Como anécdota: ayer jugué a una partida en la que me las prometía felices y prácticamente estaba celebrando la victoria: muchos aliados desplegados con mucho potencial, esperando que saliera el vástago de ungoliant para darle cera. Eso sí, 2 de mis héroes y bastantes aliados estaban a un punto de vida de morir...
....y entonces apareció esa carta HIJA DE PUTA llamada "Hummerhorns" apoyando como "shadow" al ataque de un orco, lo cual provocó una masacre en mis filas de consecuencias calamitosas. Debacle y, al mismo tiempo, aumento de mi "Hype".
Cartas aleatorias que te destruyen ellas solas la partida como esa (junto a la naturaleza LCG) son la razón que me inclinaron a darle el no a este juego. Si tuviese Kiala en el pueblo ya estaría en el hilo de venta.
En una aventura, o en una batalla, no todo es previsible ni matemático. De la misma forma que a veces, cruzas un bosque peligroso y la suerte se alía contigo y no coincides con los asquerosos orcos, trolls u otros seres del señor oscuro, otras veces cuando menos te lo esperas haces crugir una ramita y una horda de seres se lanzan contra tí. Hasta que la misión ha finalizado no estás a salvo. Esa es parte de la gracia de ser un aventurero. No se trata de cartas aleatorias, están ahí, en el camino, en el mazo. Se trata de ir preparado, no descuidarse, no confiarse y estar siempre alerta. No usar siempre todos tus héroes o aliados. Ser precavido. 
Absolutamente de acuerdo. En definitiva, fui yo mismo quien, con sus decisiones, optó por tener simultáneamente a tantos personajes al borde de la muerte. Es un tema de asumir riesgos a cambio de obtener la recompensa de la victoria.
Y fue triste, pero absolutamente immersivo y temátio. Menuda emboscada...
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