Es tan gilipollas la sociedad humana...31 de diciembre, millones de personas celebrando el fin de año y brindando por el nuevo año 2021. En muchos hogares se dirá eso de... ¡¡¡"Feliz año nuevo y mejor 2021, que por lo menos sea mejor que el 2020"!!! Y pasará esto: Enero 2021, miles de muertos por coravirus.Es tan gilipollas la sociedad humana.
Cita de: castrol en 17 de Diciembre de 2020, 18:39:59 Es tan gilipollas la sociedad humana...31 de diciembre, millones de personas celebrando el fin de año y brindando por el nuevo año 2021. En muchos hogares se dirá eso de... ¡¡¡"Feliz año nuevo y mejor 2021, que por lo menos sea mejor que el 2020"!!! Y pasará esto: Enero 2021, miles de muertos por coravirus.Es tan gilipollas la sociedad humana.La pregunta es: ¿y qué esperábamos?Vivimos en una sociedad que exalta el individualismo por todos lados, el valor del yo por encima del nosotros, la sociedad del "usted no puede decirme a mí lo que puedo hacer", de los que tachan de maligno colectivismo a cualquier intento de poner en valor las acciones colectivas.Una sociedad así se resistirá a cualquier argumento de hacer las cosas "por el bien de todos". una sociedad así tiende a generar individuos para los cuales el YO es lo más importante (qué diantre, esos individuos se glorifican en series, telediarios, programas diversos, redes sociales... son el modelo de nuestra sociedad, el ideal que nos venden como fórmula de éxito). De hecho se tiende a ver el asociacionismo y similares como muestras de debilidad (desde algunos sectores se los tacha de trampantojos comunistas, aunque sean asociaciones cristianas).Una sociedad así no está preparada para afrontar una pandemia donde el bien común debe anteponerse al disfrute individual. Una sociedad así fallará irremisiblemente porque siempre habrá un porcentaje de "héroes" que se resistirán a la "maligna" imposición estatal. Y sabemos que con que haya un 5% de "héroes resistentes" ya es suficiente para que el trabajo del otro 95% no sirva.Por desgracia, o tenemos un estado que imponga las medidas (por eso en Extremo oriente les ha ido mejor, tienen formas de gobierno y principios culturales mucho más autoritarios, no es que sean más colectivistas, es que están más acostumbrados al "ordeno y mando") o si dependemos del buen juicio y criterio del ciudadano medio estaremos atrapados.
Como reflexión "a lo Saramago" queda muy chula, pero está basada en una falacia de base: que nuestra sociedad es "especial", históricamente hablando; cualquiera que haya leído un poco -ni siquiera digo que sea un especialista- acerca de los patrones de comportamiento sociales durante pandemias históricas te podría decir que ninguno de los que muestra nuestra sociedad en el presente -más allá, naturalmente, de los que son específicos debido a nuestra tecnología- son tan diferentes de los que se pueden observar en el pasado, en cualquier parte del mundo. De hecho, diría que es más bien lo contrario: ahora mismo el Estado puede controlar con más eficacia los movimientos de los ciudadanos, que en el pasado, de modo que se puede postular justo lo opuesto, esto es, que la sociedad actual es mucho más sumisa a la hora de aceptar las órdenes de las instituciones del Estado que cualquier sociedad histórica. O la idea inconscientemente xenófoba de que "en Asia son diferentes". Es el problema de coger un único aspecto de la realidad y convertirlo en una explicación de valor general. No es que en China estén acostumbrados al "ordeno y mando", sino que viven en una dictadura que dispone de los medios de control necesarios para que el Estado imponga a la mayoría de la población unas normas draconianas, elimine sin piedad a los que no se quieran adaptar a las reglas y controle la libre discusión entre los individuos. Ni tampoco es que en Corea del Sur sean especialmente sumisos, sino que después de la crisis del SARS en 2004 el gobierno tomó nota y puso en marcha protocolos de actuación que le han servido para controlar o paliar la pandemia sin necesidad de cerrar completamente su economía. Taiwan siguió el mismo modelo, por la misma razón. Esa idea de que "están acostumbrados a obedecer" es un subproducto del imperialismo colonialista occidental que ya denunció Edward Said en 1974 pero del que todavía no nos hemos deshecho del todo. Ni somos gilipollas, ni egoístas, ni individualistas como sociedad. Más bien al revés y la mayoría es muy sumisa. Por supuesto, la prensa -que no deja de ser un negocio- hace hincapié en lo excepcional: en la fiesta con cien personas sin mascarilla, porque un titular que dijera "Celebran un bautizo con 10 invitados, que en todo momento guardaron la distancia social y mantuvieron sus mascarillas puestas" NO tendría ningún impacto, ya que es lo normal. Es más, psicológicamente es muy satisfactorio. Nos permite pensar "fíjate tú que responsable soy yo que no me quito la mascarilla ni para ir a mear, y no como esos irresponsables que se van de parranda". El masaje para nuestro ego es la leche. A título personal debo reconocer que esta pandemia me ha servido para entender mucho mejor patrones históricos de comportamiento social que me resultaban difíciles de aprehender, especialmente los referidos al uso de la información, del miedo y de la amenaza como mecanismos de control y cohesión sociales. He leído hace poco un libro muy interesante que analizaba la epidemia de peste en Florencia en 1636 y la experiencia de la pandemia presente -salvando las distancias, claro- me ha permitido comprender mucho mejor las reacciones de los florentinos del siglo XVII ante la enfermedad. Una cosa que se reproduce en ambos casos es la búsqueda de cabezas de turco, de chivos expiatorios que den sentido a una experiencia tan traumática como una epidemia. En el caso de Florencia eran, naturalmente, los judíos y la población flotante (campesinos que habían emigrado hacia la ciudad atraídos por las oportunidades de trabajo, pero que habían quedado desempleados cuando el estallido de la epidemia y la cuarentena forzosa impuesta por las autoridades habían provocado el colapso de la actividad económica); en el presente son, alternativamente, los "jóvenes que se van de fiesta", los "gilipollas" (todos los demás, menos nosotros mismos, que obviamente nunca entramos en esa categoría si os habéis fijado), los "individualistas", ahora los antivacunas (en esta categoría entra cualquiera que no exprese un entusiasmo ilimitado ante la idea de ponerse las vacunas de la Covid-19 que están siendo distribuidas, independientemente de que si tiene todas sus demás vacunas puestas o no), etcétera... Lo único que nos diferencia de los florentinos del siglo XVII es que al menos no encerramos en guetos a nuestros chivos expiatorios... de momento (en China dicen que sí lo hacen, pero no me fío de las fuentes, así que de momento lo considero un rumor malintencionado).
la idea inconscientemente xenófoba de que "en Asia son diferentes".
Citarla idea inconscientemente xenófoba de que "en Asia son diferentes".No creo que la idea de que 'en tal sitio son diferentes' sea xenófobo. Se puede reconocer diferencias sin caer en el rechazo y el odio.Por supueso, reconozco que ese argumento se usa mal en muchas ocasiones para justificar ciertas cosas y en esas ocasiones no es aceptable.Es que con un noruego también hay diferencias... físicas, culturales, sociales, etc... y que las haya no es xenófobo. Yo lo considero enriquecedor.
Lo único que nos diferencia de los florentinos del siglo XVII es que al menos no encerramos en guetos a nuestros chivos expiatorios... de momento (en China dicen que sí lo hacen, pero no me fío de las fuentes, así que de momento lo considero un rumor malintencionado).