Aquí continuamos con Majnó ¿hasta cuando?
Majnó.2ª parteMajnó quiso acabar con sus problemas de suministro, por lo que decidió transformar su
desmesurada brigada en por lo menos una división. Esto fue tomado por los bolcheviques como una falta de disciplina y la dirección del frente Sur tomó la decisión de destruir a los majnovistas. Los bolcheviques claramente sobrevaloraban sus propias fuerzas, más en ese momento, justo en el avance de los soldados blancos de Denikin.
En el momentos que los blancos dieron el golpe en el punto de contacto entre los majnovistas y el Ejercito Rojo, los bolcheviques atacaron la retaguardia de Majnó. Resistir en los dos puntos a la vez era imposible.
El 6 de junio de 1919 Majnó envió un telegrama a Lenin, Trotski, Kamenev y Voroshilov, en el que decía: “Mientras me considere revolucionario encuentro como mi deber, sin contar las injusticias que me culpan de la ¿deshonra? en nuestra tarea común revolucionaria, proponer que me envíen inmediatamente un buen dirigente militar que después de conocer la situación en mi presencia podría tomar de mi el mando de la división. Considero que debo hacerlo como revolucionario responsable de cualquier paso desgraciado en lo referente a la revolución y el pueblo, cuando lo declaran culpable de convocar congresos y preparar la acción revolucionaria de masas contra la república soviética.”. El 9 de junio Majnó telegrafió a Lenin: “Me doy total cuenta de la actitud hacía mi del poder central del Estado. Estoy absolutamente convencido de que el poder central estatal considera toda la insurrección incompatible con su actividad estatal. Además el poder central considera la insurrección de mi única responsabilidad, y toda la animadversión hacía los insurrectos la traslada hacía mi… Así, este comportamiento del poder central, animoso y adversario de los últimos tiempos hacía la insurrección llevá fatalmente a la creación de un frente interno quedando a ambos lados la masa trabajadora que cree en la revolución. Considero que este sería el más grande e imperdonable delito ante el pueblo trabajador y me considero obligado a hacer todo lo posible para prevenir este crimen… El medio más seguro para prevenir este crimen inminente del poder central considero que es mi cese.”
Los bolcheviques intentaron arrestar a Majnó. Pero el, con un pequeño grupo de camaradas se fue a los bosques. Entonces los chequistas fusilaron a los miembros del cuartel general de Batchko, incluido al jefe Ozherov enviado por los mismos bolcheviques. Al enterarse de la ejecución sumaria de su cuartel general, Majnó comenzó la guerra partisana en la retaguardia de los rojos. Intentaba actuar lejos de la primera línea del frente para no molestar demasiado a la defensa contra Denikin. Un testimonio de un pobre soldado rojo, Kudlo, sobre su visón del “problema” Majnó: “El poder soviético central no tiene razón de que existan los comisarios, las situaciones extarodianrias, todo esto lo desprecio. El poder soviético permitió que no tuviéramos municiones y ahora nos vemos obligados a retroceder.” Majnó culpo a los comunistas de la retirada deliberada de las municiones y su entrega a los blancos. Sus planes estratégicos preveían el establecimiento de un poder sobre un vasto territorio donde organizar un sistema económico viable. En la interpretación del mismo soldado sonaba así: “Ciudadanos cuando tengamos el embalse de Donetsk, la industria manufacturera, y, en general, todo lo que necesita un campesino… cuando ocupemos la Asia menor, tendremos el algodón, cuando ocupemos Bakú tendremos el petróleo.” Estos planes, a primera vista, napoleónicos, tienen que ver más bien no con los proyectos militares, a Majnó no le gustaba marcharse de su patria chica, sino con las esperanzas de la revolución mundial, cuando los trabajadores tomaran sus países y establecieran relaciones con los campesinos de Ucrania. Tal era la ingenuidad de Majnó. Majnó tenía esperanza de reestablecer una coalición provisional con los bolcheviques. Según recordaba Volín que había ingresado en su ejercito (encabezando la comisión de cultura e ilustración), Batchko decía “Nuestro principal enemigo, camaradas campesinos, es Denikin. Los comunistas, al fin y al cabo, son revolucionarios”, pero añadía “ Con ellos saldaremos cuentas más adelante”. El 27 de julio los majnovistas asesinaron al nacionalista ucraniano y enemigo declarado de los bolcheviques, el ataman Grigoriev.
Bajo la presión de Denikin los bolcheviques se vieron a retroceder en toda Ucrania. Los combatientes majnovistas no querían marchar a Rusia. El 5 de agosto se volvieron a unir a Majnó las fuerzas que habían quedado anteriormente bajo control bolchevique. En manos de Batchko otra vez aparecía un ejército de miles de combatientes.
Las superiores fuerzas de los blancos hicieron retroceder a los majnovistas a Ucrania Occidental hasta Umán. Pero un ataque inesperado que asestaron los majnovistas en Peregonovka el 27 de septiembre fue determinante en la suerte del enfrentamiento contra las fuerzas de Denikin.
Un regimiento enemigo fue capturado, otros dos totalmente destruidos. El ejército de Majnó consiguió irrumpir en la retaguardia de Denikin, avanzando en toda Ucrania, a tres columnas, y siempre rumbo a casa, a Guliai Pole. “Las operaciones contra Majnó eran extremadamente difíciles. Especialmente eficaz era la caballería de Majnó, que al principio era imbatible. A menudo atacaban nuestras caravanas, aparecían en la retaguardia, etc.. En general los cuerpos de Majnó se distinguen de los bolcheviques por su capacidad de combate y su resistencia.” contaba el coronel Dubiego de la 4ª división de voluntarios. Incluso el cuartel general blanco de Denikin en Tangarog se vió a amenazado. La infraestructura del ejército de voluntarios resultó seriamente afectada. Lo que frenó el avance de Denikin hacía el norte, hacía Moscú. Tuvieron que trasladar del frente las fuerza de Shkuro, para localizar la zona controlada por los majnovistas y que crecía rápidamente.
Al recuperarse del primer golpe los blancos volvieron a tomar las ciudades colindantes y volvieron a instalarse en Guliai Pole. Pero Majnó estaba preparando un giro inesperado por su osadía y temeridad (al estilo Lawrence de Arabia). “En Yekaterisnolav era día de mercado” recordaba uno de los miembros del comisariado regional del partido comunista de la ciudad.” Desde la estepa a la ciudad entraban los carros de los campesinos, llenos de verdura, especialmente berza. Hacía las 4 de la tarde desde el mercado principal comenzó una refriega ensordecedora, bajo la berza de los carros estaban las ametralladoras de Majnó y los vendedores de frutas y verduras eran los miembros del comando de vanguardia de los majnovistas. Detrás de este grupo entró todo el ejercito negro venido de la estepa, dirección de la que los blancos no esperaban ningún ataque.” Este ataque fue rechazado pero a costa de muchas perdidas.
El 11 de noviembre de 1919 y durante un mes (hasta el 19 de diciembre) Yekaterisnolav pasó al control anarquista. En aquel entonces se encontraban bajo mando de Majnó 40.000 personas.
En la región “liberada” se celebraban congresos multipartidistas de campesinos y trabajadores. Todas las empresas fueron entregadas a los que trabajaban en ellas. Ganaron en este sistema de “socilismo de mercado” ls fabricantes de alimentos, los campesinos y aquellos trabajadores que encontraron consumidores de su producción (ganaderos, zapateros, …) Los trabajadores de la industria pesada estaban descontentos con los majnovistas y apoyaban a los mencheviques. Para los necesitados los majnovistas establecieron un subsidio que se daba sin mayor burocracia que pedirlo.
Con las divisas capturadas comparaban armas y editaban libros revistas y periódicos anarquistas.