGG.

Twilight Struggle… ¡es bromaaaaaaaaaa!

Pienso que los juegos que están en el top 50 y en el top 100 de la BGG están ahí por sus razones de peso y porque sus usuarios han votado por ello… quizá la realidad del aumento del tamaño del mercado de los juegos de mesa de los últimos años ha provocado que bastantes juegos relativamente modernos estén demasiado arriba en el ranking por volumen de ventas más que por calidad en el criterio… sí, definitivamente hay unos cuantos a los que me gustaría ver en la lista dentro de 10 años (en especial, 7 Wonders, Stone Age, Troyes y Earth Reborn).

Tampoco acabo de entender por qué se considera War of the Ring y War of the Ring Collector’s Edition como dos juegos distintos, estando los dos dentro de ese top50.

12. El juego de mesa que te gustaría ver publicado en español.

Twilight Struggle… y esta vez no es broma (gracias Sr. Devir por escuchar mis rezos); Dominant Species y Pandemic no estarían mal tampoco.

13. Un juego de mesa descatalogado que te gustaría tener en tu ludoteca.

Quizá el juego de Borras Espías y Confidentes, por eso de la nostalgia ya que fue el primer juego de mesa al que recuerdo haber jugado (aprovecho para agradecer a JavideNuln-Beren de LaBSK por recordarme mi Rosebud particular)… además, me llevé una alegría cuando visité su ficha en la BGG y vi que quién había colgado las fotos del juego era ni más ni menos que Pedro Soto, compañero de fatigas que me debe ya la friolera de 7 cañas de cerveza (que me las anoto, Pedro, que me las anoto).

14. Un juego de mesa que marcó una época.

¿Qué tanto por ciento de usuarios de LaBSK han renacido lúdicamente de sus cenizas gracias a Carcassonne y Colonos de Catán? Yo creo que estos dos juegos han marcado nuestra época contemporánea. Para otras épocas históricas tendría que echar mano al muy recomendable libro de Oriol Comas El Mundo en Juegos, por lo que ahora mismo no tengo criterio suficiente y seguramente diría algún que otro disparate.

15. Un top ventas.

Carcassonne … no recuerdo dónde lo leí pero cuando me enteré de las unidades que vendió sólo en España durante 2010 recuerdo que lo flipé en colores y odié un poquito al señor Klaus-Jürgen.

(nota del entrevistador: posiblemente en Granollers, estuvo como autor invitado ese año, junto conmigo).

16. Un juego de mesa en solitario.

Una de mis últimas adquisiciones, Onirim… sobre todo, jugando con las expansiones que incluye el juego para darle más enjundia al asunto.

17. Un juego de mesa que es una pequeña joya por descubrir.

Uno moderno para jugar con adultos amantes del Sci-Fi, Ascending Empires… porque es divertido, lo juegas de pie dando vueltas por la mesa, el tiempo pasa volando, funciona muy bien a 4 y a 2 jugadores (sólo lo he probado con estos jugadores) y siempre hay situaciones que comentar durante el post partido.

Para jugar con niños pequeños, Ghosts!… por la gráfica del tablero (que me encanta), por la sencillez de reglas y por los fantasmas que gustan tanto a mi churrúmbel Hugo (y también a mi gato Chimis-Chimis).

18. Un juego de mesa que cueste menos de 20 euros.

Por ejemplo, recuerdo que Famiglia era muy barato y se ha rentabilizado con creces (aunque tuve que leer cómo se jugaba en LaBSK y en algún blog porque sólo con las reglas que trae el juego es casi imposible ponerte a jugar).

Otro que se puede encontrar nuevo por menos de 20 euros es el Carolus Magnus, que no está nada mal a mi humilde entender.

El citado Onirim también es una buena compra y habría que repescar alguno más de la línea de juegos pequeños de Z-Man Games.

19. Un juego de mesa que cueste más de 60 euros.

Pues alguno que otro hay por ahí… Venga, uno carete que podría atraerme bastante y que ya he citado antes: War of the Ring Collector’s Edition… ni me gastaría lo que cuesta, ni tendría gente con quiénes jugarlo ni seguramente tendría el tiempo libre suficiente para rentabilizarlo… pero si tuviera compañeros de juego seguidores de la temática, dinero saliéndome de las orejas y estuviera jubilado, no me lo pensaría dos veces… quién sabe, los de la misma franja de edad (25-45 años) que somos target de ventas lúdicas estos días seremos viejunos algún día y quizá en los geriátricos del futuro se juegue a la Playstation y, por qué no, a la Guerra del Anillo en la sala de juegos, en vez de ver ciclos de películas de Lina Morgan (que también).

Otro juego de los caretes que no me compraría ni loco es el reciente Dreadfleet… ¿qué vale, 100 eurakos?… not with my money!

20. Un print and play.

Yo suelo currarme mucho mis Print&Plays (aunque pocos he ensamblado) por deferencia profesional. Al que más cariño le tengo es, como no, al de Belgium 1830 (1831, tras las críticas de anacronismos varios recibidas en la BGG) de Javier García (Comet en LaBSK)… por ser quien es su autor y porque con este juego me siento un poco como el tío que visita a su sobrino y le trae regalos, no soy el padre de la criatura pero siento mucho afecto hacia ella. Si todo va bien, en 2012 dejará de ser P&P en mi armario de juegos para convertirse en una realidad hecha juego de mesa gracias a White Goblin Games.

Otro P&P que no puedo dejar de nombrar es el de Banjooli Xeet, de otro buen amigo: Diego Ibáñez… un juego que ha pasado por tantos periplos ya que no puede tener otro fin (sí o sí) que su publicación por parte de alguna editorial (aún recuerdo el día en que se llegó a plantear por parte de unos “grandes profesionales” un cambio de temática donde los avestruces se convertían en trolls… yo todavía estoy flipándolo en colores).