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Besequero de la Semana / Baronet #151 - 14/04/2013 - Generación X
« en: 22 de Abril de 2013, 09:53:17 »
Pues nada, ya es lunes, y ya habemus nuevo baronet.
Aquí os dejo con Héctor, de Generación X. Le he elegido porque creo que su punto de vista de todo este mundillo lúdico puede ser al menos interesante... Ahí va su presentación:
Soy Baronet!! Toma ya!. Ahora ya tengo el poder!.
Muchas gracias a Haritz por semejante marrón y al resto de lectores..."no sabéis lo que habéis hecho".
Mi nombre es Héctor González. Mis amigos me llaman "H" y mis enemigos de muchas formas. Ninguna bonita.
Nací antes de lo que debía en Vigo, Pontevedra. Les jodí las vacaciones a mis padres y se tuvieron que volver a Bilbao, donde reside la familia de mi madre. Tras unos meses para que se me pegase "lo bruto", nos fuimos a Madrid. Y aquí me he quedado, para desgracia del resto de madrileños.
Mi relación con los juegos fue temprana pero sin darle mayor importancia. Me jugaba un heroquest, jueguecitos de CEFA, le daba al ajedrez con mi padre, pintaba miniaturas. Toqué de todo desde la infancia a la adolescencia: juegos, magic, rol, warhammer... incluso jugaba algún juego de NAC que tenía mi padre (no sé muy bien a cuento de qué). Inventándonos las reglas, eso sí. Pero todo de manera muy casual ya que la pasión que desarrolle fue en los comics y era a lo que más tiempo dedicaba. Excepto entre los 14 y los 16, que le dediqué mucho a algo que no viene a cuento explicar aquí.
Mi afición a los comics me hizo caer en las fauces de Generación X, donde me sentía como en casa y las tardes de charleta eran un gustazo.
Tras un tiempo de amistad (y gastarme la pasta), me pidieron si podía trabajar para ellos en una feria. La cagué y dije que sí. Jamás os toméis a la ligera algo tan sencillo como un "sí" o un "no". La mayor parte de vuestro destino se decide con esas palabras. La verdad es que me jode que dos palabras tan importantes sean tan fáciles de pronunciar. Si fuesen más difíciles, las usaríamos menos y las pensaríamos más.
Y con la estupidez, ya llevo casi 15 años en Generación X. He trabajado en 3 tiendas, he estado en infinitud de ferias. Expo-gaitas, hobby-cristos, ferias del libro, he organizado eventos para centenares de jugadores y he decidido, apretando un solo botón, el destino de miles de euros de la empresa. Y aquí sigo... aún no me han despedido. Espero que siendo Baronet y por lo tanto, ebrio de poder, pueda alcanzar nuevos niveles de egolatría y satisfacción personal.
¿En qué momento de mi vida los juegos empezaron a jugar un papel más importante que los comics?. La verdad es que no lo sé con exactitud. Ha sido una mutación progresiva. Pero en un momento dado, decidimos que yo era la persona adecuada para llevar la responsabilidad de todo lo que tenía que ver con juegos en GenX (en plan “toma marrón, chaval”). Al final, como el hábito hace al monje (que no os engañen con lo contrario), casi que he dejado de lado los comics y mi afición por los juegos se ha multiplicado. Por suerte para mi, fueron los juegos lo que despuntó y no el mercado del comic y el merchandasing erótico (aunque cuando vi el "titty grab", temí lo peor).
Bueno, ahora tengo que decir 3 chorradas. 2 verdades y una mentira.
- Una vez pillé a una pareja follando en el baño de la tienda (Puebla). Como eran chavales sin casa ni coche y les pilló el calentón, deje que terminasen y al salir les ofrecí un cigarro.
- Una vez perdí la compostura delante de unas chicas que estaban decidiendo qué replica de sable laser iban a comprarse. Escuchando las bondades del sable de Mace Windu mientras que sobaban la réplica, no pude evitar pensar que hablaban de un consolador y me dio la risa floja en su cara.
- En un agosto insoportable en la tienda de Galileo, estando solo con mi amigo Emilio, entró un “tronao” sin amigos y empezó a soltarnos una disertación sobre los calamares gigantes. Tras ilustrarnos sobre el tamaño del calamar más grande jamás encontrado, se escuchó un grito desgarrador desde el fondo de la tienda, donde suponíamos que no había nadie desde hace horas. “Eso es mentirAAAaaaAAAAa!” -decía. De allí salió otro de los frikazos más serios que haya podido encontrarme y se encaró con el otro diciendo “Porque por lo que yo sé de calamares gigantes…”. Y así discutieron durante casi una hora sobre calamares gigantes. Nos reímos tanto que al día siguiente nos dolía la tripa y la cara.
Aquí os dejo con Héctor, de Generación X. Le he elegido porque creo que su punto de vista de todo este mundillo lúdico puede ser al menos interesante... Ahí va su presentación:
Soy Baronet!! Toma ya!. Ahora ya tengo el poder!.
Muchas gracias a Haritz por semejante marrón y al resto de lectores..."no sabéis lo que habéis hecho".
Mi nombre es Héctor González. Mis amigos me llaman "H" y mis enemigos de muchas formas. Ninguna bonita.
Nací antes de lo que debía en Vigo, Pontevedra. Les jodí las vacaciones a mis padres y se tuvieron que volver a Bilbao, donde reside la familia de mi madre. Tras unos meses para que se me pegase "lo bruto", nos fuimos a Madrid. Y aquí me he quedado, para desgracia del resto de madrileños.
Mi relación con los juegos fue temprana pero sin darle mayor importancia. Me jugaba un heroquest, jueguecitos de CEFA, le daba al ajedrez con mi padre, pintaba miniaturas. Toqué de todo desde la infancia a la adolescencia: juegos, magic, rol, warhammer... incluso jugaba algún juego de NAC que tenía mi padre (no sé muy bien a cuento de qué). Inventándonos las reglas, eso sí. Pero todo de manera muy casual ya que la pasión que desarrolle fue en los comics y era a lo que más tiempo dedicaba. Excepto entre los 14 y los 16, que le dediqué mucho a algo que no viene a cuento explicar aquí.
Mi afición a los comics me hizo caer en las fauces de Generación X, donde me sentía como en casa y las tardes de charleta eran un gustazo.
Tras un tiempo de amistad (y gastarme la pasta), me pidieron si podía trabajar para ellos en una feria. La cagué y dije que sí. Jamás os toméis a la ligera algo tan sencillo como un "sí" o un "no". La mayor parte de vuestro destino se decide con esas palabras. La verdad es que me jode que dos palabras tan importantes sean tan fáciles de pronunciar. Si fuesen más difíciles, las usaríamos menos y las pensaríamos más.
Y con la estupidez, ya llevo casi 15 años en Generación X. He trabajado en 3 tiendas, he estado en infinitud de ferias. Expo-gaitas, hobby-cristos, ferias del libro, he organizado eventos para centenares de jugadores y he decidido, apretando un solo botón, el destino de miles de euros de la empresa. Y aquí sigo... aún no me han despedido. Espero que siendo Baronet y por lo tanto, ebrio de poder, pueda alcanzar nuevos niveles de egolatría y satisfacción personal.
¿En qué momento de mi vida los juegos empezaron a jugar un papel más importante que los comics?. La verdad es que no lo sé con exactitud. Ha sido una mutación progresiva. Pero en un momento dado, decidimos que yo era la persona adecuada para llevar la responsabilidad de todo lo que tenía que ver con juegos en GenX (en plan “toma marrón, chaval”). Al final, como el hábito hace al monje (que no os engañen con lo contrario), casi que he dejado de lado los comics y mi afición por los juegos se ha multiplicado. Por suerte para mi, fueron los juegos lo que despuntó y no el mercado del comic y el merchandasing erótico (aunque cuando vi el "titty grab", temí lo peor).
Bueno, ahora tengo que decir 3 chorradas. 2 verdades y una mentira.
- Una vez pillé a una pareja follando en el baño de la tienda (Puebla). Como eran chavales sin casa ni coche y les pilló el calentón, deje que terminasen y al salir les ofrecí un cigarro.
- Una vez perdí la compostura delante de unas chicas que estaban decidiendo qué replica de sable laser iban a comprarse. Escuchando las bondades del sable de Mace Windu mientras que sobaban la réplica, no pude evitar pensar que hablaban de un consolador y me dio la risa floja en su cara.
- En un agosto insoportable en la tienda de Galileo, estando solo con mi amigo Emilio, entró un “tronao” sin amigos y empezó a soltarnos una disertación sobre los calamares gigantes. Tras ilustrarnos sobre el tamaño del calamar más grande jamás encontrado, se escuchó un grito desgarrador desde el fondo de la tienda, donde suponíamos que no había nadie desde hace horas. “Eso es mentirAAAaaaAAAAa!” -decía. De allí salió otro de los frikazos más serios que haya podido encontrarme y se encaró con el otro diciendo “Porque por lo que yo sé de calamares gigantes…”. Y así discutieron durante casi una hora sobre calamares gigantes. Nos reímos tanto que al día siguiente nos dolía la tripa y la cara.