A ver, yo creo que en mayor o menor medida todos los juegos de combos de carta son esencialmente euros porque en el fondo se trata de un mecanismo para optimizar recursos de uno u otro tipo. 51st es más cerebral porque puedes prerarte una mano y recursos para un turno brutal muy satisfactorio del tipo juego A, que requiere dos cartas de este tipo, activando C y D, como C se ha usado me da tal recurso y D tal otro, con esos dos recursos y este otro guardado juego tal y pascual...sus turnos son de hasta decir "paso". En Deus es más simple, juego carta de forma A o forma B y ejecuto su efecto en consecuencia, la gracia está en que los efectos son acumulativos, depende de como hayas jugado antes y ahí están los combos, no son generalmente cartas que combinen entre ellas (que también) es más la estrategia que apliques. En este caso la construcción de edificios es un efecto derivado de jugar cartas con lo que limitas el número de veces que puedes activar un número de cartas y luego sirven para combar con otras, pero en general el principal efecto de los edificios es hacer bloqueos en el mapa...que si, que luego son mayorías para los poblados y tal y tal, pero en esencia es "reservar" zonas del tablero en plan de: tengo un templo, un edificio marrón y uno verde que piden campos de trigo, ¿como hago para mantener las cartas en mano?, en que zona del tablero hay más campos de trigo, pues pongo este edificio aquí y ya tal jugador no puede pasar sin dar rodeo, o juego este soldado allá para luego moverlo. Como ves los combos son mucho más sutiles y efectivamente es más "euro" clásico pero al final ambos juegos necesitan una estrategia a medio/largo plazo para optimizarlos. Como te digo, a mi me apasiona, pero gente más casual les deja un poco fríos porque al no conocer el juego y no ser tan "satisfactorios" los combos (aunque sea verlos) les puede llamar menos la atención. No sé, el ejemplo tonto sería entre comerte un bombón que te explota en la boca o un helado poco a poco durante un buen rato (menuda analogía, pero no se me ocurre otra).