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Mensajes - efeyabel

Buenas a todos.
Este es el primer tema que abro, por lo que como se suele decir, si no va en este apartado del foro, o he hecho algo mal, pido perdón y que cualquier moderador lo mueva donde crea oportuno.
Para mi primer tema, quería colaborar con una reseña, pero me ha surgido esto, y me ha parecido oportuno ponerlo también por aquí por si a alguien le interesa.
El caso es que realicé un escrito en un contexto universitario, relacionado con los juegos de mesa, y después de ello, decidí darle forma de artículo y colgarlo en mi blog de educación, sin grandes pretensiones. Lo puse en Twitter no sé por qué, y parece ser que ha tenido bastante vida.
Como este foro siempre me ha valido de mucha ayuda (aunque lleve poco registrado, lo sigo desde hace mucho), y aunque tengo pendiente la reseña que comentaba, os adjunto el enlace del mismo:
 De cómo los juegos de mesa favorecen las competencias básicas en educación.
Nota: Podéis ver esta reseña y otros disparates en Destroquelando, que es gerundio, que lo tenemos mu bonicamente montao.

Die Speicherstadt
Autor:Stefan Feld
Publicación: 2010
Dependencia del idioma: Nula en el juego base. La expansión sí tiene texto.
De 3 a 5 jugadores
Tiempo por partida: 70 min. (Reales)


Hoy volvemos con otro "Feld". Esta vez es el turno de Speicherstadt, un jueguecillo que no sólo tiene un nombre muy raro, si no que, además, tiene una interacción tremenda mediante un sistema de subastas sumamente puñetero. Veamos por qué:



>> Pegatinas para tradumaquetar la expansión Kaispeicher by elDibujante <<


¿De qué va el juego?

En la caja dice que va de comprar y vender mercancías, cumplir contratos y apagar incendios (por lo visto esta ciudad estaba más caliente que Gandía Shore en Agosto). Todo eso es una vil mentira: Die Speichresrtardtdertd... va de hacer mal a tus amigos. Escriben eso en la trasera de la caja y le encargan los dibujos al Menzel para engañarte y que te lo compres, pero es todo falso:
En la Universidad de St. Louis, Illinois, estaban aburridos y tenían ganas de hacer experimentos socio-culturales, que son los más cachondos. Así que contactaron con Stefan Feld (de Denver, Colorado ) para que diseñara la subasta más hijade&amp;*#@ que hubiera conocido el ser humano.
Después de un millón de cuadros de excell, 23 algoritmos, 15 pesadillas, y un par de días con acidez de estómago, descubrió La Subasta, y se guardó los cuadros de excell, algoritmos y lo que le quedó del bote de alka seltzers para ir sacando juegos durante los próximos 125 años (que es cuando llegará el auténtico día del jucio, por cierto).
El caso es que después de ver el mónstruo que habían creado, en la Universidad de Austin, Texas, quisieron deshacerse de La Subasta en el fondo de un lago helado. Sin embargo, un editor de juegos esquimal y satánico pasó por allí (era de Punta Umbría, Júpiter) y, como era esquimal, hizo un agujero y lo pescó.

 
Todo lo que pone ahí es un engaño... 


¿Cómo se juega?

El juego es super sencillo de entender. Se juega por turnos en los que el jugador inicial va rotando hasta que se acaban las cartas. En cada turno todos los jugadores reciben unos ingresos, se sacan las cartas que serán subastadas y comienza la fiesta:

Empezando por el jugador inicial, cada jugador coloca un muñeco sobre una de las cartas que (supuestamente) quiere llevarse. Todos los jugadores van poniendo un muñeco hasta que todos ponen sus 3 (o 4) meeples, de forma que al finalizar quedarán formadas columnas de meeples de distintos jugadores sobre cada carta.
Después de colocar los señores, es el momento de decidir quién se acabará comprando cada carta.
Para ello, se comienza por la primera carta y el jugador que más abajo esté en la columna de señores (osea, el primero que se puso) tiene la primera opción de comprar la carta, eso sí, pagando tantas monedas como muñecos haya (los suyos incluidos).
Si decide pagarla, se la lleva y los demás retiran sus muñecos, que vuelven a la reserva.
Si no, el jugador retira su muñeco y el siguiente jugador que colocó su meeple tiene la opción de comprar. Ahora la carta costaría una moneda menos, puesto que hay un muñeco menos (del jugador que acaba de retirarse).
Se continúa así con todas las cartas que salieron esa ronda.


El jugador azul tendría que pagar 3 monedas por ese barco.
Si no, el blanco podría pagar 2. Si éste tampoco quiere,
le volvería a llegar la oportunidad al azul, por 1 sóla moneda. 


Las cartas básicas son: mercancías (cartas en forma de barcos), contratos (donde deberemos entregar las mercancías para puntuar) y bomberos. En el juego habrá 4 incendios, y en cada incendio se evaluará quién tiene más valor de bomberos y quién menos. El jugador o jugadores que más tengan, sumarán puntos (cada incendio vale más que el anteior), y los que menos bomberos tengan, perderán puntos (la misma cantidad que los otros ganan, éstos lo pierden).



Aparte de estas cartas "normales", hay muchas otras que nos concederán mejoras durante la partida, formas de conseguir más dinero, puntos, etc.
Parece sencillo pero hay algunas reglas que nos complicarán la vida, como que sólo se puede almacenar una mercancía en el almacén (todo lo que no puedas colocar en los contratos y almacenarlo o cambiarlo lo pierdes), y que para poder puntuar los contratos al final de la partida deben estar completos. Aun así, es un juego bastante familiar en cuanto a reglas.
La expansión Kaispeicher añade pocas reglas más, pero las cartas que trae y las pequeñas variaciones elevan un par de peldaños la profundidad del juego base.


Hay cartas de muchos tipos. 

¿Cómo son los componentes?

Es un juego de caja pequeña, pero trae bastantes cartas, maderita y unas monedas bien grandes.
La expansión añade unas pocas cartas más, más meeples, cubos de materiales especiales y la joya de la corona: monedas realistas de metal, de bastante peso y tamaño, que dejan a quien no lo conoce completamente alucinado, y que mejoran mucho la sensación del juego.
El arte es muy bueno, propio de Michael Menzel.




¿Escalabilidad?

A 2 jugadores mejor ni intentarlo. A 3 va bastante bien, y a 4 o 5 es como brilla.


Opinión de Xihom

Este juego me trae de cabeza... por el camino de la amargura... no sé si es el juego o soy yo pero es que no lo termino de pillar. No logro hacer apenas nada, siempre me quitan las opciones que quiero, no logro adelantarme a lo que quieren los demás ni consigo hacer un carajo...
Le tengo bastante manía a este juego, aunque creo que el planteamiento está bien y en un principio sí quise jugar (vamos, me engañó la caja jajaja). Pero después de dos o tres partidas es de esos que no quiero volver a ver... puf.
Para colmo, en la expansión se putea todavía más... lo que me faltaba...
En fin, pasopalabra.


Opinión del Dibujante

Xihom lo odia, pero yo me lo paso genial con él.
El pique que se da cuando todos los jugadores se ponen detrás de ti para encarecerte una carta, cómo te defiendes encareciéndoles otras a las demás... Quieras o no, cada vez que pones un muñeco, le estás haciendo la puñeta a otro, y eso me encanta.
Se dan situaciones de jugadores paranoicos porque siempre se ponen los demás encima de él, de cartas de bomberos malas por las que se pega todo el mundo porque un incendio está a punto de aparecer, jugadas en que al final consigues hacerte con las cartas que querías tiradas de precio porque has aprovechado una guerra de pujas entre otros... En fin, mucha diversión (para quien se divierta con toda esta maldad), en una caja pequeñita y barata.
El juego mejora bastante con la expansión, yo no jugaría sin ella, ya que además de añadir otras mecánicas y posibilidades, salen cartas muy interesantes, como robar a los demás o permitirte pasar cuando llega tu turno para esperar a ver qué hacen los otros.
Por poner una referencia, creo que si en vuestro grupo gusta Felix el Gato Encerrado, éste triunfaría.


 
Las monedas de la expansión. 
Nota: Para ver más fotos y la puntuación final, no dudeis en pasaros por Análisis al Cubo y dejar vuestros comentarios

Intro

El Rey Loco Luis II fue un rebelde de su época. Era un soñador y su única obsesión era crear un mundo de castillos donde vivir su vida, alejado de las intrigas de palacio. Y así lo hizo. Su sueño le costo la ruina y el exilio a uno de sus castillos, pero gracias a su “locura” el rey Ludwig nos dejó algunos de los castillos más impresionantes del mundo. Hoy vamos a hablar de Castles Of Mad King Ludwig, un juego inspirado en el sueño del Rebelde Luis II.

¿De qué va?

La vida del Rey Loco giraba en torno a la construcción de castillos a cada cual más bonito con un cometido simplemente estético y nada funcional. De eso es precisamente de lo que va este juego: de construir castillos que te hagan sumar y sumar puntos durante durante la partida. Pero a diferencia del Rey de Baviera, les tendrás que dar un sentido… ¡Veamos porqué!

Durante el setup del juego, cada jugador cogerá tres cartas de objetivos personales de los cuales tiene que elegir dos. Además, en el centro de la mesa, se colocarán al azar 3 objetivos comunes elegidos entre los muchos disponibles. Estos objetivos pueden ir desde construir el mayor número de jardines, el mayor número de metros cuadrados de salas de música, puntuar por cada salida al exterior que tenga nuestro castillo…


En cada ronda, el jugador inicial va colocar en la mesa 6 nuevas habitaciones, que vendrán determinadas por las 6 cartas que levantemos del mazo central.

Una vez expuestas, el maestro constructor (jugador inicial), ordenará esas habitaciones según el valor que quiera darles, haciendo que el resto de los jugadores tengan que pagarle por ellas más o menos según su criterio.

Hecho esto comenzará la fase de compra en la que, empezando por el jugador sentado a la derecha del jugador inicial, podremos pagar por la habitación que elijamos, para inmediatamente construirla en el castillo y sumar tantos puntos como indique la loseta. La cosa es que al construir, tienes que hacerlo según las normas de colocación y sabiendo que según donde las coloques, estas te darán más o menos puntos. Si pones una sala de música al lado de un dormitorio de descanso, la habrás fastidiado seguramente, y tendrás que quitarte puntos en el track, pero quizá te interese porque “cerrando” habitaciones (comunicando todas sus puertas con otra habitación), tendrás derecho a utilizar acciones especiales que van desde hacer un turno extra, a ganar 10000 marcos o puntuar doble una habitación.

El último jugador en comprar habitación es el maestro constructor, que tendrá que pagar el efectivo a la banca. Claro, aquí cuidado, porque ser maestro constructor te da la capacidad de elegir el precio  de las habitaciones y vas a recaudar dinero porque el resto de jugadores te las tienen que pagar a ti, pero al mismo tiempo te fastidia impidiéndote comprar habitación hasta el final de la ronda. Por este motivo, el jugador inicial siempre rota.

Terminada la fase de compra de habitaciones, pondremos 1000 marcos encima de las que no hayan sido compradas, haciéndolas de esta manera mucho más atractivas para la siguiente ronda.

Esta dinámica se repite hasta que todas las cartas de habitaciones hayan sido levantadas. En ese momento, sumaremos los puntos adicionales y chinpum.

Opinión

Vamos a empezar hablando de lo peor de este juego o más bien, de lo único malo que le he visto: La caja. ¡Qué susto Dios mío! La abres y dices: ¿Pero dónde está mi juego? Aire, mucho aire. Más aire que componentes.

Pero es que no necesitas más. El juego es bueno tal y como es. Así me lo prometía Betote en Twitter… y no se equivocaba. Y es que Castles of Mad King Ludwig tiene muchas cosas buenas: sus mecánicas, lo sencillo que es, pero a la vez la cantidad de elecciones que tenemos durante la construcción del castillo…

Si somos maestros constructores tenemos la tarea de pensar cómo ordenar las habitaciones de forma que las que sabes que el resto quiere, no las pongas ni demasiado caras (porque no te las comprarán) ni demasiado baratas (porque de este modo no ganarás la pasta que deberías en tu turno). No hay que olvidar que el papel de maestro constructor, si la partida es de 4 jugadores, lo tomas una de cada 4 rondas así que si haces mal tu trabajo o la gente es tan… mala, de no comparte nada, o comparte poco, te quedas sin un pavo para, en tu turno, ampliar el castillo a tu gusto o según tus necesidades.

Luego en la fase de compras tienes que calcular bien ,eligiendo por ejemplo si coger una habitación que te de muchos puntos sobre la marcha o elegir otra que no te de tantos, pero que te ofrezca la posibilidad de cerrar algo y aprovecharte de la acción especial.

Los castillos proyectados al final de la partida son super interesantes porque aunque tenemos objetivos comunes, los personales van a ir definiendo la estructura de cada uno de ellos. Así que veremos algunos muy mazamorreros, llenos de sótanos, otros con muchos espacios dedicados al sueño y confort y otros… otros que no merecen ni el nombre de castillos.

Desde luego hay muchos juegos de construcción pero quizá este título sea uno de los que mejor transmita la sensación de estar realmente construyendo algo.

Aunque hay reseñas que dicen que es mejor cuantos más jugadores participen en la partida, yo tengo que decir que lo hemos jugado a 2,3 y 4 y todas las partidas me han parecido igual de buenas.

Lo único que me falta por probar es el modo solitario, que habiéndome leído las reglas para ello, debe funcionar fantásticamente bien.

Rejugable es un rato, porque tienes un montón de objetivos diferentes entre los que elegir, no sólo comunes, sino individuales. Eso si, creo que hay una expansión por ahí, ideal para los que les gusta completar o suplementar sus juegos con ellás.

Resumiendo: muy recomendable, sobre todo si te gusta eso de construir mientras juegas. No lo considero un juego de 10, pero por la sencillez de reglas (lo puedes sacar con no jugones), las risas de ver los castillos que se hacen algunos, lo bonito que es , la interacción de las subastas y sobre todo lo agradable que es de jugar, le pongo un…

http://analisisalcubo.es/resenas/resena-castles-of-mad-king-ludwig/

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