Acabamos de empezar la partida del Hungarian Rhapsody, un módulo dentro de la colección Operational Combat System (OCS para los amigos), que representa las operaciones del ejército soviético en Hungría entre octubre de 1944 y abril de 1945. Los soviéticos tienen una ventaja tremenda en cantidad de unidades, pero sus suministros son bastante limitados, al menos al principio de la partida. El Eje tiene unas pocas divisiones panzer y de infantería que son medio decentes, y que si consigue retirar a tiempo a Budapest son una pesadilla para el soviético. El juego son dos mapas y tiene una densidad de fichas que no es exagerada. Aunque no es un juego de iniciación a la serie, creo que es ideal para los que ya tengan algo de experiencia y que quieran algo con un poco más de chicha que Reluctant Enemies o Smolensk.
La apertura soviética ha hecho lo previsible: abrir un boquete muy aparente en la línea del Eje al sur de Debrecen. Los jugadores del Eje hemos pecado de novatos -llevamos veinte años largos sin jugar al sistema, mientras que en el bando soviético hay un jugador que le pega con frecuencia y ya ha jugado antes esta campaña- y nos dejamos la aviación de caza demasiado dispersa, lo que le permitió al soviético anularla antes de que empezara siquiera a mover sus fichas de tierra. Eso le ha permitido dejar desorganizado a una de las concentraciones de la 1ª división panzer alemana, mientras una división soviética de caballería y otra de infantería mecanizada les miran con ojitos libidinosos. Por suerte, el despliegue de la división es relativamente disperso, por lo que tenemos dos batallones panzer intactos, que pueden darnos algún juego. Otro error muy estúpido es que fuimos demasiado tímidos con los marcadores de reserva, sin recordar que podríamos haber usado nuestra artillería en esa función, y tal vez hubiéramos podido desorganizar algunos de los ataques soviéticos.
Afortunadamente los soviéticos están dirigiéndose hacia Debrecen, con la intención de cortar a las divisiones que se están defendiendo en los Cárpatos. Si hubieran optado por Szeged estaríamos en serias dificultades, ya que es la ruta más rápida para llegar a Budapest y forzar una muerte súbita. Gracias a que su esfuerzo principal se ha dirigido contra el centro del Eje y no contra sus flancos, es posible que podamos reforzar a tiempo ese eje de avance.
En todo caso sólo hemos empezado, así que queda toda la tela por cortar. La primera lección importante que hemos aprendido es: ¡¡Concentra tu aviación!!