Supongo que ahora para disfrutar jugando tendrás que ir a por juegos que dependan más de los jugadores y menos de las mecánicas
Yo creo que tienes que ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío, si eres capaz de calcular todo lo que lleva un juego es toda una ventaja a la hora de ganar, otra cosa es que lo tengas que hacer sobre el papel, tienes que ver las cosas buenas. Eso sí por lo visto ahora mismo a tí te tiran más los juegos con más azar.
Yo lo que hago para divertirme es ponerme retos o hitos.
Hacer cosas que a priori parecen inconexas o tonterías y calcular los riesgos.
Intentar reventar el juego.
Yo lo que hago para divertirme es ponerme retos o hitos.
Hacer cosas que a priori parecen inconexas o tonterías y calcular los riesgos.
Intentar reventar el juego.
Por ejemplo, en mi primera partida de Alquimistas gané con una única deducción en el ayudante y cero en el mago. Fui a deducir fallando en la venta a los aventureros.
Es decir, que intentar ganar a los demás jugadores no es suficiente reto.
Pero sí, la mayoría de juegos son mecanismos sin alma, incluso los Ameritrash, sé más selecto.Cada vez que alguien dice esa frase, llega cthulhu y mata un cultista... :'(
Pero sí, la mayoría de juegos son mecanismos sin alma, incluso los Ameritrash, sé más selecto.Cada vez que alguien dice esa frase, llega cthulhu y mata un cultista... :'(
Es decir, que intentar ganar a los demás jugadores no es suficiente reto.
Si me quiero divertir, no.
Muchos de los juegos me aburren. Por ejemplo, los muevecubos.
Me da la ligera impresión de que algunos estáis diciendo que como véis Matrix ganaríais todas las partidas que jugáis. Pero como os aburre ganar intentáis cosas diferentes.
Ejem. Permitidme ser escéptico.
Hay una tercera opción, que es un poco lo que dice Bru: Jugar por instinto y sin pensar demasiado. Menos matemáticas y más charla y sociabilizar.
Yo lo que hago para divertirme es ponerme retos o hitos.
Hacer cosas que a priori parecen inconexas o tonterías y calcular los riesgos.
Intentar reventar el juego.
Por ejemplo, en mi primera partida de Alquimistas gané con una única deducción en el ayudante y cero en el mago. Fui a deducir fallando en la venta a los aventureros.
Mucho riesgo veo en esa opción, ¿no? La mitad de los posibles resultados te hacen perder puntos de victoria.
Creo que no necesariamente se trata de eso. De lo que algunos hablan es de que su cerebro automáticamente elimina todo lo irrelevante del juego (tema, ilustraciones, figuritas, tableros) para quedarse sólo con el aspecto mecánico-matemático. Y esto no es equivalente a decir que se domine este aspecto al que se ha reducido todo.Si, era eso. Yo creo que lo ideal es encontrar un equilibrio entre "ver el mecanismo" y "disfrutar del envoltorio". Y a veces ser capaz de ver el mecanismo tiene su lado bueno. Hace poco Cameron Browne fue "geek of the week" en BGG y hablo de como ha diseñado juegos con la ayuda de un ordenador, incluso como ha escrito un programa que ha sido capaz de crear un juego!
Vaya, creo que iban por aquí.
Yo desplegaría otros intereses ocultos (escribir, tallar madera, hacer magia, leer terror, leer filosofía, tocar un instrumento)
Me gustan los envoltorios. Siempre que hago un regalo procuro dejarlo bien bonito, y sé que ese papel y caja se tirará. También veo que hay gente a la que no le preocupa envolver algo mal y en papel de periódico. Lo bueno está dentro, cierto...
Eso de eliminar lo supérfluo lo hace el 90% de jugadores de euros, buenos y malos por igual, y no hace que les disguste jugar sino todo lo contrario. Raro es el que se cree que hace trenes jugando Russian Railroads, y eso no hace que el juego se deje de jugar.De ahí mi anterior comentario. Yo también veo aires un pooco raros en los comentarios de algunos...
No, a mí me ha parecido leer otra cosa.
En el libro lo compara con la Ceremonia del Té en China: en teoría el té siempre sabe igual, pero si sigues una serie de pasos ceremoniosos (y estéticos) para tomarte el té.... parece saber mejor luego. Y yo creo que sabe mejor al final.Pues como sigas tomando te 'a la China' al final solo veras el te! ;)
Me gustan los envoltorios. Siempre que hago un regalo procuro dejarlo bien bonito, y sé que ese papel y caja se tirará. También veo que hay gente a la que no le preocupa envolver algo mal y en papel de periódico. Lo bueno está dentro, cierto...
En el libro ése que se está poniendo de moda "manifiesto de lo inútil" hablan justo de eso que dices: lo útil está dentro, sí, ¿pero qué sería de todo sin el entretenido e ilusionante proceso de ir dándole un contingente? En el libro lo compara con la Ceremonia del Té en China: en teoría el té siempre sabe igual, pero si sigues una serie de pasos ceremoniosos (y estéticos) para tomarte el té.... parece saber mejor luego. Y yo creo que sabe mejor al final.
Creo que no necesariamente se trata de eso. De lo que algunos hablan es de que su cerebro automáticamente elimina todo lo irrelevante del juego (tema, ilustraciones, figuritas, tableros) para quedarse sólo con el aspecto mecánico-matemático. Y esto no es equivalente a decir que se domine este aspecto al que se ha reducido todo.
Vaya, creo que iban por aquí.
En fin, a lo mejor sólo estamos hablando de juegos buenos y juegos malos y parece que la mayoría son malos.Hombre, con tanta proliferacion la mayoria de las cosas son malas, ya sean juegos, canciones, peliculas, libros...
Carquinyoli, ¿cuántas partidas has jugado al dominion y cuántas al street fighter de recreativa? Igual influye. XD
Yo desplegaría otros intereses ocultos (escribir, tallar madera, hacer magia, leer terror, leer filosofía, tocar un instrumento)
Todo eso hago, y encima escribo filosofía (que es ya como el culmen de lo antimatemático). Y lo peor, desde que escribo (sobre todo filosofía pero también otras cosas)... leer libros me está empezando a aburrir. Afortunadamente siempre quedan ahí milagros como Javier Marías o Saramago (e infinitos más que desconozco, supongo) que tienen algo diferente que contar ¡y de qué forma lo cuentan!. Quizá en los juegos de mesa tendría que buscar los "juegos saramago". Galactica sería un caso (o city of horror, quizá Xcom) como decís, pero es difícil encontrar "juegos saramago" porque la mayoría de juegos son refritos de lo anterior. E incluso los libros que publicó Saramago son limitados.
Respecto al resto de "artes" que mencionas, también lo he puesto en práctica: pongo música de fondo en los juegos de mesa, pinto las miniaturas, creo escenarios 3D (como la casa de Mansiones de la Locura) e intento dar hilo narrativo al introducir hasta el eurogame más insulso. Pero nada: me consta que mis jugadores disfrutan todo esto, pero yo sigo con la "deformación profesional". Un ejemplo que me parece muy sangrante de esto son los Warhammeres (o wargames mega-eurotrashizados): por más que tengo mi escenario de dos metros cuadrados lleno de arbolitos y casitas, llevo tantos años dándole vueltas a reglamentos de este tipo de wargames que no veo más que números y dados ir y venir. A destacar aquí es el intento de Games Workshop de introducir cada vez más narratividad a Warhammer (en 8ª edición Jervis Johnson vuelve a sugerir la presencia del "máster de juego") aunque, como se ve, ha vuelto a fracasar porque a la gente le gusta lo analítico (lo que algunos confesáis por aquí). No es mi caso.
Y los que decís que sois matemáticos (técnicos o similar) y disfrutáis con las matemáticas en los juegos... bueno, lo veo bien, si a mí me gustan las matemáticas (y la técnica). Pero para mí los juegos son mi modo de evasión y no le veo mucha lógica a que mi evasión sea al final lo mismo que hago en la oficina o lo mismo que le explico a mis alumnos de finanzas. Desconecto del trabajo en otras cosas como los deportes de aventura (poquitas mates aquí), pero no quiero desprenderme para siempre de los juegos porque forman una buena parte de mi pasado y por lo tanto de mí: estoy intentando buscarles los puntos de satisfacción llegado este límite.
Por eso estoy últimamente muy atento al rol, que parece que le esté dando una vuelta de tuerca al género. Me gustó mucho este debate (https://www.youtube.com/watch?v=oizPl4lnWEw) en el que Ignacio Muñiz (Edge) dice que tenemos que empezar a pensar que los juegos de rol no son "un solo juego" (sino que hay todo un mundo más allá de las tablas y el lanzamiento de los dados); y que en Edge pretenden ir trayendo todos los juegos de rol que empiezan a ofrecer cosas nuevas al sector y no son retroclones/refritangas. Un ejemplo sería WHFRPG3ªED, lo cual fue un fracaso por su formato vende-vende, pero que no deja de tener un interesante mecanismo que mezcla Fate (y sobre todo aspectos) con lo que viene a ser una traslación del juego de rol al juego de tablero. Ojo, no digo que en Edge sean los únicos que lo intentan: que Fate en español está entrando de manos de Conbarba, y también he mencionado El Club de los Martes; etc. Lo de Edge lo mencionaba por lo cercano en el tiempo de la anécdota.
Ahora, esta es la vía que más me interesa: mezcla de géneros narrativos pero con efecto claro de la narratividad (no es el caso de Mansiones de La Locura, donde digas lo que digas no afectará al resultado del dado). Por eso mencionaba que el juego que he diseñado (y que espero enseñaros pronto) mezcla Agrícola (nada de rol), Mansiones de la locura (casi rol)... y Fate (rol). De todas formas yo tampoco lo he conseguido.
Por último, de nuevo @wkr nuestro proceso es parecido: hace mucho tiempo que me dedico a jugar a los juegos por intuición (sobre todo los euros o el mismo Death Angel que comentaba), pero no sé, al final hasta la intuición parece tener sus mecanismos... porque tras unos años "intuyendo" vuelvo al punto de insatisfacción.
Acabo mi parrafada con una cosa para los que están filosofando. Hemos de admitir que nuestra especie tuvo una pasado nómada: hay que ir saltando y saltando para ir encontrando la satisfacción, es una inercia innegable de nuestro ser. Por eso la crisis jugona viene una y otra vez cada vez que creemos haberla superado, por eso van apareciendo cada vez más crisis extrañas... etc, creo que se entiende por dónde voy.
PD: gracias a todos por las respuestas, todas muy interesantes. En principio no me cortaré las venas, err, los cables.
Yo desplegaría otros intereses ocultos (escribir, tallar madera, hacer magia, leer terror, leer filosofía, tocar un instrumento)
Todo eso hago, y encima escribo filosofía (que es ya como el culmen de lo antimatemático). Y lo peor, desde que escribo (sobre todo filosofía pero también otras cosas)... leer libros me está empezando a aburrir. Afortunadamente siempre quedan ahí milagros como Javier Marías o Saramago (e infinitos más que desconozco, supongo) que tienen algo diferente que contar ¡y de qué forma lo cuentan!. Quizá en los juegos de mesa tendría que buscar los "juegos saramago". Galactica sería un caso (o city of horror, quizá Xcom) como decís, pero es difícil encontrar "juegos saramago" porque la mayoría de juegos son refritos de lo anterior. E incluso los libros que publicó Saramago son limitados.
Respecto al resto de "artes" que mencionas, también lo he puesto en práctica: pongo música de fondo en los juegos de mesa, pinto las miniaturas, creo escenarios 3D (como la casa de Mansiones de la Locura) e intento dar hilo narrativo al introducir hasta el eurogame más insulso. Pero nada: me consta que mis jugadores disfrutan todo esto, pero yo sigo con la "deformación profesional". Un ejemplo que me parece muy sangrante de esto son los Warhammeres (o wargames mega-eurotrashizados): por más que tengo mi escenario de dos metros cuadrados lleno de arbolitos y casitas, llevo tantos años dándole vueltas a reglamentos de este tipo de wargames que no veo más que números y dados ir y venir. A destacar aquí es el intento de Games Workshop de introducir cada vez más narratividad a Warhammer (en 8ª edición Jervis Johnson vuelve a sugerir la presencia del "máster de juego") aunque, como se ve, ha vuelto a fracasar porque a la gente le gusta lo analítico (lo que algunos confesáis por aquí). No es mi caso.
Tranquilo. Lo que pasa es que eres muy joven. Date veinte años más y ya verás como al final lo único que te importa de un juego es que durante el tiempo que estás jugando puedes olvidarte de que hay una cosa llamada mundo real.