Respondiendo a otra cosa en el hilo de dudas del Condottiere, he planteado de pasada esta cuestión.
Aparte del aluvión de respuestas diciendo que “no jugamos al Condottiere si somos tres”, que ya se que muchos, en cuanto habéis leído el título, os habéis lanzado a entrar para contestar esto, ¿hay alguien que sí juegue a tres?
Nosotros, sólo cuando somos tres, jugamos con la variante incluida en las reglas de “Robar cartas después de la batalla”.
Lo hacemos así para evitar situaciones como la siguiente, que se producían batalla tras batalla.
Supongamos que al principio de una batalla todos los jugadores tienen muchas cartas.
El J1 y el J2 se disputan la victoria, mientras que el J3, después de jugar 2 cartas, decide pasar para reservar su mano (le quedan 7 cartas).
El J1 y el J2 siguen luchando, hasta que el J1 se queda sin cartas. En ese momento al J2 le quedan 3 cartas (por ejemplo, un mercenario de 1 y dos espantapájaros).
El J2 ya ve que con esas cartas no puede ganar la batalla, pero prefiere no pasar y jugar su mercenario, para sí poder descartarse de sus dos espantapájaros, y forzar que se repartan 10 nuevas cartas a todos los jugadores para disputar la siguiente batalla, ya que si no tendría que enfrentarse con esas tres cartas en una nueva batalla al J3, que tiene las 7 cartas que se había reservado. Además, de esta manera, obliga al J3 a descartar como mínimo 5 de estas 7 cartas, que se supone que son buenas y por eso había preferido reservarlas.
Incluso si el J2 tuviese tres mercenarios pero aun así ve que no puede ganar al J1 una vez que a este se le han acabado las cartas, le convendría más seguir jugando para agotar su mano y forzar un nuevo reparto, con lo que volveríamos a la situación anterior, donde el J3 perderá las cartas que se había reservado y en la siguiente batalla volverán a jugar los tres con 10 cartas.
CONCLUSION:
Cuando nosotros jugamos a tres jugadores, lo normal es que en cada batalla al menos dos jugadores jueguen su mano hasta el final, lo que lleva a que a la larga los tres jugadores acaben jugando su mano hasta el final, por que si no el que se reserva acaba perdiendo las cartas igualmente, y encima no ha disputado la batalla y en consecuencia no ha tenido opción de ganarla.
SOLUCION:
Jugar con la variante “Robar cartas después de la batalla”, lo que obliga a gestionar mucho mejor la mano, ya que como no se descarta y sólo se roban 3 cartas al final de cada batalla, los jugadores deberán administrarlas y decidir cuándo vale la pena ir hasta el final y cuándo es más rentable economizarlas para tener más cartas en la siguiente batalla, porque si las juegas todas en cada batalla disputarás cada nueva batalla con sólo 3 cartas, mientras que los jugadores que economicen cartas podrán disputar la nueva batalla con más cartas y se supone que mejores, ya que se las habrán ido guardando previamente, mientras que del robo salen las que salen.
Además, esto tiene un factor añadido, que es que como no se baraja hasta que se agota el mazo de robo, se puede llevar un control de las cartas que han salido, y saber así qué queda por salir, con lo que los jugadores pueden decidir si arriesgar más o menos a lo largo de la partida en función de esta información.
¿Qué opináis vosotros?