Tengo las nociones de ludificación (no he encontrado aún traducción "oficial" para gamification, así que uso esta hasta nueva orden )
Yo diferencio ludificación, de gamificación precisamente por el mal nacido que hay detrás que quiere ganar la partida con el criterio de que tiene que haber pobres para que puedan seguir existiendo ricos. El que solo quiere ganar a toda costa, y mas y mas y no tiene límite. El que no apuesta su dinero en el juego, sino que compra y vende sin mancharse hipotecas basura o coge a 3000 meeples y les monta un ERE porque para el no tiene nombre solo son FTEs. (Full time employees)Bendito sea cualquier uso educativo, o de reinserción del juego, por otro lado.
Es decir, que la gamificiación de las cosas puede o puede no ser juego, pero no por el hecho de ponerse a cuantificar las cosas [lo que antes era "voy bien, trabajo bien, soy buen estudiante" o lo contrario ahora se medirá numéricamente] o por cambiarle el nombre [vamos a llamar PV a lo que antiguamente llamábamos "positivos"], o por añadir mecánicas nuevas [tenéis que hacer la faena igualmente pero ahora el flujo de trabajo cambia] o porque se intente hacer amena [o incluso divertida, y se consiga en muchos casos], no por eso, digo, se va a convertir la obligación en juego.
Pero llega un momento en que los cuadernitos dejan de gustarles. O ya tienen muchos. O se dan cuenta de que pueden comprarlos en los chinos de al lado del cole por 60 céntimos. Cuando ese momento llega, y después de haber estado poniendo como motivación para escribir historias el regalo, ¿cómo consigues que esos niños escriban una sola historia más?
Habéis visto el segundo capítulo de Black Mirror "15 millones de méritos"?Me ha recordado a eso. Espero no acabar así, aunque cada vez lo veo más probable.
Prémialos con colores, y cuando vean que pueden colorear sus cuadernitos se matarán por ellos.
Les premio con reconocimiento. A la larga funciona mucho mejor y me asegura que seguirán usando esas habilidades fuera de clase, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
Está claro que premiar con objetos materiales las conductas positivas de los niños no es beneficioso a largo plazo, pensaba que el ejemplo era una metáfora extrapolable a otros ámbitos