Reseña basada en una primera partida a 11 jugadores.
El resumen "es un Secret Hitler con más cosas" es bastante acertado, si bien vamos a entrar en los matices que los diferencian.
Feed the Kraken es un juego diseñado por Hans Joachim Höh, Maikel Cheney y Tobias Immich e ilustrado por James Churchill y Hendrik Noack para de 5 a 11 jugadores, publicado en 2022 por Bumbre3ee, para ser jugado en 45-90 minutos... quizá una duración un poco elevada.
Tenemos tres facciones (marineros, piratas y "culto al Kraken"). Un mapa en el que se coloca un barco del que somos su tripulación. Y tres "lugares de llegada", uno para cada una de las facciones. En cada turno se proponen un capitán, un navegante y un almirante. Capitán y almirante eligen entre dos cartas, en secreto, una de ellas, ambas van a una caja donde se mezclan, y el navegante, entre esas dos, elije una de ellas. Las cartas tienen uno de los tres colores de las facciones (azul, rojo, amarillo), y el barco se moverá a la casilla indicada por la flecha del color de la carta elegida.
Y como podéis imaginar, las fechas azules dirigen al barco a la zona del mapa-océano en la que ganan los azules, y los mismo para el resto.
Hasta aquí tenemos básicamente un Secret Hitler en el que en lugar de aprobar leyes, desplazas a un barco.
El principal añadido es la facción del "culto", ya que el "maestro del culto", cada vez que se selecciona una carta amarilla (que suele suceder por ser la "opción menos mala" entre las dos posibles, dependiendo de qué se haya puesto en la selección) puede que tenga (por otra mecánica de robo de cartas de culto, al azar) que "convertir" un jugador, en secreto para el resto de jugadores (todos cierran los ojos, menos el maestro del culto, el cual toca el brazo de un jugador para convertirle), a su bando. Es decir, el jugador que ha sido tocado sabe que ha pasado al bando del culto... pero no sabe quién es el maestro cultista ni el resto de cultistas.
"El girito" viene porque las casillas centrales del final de partida, donde con casi total probabilidad se va a pasar al menos por una, genera una elección: hay que tirar a alguien del barco para alimentar al Kraken, y eso lo elige el jugador que ha sido presidente en la última ronda. Si elige al maestro cultista, el bando cultista gana ya que ha conseguido su 2º forma de victoria: Sacrificar al maestro cultista que tiene el honor de alimentar a su dios.
A esto hay que añadir cartas de habilidad-rol personales, que permiten anular votaciones, cambiar elecciones etc., ciertos efectos secundarios de las cartas elegidas para avanzar (además del color de la fecha se incluye un icono con un efecto secundario) y un sistema de elección de navegante y almirante que en lugar de ser un "sí" o "no" como en Secret Hitler es una especie de "puja a mano cerrada" en la que los jugadores, en común, deben gastar marcadores de arma, que gastan, para llegar a un número y así anular la votación, simulando un "motín". Es decir, aquí es un poco más complicado que en SH boicotear múltiples elecciones.
SENSACIONES
En mi partida fui transformado al culto en mitad de partida, y terminé en el bando ganador tras una tremenda carambola y convencer a la tripulación, lo que condiciona las sensaciones. Es un juego que tiene muchos elementos para funcionar bien, no veo fallos en las mecánicas como tal. Sin embargo puede pasar que algunos jugadores, especialmente en partidas numerosas, puedan participar poco porque no tienen muchas información, no les llega mucha información, no son elegidos como capitán, navegante o almirante, y por tanto puedan haber tenido una sensación de participar poco. La facción de los sectarios y su mecánica de "convertir" en secreto es lo más original y un gran acierto. La duración... pues... a ver... No se trata de que un juego "ligero" tenga que durar menos de media hora, pero es verdad quizá la duración de más de una hora que puede llegar a durar cuando se juega a varios jugadores sea un poco excesiva, y que si hacemos la odiosísima comparación con otros juegos de roles ocultos que te ofrecen cosas similares en menos de la mitad de tiemp0o, Feed the Kraken sale mal parado de ella.
Y aunque no suelo ser crítico con el coste de los juegos y suelo defender que los juegos deben tener el coste que los editores consideren oportuno para cubrir los costes de producción y profesionales, en este caso, sin poner en duda que el trabajo de autor etc. lo vale, el coste, unos 60€ la versión normal, y 90 la "de luxe", creo que es un freno para que el juego entre en mi colección y en la de muchas personas.
Yogurlado.
IMÁGENES ENLAZADAS DESDE LA BGG