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Sir Nigel

Roentgen 450
« en: 22 de Diciembre de 2016, 10:58:28 »
Moscú, 16 de Enero del año 2030, 08.27 AM. En las estaciones del metro sobreviven los últimos restos de la humanidad.

Mañana también será 16 de Enero del año 2030, 08.27 AM. Ya no quedan calendarios ni relojes que señalen algo diferente, y tampoco hay nadie que sepa cuanto tiempo ha pasado exactamente desde que es así.

En el primer 16 de Enero del año 2030, a las 08.27 de la mañana, los moscovitas se dirigían al trabajo. Sonaron las alarmas, las puertas del metro se cerraron y el puro azar decidió quien sobreviviría. Ahora los hijos y nietos de los que tuvieron suerte viven en pequeñas comunidades, cada una establecida en una de las antiguas estaciones. Producen, comercian, acuerdan, a veces incluso luchan entre ellos. Pero cuando cada cartucho de munición vale su peso en oro (si es que a alguien le importase aún lo que vale el oro), y cuando pelear puede significar perder al único mecánico de la estación o al explorador que mejor conoce los túneles, las luchas entre seres humanos no son nada rentables, y nadie ha sabido tanto de economía aplicada como los habitantes del metro. Todo se recicla, todo sirve para algo, nada se tira. Sobre todo, cada vida humana cuenta.

A veces los habitantes del metro deben abrir las puertas y salir al exterior, a la superficie cubierta de ruinas que una vez fue Moscú. Allí se pueden encontrar toda clase de objetos que harán más fácil la vida en el subsuelo: piezas mecánicas, combustible, libros...  pero si la vida en el metro es dura, en la superficie es imposible. Las incursiones a la superficie son breves y con todas las medidas de precaución posibles. Los encargados de realizarlas son los llamados stalkers, personas que se juegan la vida por obtener un pedazo de metal o una lata de gasolina para su estación. Todos, excepto los más temerarios, salen en grupos y casi siempre con los mismos compañeros. Ir con alguien que conoces y en quien confías vale mucho más que la puntería de un desconocido.

Para un stalker novato lo más llamativo al salir al exterior es la luz. La luz solar llega filtrada por una espesa y perpetua capa de nubes, pero incluso así los stalkers deben acostumbrarse a ella el primer día. Lo segundo más llamativo es el silencio. Entre las ruinas raramente se escucha algún ruido, y cada pisada resuena en las calles vacías. Un pequeño movimiento entre los escombros puede hacer que las piedras cayendo unas sobre otras se escuchen a varias calles de distancia. Lo segundo a lo que deben acostumbrarse los stalkers es a no hacer ruido. Porque el ruido atrae la atención de los habitantes de la superficie.

En la superficie, además, ocurren cosas bastante extrañas. Averías simultáneas, saltos temporales, visiones inexplicables... Las calles pueden pasar en un momento de la más absoluta calma a un horror inesperado.

En Roentgen 450 los jugadores encarnan a un grupo de stalkers que se aventura en las ruinas de Moscú. Su objetivo es recoger objetos necesarios para la vida en el metro. Deberán adentrarse en las casas buscando cualquier cosa útil y moviéndose lo más rápida y silenciosamente posible. Cuanto más tiempo se queden en un lugar, más posibilidades hay de que algo los encuentre. Los stalkers tendrán que usar sus habilidades y su equipo para enfrentarse a los peligros de las calles en ruinas, pero sobre todo actuar en grupo y complementarse unos a otros. En este mundo exterior los stalkers son presas.


Roentgen 450 es un juego basado muy libremente en el libro Metro 2033 de Dmitry Glukhovsky, con ideas y añadidos de otros autores de ciencia ficción de Europa del Este (Stanislaw Lem y los hermanos Arkadi y Borís Strugatski, principalmente). Los jugadores llevan un grupo de stalkers y deben enfrentarse entre todos a los peligros del exterior. En principio el juego está pensado para que cada jugador lleve un stalker, pero nada impide llevar más.

El objetivo es recoger objetos y sobrevivir. No hay recompensas por matar bichería, y de hecho es mejor no entrar en combate. A medida que transcurre la partida el contador de alarma irá subiendo y en cualquier momento pueden aparecer criaturas atraídas por el movimiento y el ruido en la zona. Entrar en las casas también tiene sus peligros, por supuesto.

Las criaturas se mueven "solas" con la sencilla regla de atacar al stalker más cercano. Lo que varía es su posición inicial (pueden llegar de los bordes del mapa, salir de las alcantarillas, etc.) y algunas reglas especiales que las pueden hacer muy desagradables.

Imágenes en el Tabletop Simulator. Aquí el tablero, la primera imagen al comenzar la partida y la segunda con el mapa ya explorado (podéis ampliar las imágenes para que se vea más claro):



La salida al exterior.


Meterse en las casas es parte del trabajo.


Stalkers atacados por unos bichos asquerosos. Instantes después de tomada esta imagen los cargadores ya estaban vacíos.


Las cosas que salen de las alcantarillas pueden sorprender incluso a los stalkers más curtidos.


A veces los stalkers podrán disfrutar de equipo de primera. El regreso al metro de un grupo con visores nocturnos.



Lo que todos los stalker veteranos enseñan a los novatos: muévete rápido, no hagas ruido, evita a cualquier cosa que se mueva y, si no queda más remedio, lucha. No gastes balas si no tienes que hacerlo. No dejes a nadie atrás. Ten cuidado con las casas, vigila las calles, mira regularmente tu contador Geiger y procura no volverte loco. Si no sabes qué hacer, busca a un compañero. Si no hay ninguno, corre.