(
Me ha salido un post bastante largo… si alguien lo lee, quedaré agradecido; y si no lo lee nadie al menos me habré desahogado).
Me da pena ver cómo parece que algunos besekeros se complacen en demostrar que están por encima de los juegos más infantiles. Existe un hilo abierto por
marjualeon (
http://labsk.net/index.php?topic=160607) en el que se pregunta “
¿Quién de vosotros no tiene un Risk?”. Quizá sea culpa mía entender el título del hilo como una pregunta retórica formulada en sentido negativo. Evidentemente no todo el mundo tiene un Risk, pero (insisto en que quizá sea yo quien no sabe leer entre líneas) algunos han respondido que el Risk es un rollo macabeo y otros han contestado (me parece a mí que) preciándose de no haberlo jugado nunca.
(No quiero que nadie se enfade dándose por aludido, que esto no es ninguna crítica personal sino un brindis al sol).
Y digo que me da pena porque son juegos que a quienes hace años que peinamos canas nos han deparado tardes y tardes de gloria y diversión. Descubrí el Monopoly en 1974 (lo recuerdo bien, fue en un viaje fuera de España que hice con 10 años, y me lo enseñaron mis primos). Lo primero que pensé fue: ¿¡qué es estooo!? ¿Qué me he estado perdiendooo?
Conocía los primeros Juegos Reunidos Geyper; los de mi vecino eran todos remedos de la oca sobre diferentes escenarios; recuerdo uno de la selva en el que pasar al cocodrilo era telita… y todo a base de tirar 1d6 porque no había otra cosa… Y recuerdo ahora un jueguecillo de barcas motoras que salían de Londres para llegar a Barcelona (o quizá fuera a Marsella) que apareció en el interior de la contraportada de un Capitán Trueno (o quizá fuera un Jabato) que era más de lo mismo, pero estuvimos jugando a él todas las tardes de un verano… Bilbao años setenta… En vez de fichas recortamos unas barquitas que venían en la contraportada del tebeo… Bueno, que me enrollo cual abuelo Cebolleta…
Pues bien, cuando descubrí el Monopoly (que apostaría a que más de la mitad de los que camináis por este foro no habíais nacido),
el Monopoly ya era un juego viejo.
Debates sobre patentes aparte, el
Monopoly se inventa en 1935; el
Stratego en 1908; el
Cluedo, otro denostado, se publica por primera vez en 1948; y el
Risk en 1950 (no soy ningún erudito en historia de los juegos, que esta información está a tiro de clic en la Wikipedia).
Y tengo para mí (insisto en que puedo estar equivocado) que sin estos juegos no existiría nada de lo que ahora disfrutamos. Estos juegos han hecho posible la industria que hoy satisface nuestras demandas lúdicas.
Por supuesto que mola más jugar al Puerto Rico que al Monopoly; al Twilight Struggle que al Risk; al Paths of Glory antes que al Stratego; y al
Club de los Martes mejor que al Cluedo.
En fin, que cada cual diga y se exprese como considere conveniente, pero yo respetaré esos juegos que recuerdo con cariño, y me abstendré de decir que son un rollo, un petardo o una castaña aunque este verano he escapado un par de veces de mi hijo pequeño que quería volver a jugar conmigo al Monopoly…
¡Leche!, algo tendrá cuando un crío que empezó a jugar al Magic con 5 años y con carnet DCI con 6, y que ahora tiene 13 tacos y juega regularmente al Dice Masters o a rol por ejemplo (al Twilight Struggle ya no quiere jugar conmigo porque dice que soy un paquete), me pide en vacaciones jugar al Monopoly.