Este fin de semana hemos retomado un poco nuestras sesiones jugonas familiares, que las teníamos un poco olvidadas ultimamente y las buenas costumbres no hay que perderlas
Comenzamos con un Agrícola. Juego que teníamos en preorder en la Pcra desde hace bastante tiempo y al cual teníamos ganas de incarle el diente.
He de reconocer que el juego lo compré porque a mi hija le atraía el tema. Eso de hacer una granja con ovejitas, vacas, plantando zanahorias y teniendo hijos le hacía mucha gracia, así que era obligatorio comprarse el juego con las figuras de los animalitos.
Como estoy intentando atraer al "lado oscuro" a mi hija de once años (mi hijo ya está plenamente convencido aunque las consolas todavía le pueden) no dudé en comprar el juego.
Así que nos montamos una partidita a cuatro jugadores (con mi mujer y mis dos hijos) con un poco de excepticismo ya que esperábamos no encontrarnos con un juego muy sobrevalorado debido a la expectación que llevaba de atrás.
Preparando la partidaPara empezar con buen pie, decidimos jugar en el modo familiar y dejar el modo avanzado para la siguiente.
Hay que decir que el juego es lógico a mas no poder. Si quieres hornear pan primero tienes que conseguir la semilla,después arar un campo y plantarla. Esperar a que crezca el cereal y cosecharlo. Después hacer pan siempre y cuando hayas conseguido antes una cocina u horno para cocinarlo.
El juego fluye perféctamente sobre ruedas y se hace muy agradable de jugar, a pesar de que al principio de la partida no eramos conscientes de la dificultad de conseguir comida en los primeros turnos, lo que llevó a conseguir alguna carta de mendicidad indeseada.
Mi hija aquí ya empieza a demostrar porque quería este juego, y comienza a desarrollar su granja de ovejitasNos gustó mucho la idea de que cada turno vayas teniendo nuevas acciones disponibles y que no siempre salgan en el mismo orden, sino que pueden variar de una partida a otra, lo que hace que tengas que variar tu forma de jugar según tengas disponible o no lo que te interese hacer, o te lo dejen hacer los demás jugadores (porque algo de puteo hay en el juego aunque se haya dicho que no) al mas puro estilo Keythedral.
Una imagen mas avanzada de la partida con la granja de mi hija mas llena de ovejitas y ya también con algunos jabaliesLa partida duró, efectivamente como indica en su caja, media hora por cada jugador aunque se nos pasó el tiempo volando y creíamos que había durado mucho menos, y tengo que decir que es el primer juego al que ha jugado mi hija pequeña en el cual ha mantenido completamente la atención durante toda la partida, ya que con cualquier otro a los veinte minutos habría estado jugando con las figuras de los animalitos por la mesa.
Mi granja ya casi al final de la partidaAl final un servidor ganó la partida (cosa rara en mi) gracias a tener la familia mas numerosa y al no haber "conseguido" ninguna carta de mendigo, lo cual me dió una ventaja bastante importante en puntos.
En resumen hemos salido todos con un buen sabor de boca y deseando volver a tener algo de tiempo para echar una partidita al modo avanzado, ya con todas las cartas, las cuales creo que pueden dar mucha "vidilla" al juego y hacerlo aún si cabe mas interesante.
Al día siguiente jugamos una partidita a "Vida de Perros", el cual regalé a mi hija este verano por haber salido bien parada del colegio este año.
Se lo regalé porque es uno de sus videojuegos favoritos y le hacía mucha ilusión, y aprovechando que existía una traducción de las reglas al español realizada por Verarua y que lo vendían en una tienda de Granada, se lo compré.
El perro mío y el de mi hijo juntitos en la perrera municipalEs un juego evidentemente para niños, que se hace excesivamente largo para lo que es, pero que ha mi hija le ha gustado también bastante, con lo cual me considero ya bien pagado.
El objetivo es deambular con tu perro por la ciudad, buscando comida y huesos por los cubos de basura o en los locales de hostelería. La comida te permite seguir jugando sin que te capture la perrera y los huesos debes llevarlos a tu casilla de salida (la cual es diferente para cada perro) y enterrarlos, esos huesos son los puntos de victoria.
Además puedes coger periódicos en el kiosco de prensa y repartirlos a sus dueños, los cuales también te darán premios consistentes en huesos o comida.
Cada perro tiene un mazo de cartas las cuales te sirven para resolver esas busquedas en los cubos de basura, en los restaurantes, los premiso que te dan por los periodicos y las peleas con otros perros para robarles lo que llevan (porque si, los perros puelen pelearse
)
También hay un coche de la perrera dando vueltas por la ciudad y que puede capturar a los perros de los jugadores. Al final del turno de cada uno delos jugadores este tira un dado y puede mover el coche a su antojo siempre respetando el encaramiento del coche y que solo puede girar en los cruces de calles. Este es un elemento muy puteante en la partida y que te puede hacer estar cada dos por tres en la perrera, de la cual tardas en escaparte como máximo cuatro turnos (depende también lo que te salga en el mazo de tu perro).
Aquí estoy yo analizando la situación de la partida y mi próximo movimientoDaba gusto ver a mi hija lo enserio que se tomaba la partida, contaba y recontaba las casillas a las cuales podía ir con su perro viendo si se iba a quedar sin comida a mitad del viaje, etc. Vamos que le tuve que decir un par de veces a modo de broma que parecía que estaba jugando al World in Flames con lo que tardaba en hacer un turno.
El resultado de la partida fue 7 huesos escondidos para mi hijo David, segundo fue mi perro con 5 huesos, tercero Pili con 4 huesos y cuarta mi hija con 3 huesos.
El juego se puede alargar mucho mas de lo deseado si los jugadores no juegan a entregar periodicos y atacar a los demás perros, con lo que se puede hacer un poco repetitivo, ya que realmente no tienes muchas cosas que hacer, pero mis hijos se lo pasaron bien jugando que es de lo que se trataba en esta ocasión.
Un saludo desde Graná.......... y gracias por llegar al final del artículo.