Hola:
Queroscia ha dado una buena y extensa respuesta, gracias.
Pego aquí mi respuesta en BGG, donde Javier también ha planteado su reflexión/pregunta:
Hola Javier:
Es un tema complejo el que propones, difícil de responder de forma breve. Imagino que esa animación -¿podrías poner enlace, por favor?- está hecha a gran escala, de manera que no se apreciarán los cambios de frente pequeños, sino los grandes cambios en el mapa de la guerra. Lo digo porque hubo bastantes ofensivas republicanas, pero la mayoría fueron fallidas y obtuvieron escasas ganancias territoriales. Lo cual no significa que el Ejército Popular Republicano "no hiciera nada", todo lo contrario.
Sintetizando mucho (y espero que se me perdone por ello): al empezar la guerra ningún bando está preparado para ella. Pero los sublevados están comandados por militares que conservan intactas las fuerzas militares bajo su control y además cuentan con el Ejército de África, el más profesional y experimentado. En el lado republicano, el ejército es licenciado y desaparece casi por completo, por lo que la defensa queda en manos de las fuerzas de orden público que permanecen leales al Gobierno y una miríada de milicias armadas pertenecientes a los partidos y sindicatos de izquierdas o nacionalistas. Con el tiempo, surgirá un ejército republicano, pero costará formarlo y nunca tendrá la homogeneidad y cohesión interna del franquista.
Esa es una de las razones de por qué los nacionales tendrán la iniciativa y los republicanos se verán obligados a mantenerse a la defensiva y lanzar contragolpes puntuales y limitados. Como he escuchado explicar acertadamente -y coincido-, mientras los nacionales planteaban campañas, los republicanos buscaban ganar batallas. Es decir, los jefes sublevados tenían objetivos ambiciosos destinados a ganar la guerra, mientras los mandos republicanos sólo eran capaces de responder con ofensivas puntuales, a remolque de los acontecimientos y tratando de dislocar la progresión enemiga. Por supuesto que Vicente Rojo -jefe del estado mayor republicano- tuvo planes mayores, pero nunca pudo ponerlos en práctica por las propias limitaciones de sus fuerzas.
Tras ese brevísimo y simplificadísimo resumen de por qué la guerra se desarrolló de esa manera, te respondo a la pregunta vinculada a los wargames. Creo que cualquier conflicto histórico, cualquier batalla, campaña o guerra, es susceptible de tener reflejo en un juego de simulación histórica o wargame. La clave está en el enfoque que tenga el diseñador, para que el juego tenga su razón de ser. Es decir, que además de ser una buena simulación, sea un buen juego y suponga un reto divertido para los jugadores.
En el caso de Cruzada y Revolución, por ejemplo, las condiciones de victoria son la clave. El juego sigue unos cauces historicistas, pero deja margen para que los jugadores ensayen su propia estrategia y tomen sus decisiones en el plano operacional , sobre todo, pero también en el político. Ganar la partida significa hacerlo mejor que el bando histórico. Es decir, el jugador republicano podría no ganar la guerra, incluso estar destinado a perderla, pero si llegados a la fecha histórica del fin del conflicto (1 de abril de 1939) su actuación a mejorado a la que lograron los republicanos, habrá ganado en el juego. Y hay condiciones de victoria automática que permiten a los jugadores ganar antes de tiempo si la situación les es particularmente favorable.
Por tanto, el juego acepta la premisa histórica de que, a grandes rasgos, los nacionales siempre avanzaron y los republicanos siempre retrocedieron. Pero establece unas condiciones que hacen el juego factible y que suponga un reto interesante para ambos jugadores. Si algo puedo asegurarte es que cuando juegas a Cruzada y Revolución con el bando republicano, tendrás que moverte mucho y -de vez en cuando- atacar. Llevando el bando nacional no será tan sencillo mantener el ritmo de conquistas y evitar que el enemigo te de más de un disgusto.
Espero haberte respondido, si quieres que desarrolle algún aspecto más concreto, quedo a tu disposición.
David