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Mensajes - Zolle


Esta es la primera imagen que se publica del tercer juego de Matt Calkins, autor del afamado Sekigahara (GMT Games).

No es un diseñador muy prolífico y de él sólo puedo hablar de su juego de bloques y cartas ambientado en la campaña de Tokugawa. La vasta calidad y al mismo tiempo simplicidad del mismo ha conseguido enamorar a muchos jugones, entre los que me cuento, y ganar varios premios. Por ello, cuando hace años se colgó la ficha de este nuevo título en la BGG me dispuse a seguirle bien la pista. Lamentablemente pasaron meses y años sin que se supiera nada de él. Por fin, este año el autor mencionó en un hilo de Sekigara en BGG que Tin Goose estaría listo para verano. El juego saldrá a la luz bajo el sello de Rio Grande Games.

http://boardgamegeek.com/article/17904706#17904706

En este caso no se trata de un juego de estrategia militar sino económica basado en los primeros años del transporte aéreo donde hay que lidiar con problemas como la subida del petróleo, etc... y en el que parece que el azar está muy limitado. La duración de las partidas se estima en dos horas y el número de jugadores de 3 a 5. A ver si para la feria de Essen de este año nos desvelan más información. 

Ya existen varios juegos que abordan el tema de la aviación pero viendo lo que el diseñador hizo con Sekigahara, un título tan genuino y diferente a cualquier otro y al que sólo me atrevería a relacionar con Maria por la similitud del sabor que desprenden sus partidas, no puedo sino esperar con impaciencia a saber más sobre él.

La descripción del juego en inglés:

Tin Goose is a game about the early years of commercial air travel. Beginning as a regional operation with just an airmail route and a "tin goose" (the Ford Trimotor), players build an airline empire through the 1930s and 40s. As the game progresses, planes improve, being safer and more fuel efficient while having a longer range. Companies become more organized and shed their early inefficiencies. The stakes of a disaster — crashes, strikes, and oil shocks — get higher.

A deck of 96 cards includes all of the planes and events that enter the game. Of these, only about 36 are played in any given session, and all of those exist in players' hands at the outset. The result is a game of "calamities" with more planning and less luck: A skillful player seeing high bids on the safest planes may guess several bidders are holding crash cards.

Tin Goose is a business game that features a balance between greed and fear, without random events. It's designed by Matt Calkins, who previously designed Sekigahara and will be available in print from Rio Grande Games and digitally in the Apple iTunes store.


La página del juego en BGG: http://boardgamegeek.com/boardgame/133285/tin-goose


Para los que les interese, la autora ha retomado este verano su blog de diseño de juegos.  Se la ve radiante en la foto que ha colgado y con renovadas fuerzas para deleitarnos con su nuevo proyecto, Stavka.

http://www.simmonsgames.com/news/

El mapa ya empieza a dar visos de esa mesurada simplicidad, esa elegancia contenida que desprenden todos sus juegos. Espero que disfrute diseñándolo y lo veamos en nuestras mesas pronto. Y ojalá lo haga bajo su propio sello. La imprenta que le da a cada detalle de sus juegos, incluyendo las cajas, es siempre digna de alabar.


Magic: El Encuentro


Hace muchos años, en un tosco tenderete de playa abigarrado de recuerdos, pulseras y adornos hechos de conchas, yo y mis dos hermanos descubrimos asombrados una caja de inicio de Magic en inglés que traía dos mazos y una bolsa negra llena de perlitas azules claras y oscuras, así como un solitario mazo de cuarta edición en castellano. Hasta aquel momento sólo habíamos leído y oído hablar de boca de otros sobre ese renombrado juego y lo caras y míticas que eran algunas de sus cartas.

El vendedor nos dijo con cara de no saber muy bien lo que nos estaba vendiendo que era todo cuanto le quedaba después de que los locos turistas americanos lo asaltaran ese mismo día y se lo llevaran casi todo. Sin dudarlo tomamos nuestro por entonces escaso dinero y nos llevamos aquel preciado botín fascinados por poder al fin tocar con nuestras manos ese juego del que todos hablaban. Aquella fresca noche bajo el sonido de las hojas de los árboles empecé a comprender sus leyes a través del librillo de su reglamento y con la lectura de los ejemplos de juego comencé a palpar la emoción de sus partidas así como a comprender la razón de su enorme éxito.

Teniendo en cuenta que nuestro precedente fue Spellfire, del que no guardo buenos recuerdos, la impresión que me dejó fue muy honda. Adoraba el diseño sobrio de sus cartas como venido de tiempos antiguos, sus agrietados marcos coloreados según el color al que pertenecían, así como el icónico dorso que incluso hoy se mantiene sin cambios. Leía y releía con avidez todas las leyendas en cursiva del contenido de sus texto como si se tratara de fragmentos bíblicos de una importancia trascendental. Sus ilustraciones eran muy variadas en estilos gracias a la creciente plantilla de sus afamados ilustradores, aunque algunas de ellas eran sencillas e hieráticas me fascinaban descubriéndome un universo inabarcable en historias, hechizos y criaturas que crecía con cada nueva expansión en todas direcciones.

El concepto de los cinco colores, la afinidad de sus características en un sentido u otro me parecía una idea genial, así como la dependencia del maná que hacía progresar las partidas in crescendo hasta una eclosión final de poderes desatados para arañar vidas y doblegar al rival haciéndole perder ese último punto de vida. Que se pudieran componer mazos a gusto e interés de cada uno combinando el carácter de los colores escogidos es un de los puntos que más me gustó, nunca se batían dos mazos iguales. Sus posibilidades parecían infinitas.

Así empezó mi relación con el Magic fuertemente condicionada por mi escaso poder adquisitivo, lo que no me impidió disfrutar del juego en uno de sus aspectos claves y que con el tiempo se revelaría como mi favorito: la creación de mazos. El juego no dejaba de ampliarse con cada nueva expansión, con cada nuevo fragmento de historia. Es cierto que me abastecía fundamentalmente de cartas comunes o que no quería nadie, pero las ilustraciones y las leyendas impresas en él llenaban de colorido mi imaginación invitándome a componer mazos temáticos, escogiendo con cuidado las ilustraciones de planicies e islas que me habría gustado hollar y poblándolas de esos pegasos y caballeros blancos, criaturas que no eran míticas pero que para mí eran especiales por brillar entre las pocas cartas de las que disponía para jugar.

Por supuesto perdía una y otra vez, pero ahí es donde residía la gracia del juego, tras cada nueva derrota mi mente bullía de nuevas ideas, el que hacer del siempre fracasado alquimista, del paciente relojero que toma las piezas que están a su alcance y ajusta y reajusta la pequeña maquinaria, la prueba, acerca el oído con afán de hacerla más precisa y frunce el ceño si el resultado no es el que esperaba. Aclara sus ideas tras cada fracaso y nuevas caminos se revelan en las cartas que manejas, surgen ideas que vuelven bicéfalos tus mazos hasta que se escinden en conceptos y estrategias de juegos diferentes dando lugar a más y más mazos.

Cuando vi que el juego seguía creciendo y creciendo lejos de las posibilidades que el cardiograma plano que dibujaban el gráfico de mis ingresos semanales podía satisfacer, lo dejé y lo olvidé como en su momento dejé de comprar miniaturas de Games Workshop.

Pero hace un año exactamente me volví a acercar curioso, sobre todo por el creciente número de hilos en La BSK sobre el mismo. El juego había crecido en todos sus aspectos, su fondo de leyenda, su gigantesca biblioteca de cartas, y se había enriquecido con términos de juego que me resultaban completamente desconocidos ¿Y qué eran esos seres llamados caminantes de planos?

Justo por entonces se anunciaba el inminente inicio del bloque de Theros lo que fue la chispa que me decidió mi reencuentro con el Magic - pues adoro el tema de la antigüedad - , esta vez sin la pesada losa de los límites económicos de la adolescencia pero con la consciencia despierta de no querer desmadrarme comprando.

Ya ha pasado un año desde entonces y he cumplido en parte lo que me había propuesto de empezar y terminar comprando cartas justo lo que durase la publicación de dicho bloque - reconozco que sí que me he desmadrado comprando - La pregunta es ¿A valido la pena? La vuelta a Magic es muy dura, la vastedad de cartas que ha aparecido en los últimos quince años es desoladora ¿Por dónde empezar a mirar? Sin ayuda es muy difícil tratar de componer un mazo con algo de sentido.

Al principio es como intentar escribir un breve relato juntando letras y no palabras. Así que me dediqué al principio a ver ejemplos de mazos, maravillarme con las nuevas habilidades y efectos de juego mientras las nuevas ilustraciones de las cartas me atrapaban más y más.

Además, y esto es lo más importante de mi vuelta a Magic, volverlo a jugar me ha permitido reencontrarme con un viejo amigo al que no veía desde hacía más de quince años, y cosas de la vida, él también acababa de volverse a reenganchar cuando contactamos. Es el mejor regalo de haber vuelto a dejarse llevar por las aguas de este riquísimo juego.

La gracia de Magic es que te sientes jugando a él dentro y fuera de la mesa, en cualquier parte donde te encuentres las ideas bullen en tu cabeza, visualizas y revisas cada carta que compone tus mazos mesurando la cantidad de sus copias, la consistencia de sus sinergías, la claridad de su estrategia, su capacidad de respuesta, constatando sus puntos débiles. Y cuando se descubren nuevas cartas el espacio limitado de sus mazos te agobia y te empuja a ser más claro en tus ideas, eliminar con dolor esas cartas que tomabas por precisas, quitar lo superfluo. Cada cambio es una difícil decisión que debe ser repensada y comprobada ..., y todo ello sin aún haberte sentado delante de tu adversario y empezado a jugar.

Cuando por fin lo haces, todo lo que habías pensado estaba mal encauzado y tu mazo se estrella contra una roca haciéndose mil pedazos. Vuelves de la partida consternado pero feliz, has perdido pero has visto una nueva vereda, has disfrutado con el maravilloso juego de un experto y eso te llena de fuerza y nuevas ideas.

Ajustas y reajustas y lo sigues intentando, viendo lo que el otro hace, aprendiendo de tus errores, y de repente un día empiezas a advertir que algo late en tu mazo, las cartas que se abocan en tu mano te dictan los pasos hacia jugadas cada vez más certeras, tus cartas responden bien al envite de tu adversario y sientes el placer de que todo empieza a funcionar, de que el maná fluye cuando lo necesitas, que las criaturas se dejan invocar cuando las requieres, el ritmo del contrario ya no te aplasta como al principio y ahora eres tú el que dibuja en la mesa las constelaciones de cartas idóneas para para que el juego brille a tu favor.

Ya no empiezas las partidas nervioso por ser tú el que tome la iniciativa, como por arte de magia las cartas que pides ya se encuentran en tu mano desde el principio, tu mazo ha crecido y madurado, su propósito se muestra claro en cada carta que robas. Encajas los golpes del otro sin miedo a perder vidas y con la confianza de tus posibilidades de reacción. Y esto sólo constituye la parte abstracta del juego.

No olvidemos que el armazón que constituyen las claves de las cartas, sus habilidades y los atributos de las criaturas se corresponden con el título de las cartas, su leyenda y sus espectaculares ilustraciones. Invocas héroes, gigantes, dragones, demonios; traes al juego bosques, pantanos, montañas, islas...

Cuando miras atrás descubres que no has jugado una sino miles de horas al mismo juego, sentado en el autobús, paseando de camino al trabajo, mientras te cepillabas los dientes o comías. Cientos de horas sin ser consciente de ello ¿Con cuantos juegos de los que poseo he hecho lo mismo?¿Me ha salido caro entonces? ¿Acaso ha terminado la diversión? ¿Cuantos mazos puedo decir que ya nunca modificaré y que se quedarán como están?

Aunque el fondo de cartas que poseo no hace sombra ni de lejos a la de muchos otros, para mí ya constituye un abecedario lleno de posibilidades, y mis compras ya han menguado de manera drástica en los últimos meses, pero la diversión continuará, en la mesa de juego y sobre todo, fuera de ella.

Magic es un juego de gran personalidad, cada una de sus cartas es especial por algo, en todas ellas hay una posibilidad, una nuevo camino, o al vez la llave para concluir y darle la redondez que necesitabas para ese mazo tan necesitado. Es un juego que te acompaña todas las horas del día. Para mí Magic es un juego roto, vas a la tienda y vuelves a casa con algo que no funciona de ninguna de las maneras, cuando usas un mazo ves que hace aguas por todas partes, ajeno a tu estilo de juego, ortopédico; y el verdadero juego consiste en arreglarlo.

Cuando compras un sobre de cartas lo que estás comprando en realidad es un manojo de piezas sueltas al azar con la esperanza de que alguna de ellas encaje en una de tus ideas en esos mazos latentes que tienes en tu cabeza o en un cajón esperando que les des el visto bueno para batirlos en la arena, o que tal vez te marque un nuevo camino.

También está la opción de comprar cartas sueltas, y ahí es donde te sientes como una rata de biblioteca, ojeando tesoros de otras colecciones, cotejando en tu memoria qué posibilidades puede ofrecerte cada nuevo hallazgo. Ese papel de jugador-mago-arqueólogo es una de las experiencias más buenas que he tenido entorno a juego de mesa.

Gracias por leerlo.
Mi primera experiencia en Playbar fue estupenda.

Me estrené la semana pasada con un mítico Cosmic Encounter - Un clásico que siempre se me había caído de la cesta de la compra pero que bien merece ser adquirido con todas las expansiones de golpe. ¿Qué se puede decir de un juego donde se puede ganar con las últimas cartas y sin naves en tus colonias? Pues que todos es posible, como en la vida misma! Aún me parece que oigo las risas que soltamos jugándolo -.

Lo mejor sin duda fue la compañía, poner cara a algún jugón como por ejemplo Elqueaprende y comprobar que en persona aún son mejores que lo que ya revelan ser en sus posts del foro. Me dió mucha alegría reencontrarme con Macklau y sgt-pinback que se acercaron al Playbar a verme.

En fin, un lugar muy cálido y acojedor que invita a volver y a quedarse. Mi travesía lúdica continuó en la alegre morada de Xai con otros tantos momentos memorables, otros juegos, derrotas y con alguna inesperada victoria más. Ojalá pudiera tener más momentos así a lo largo del año.

en: 31 de Enero de 2014, 14:24:07 50 KIOSKO / Curiosidades / Re:Fotos de tu colección de juegos

Yo tengo nuevo guardián de mi cole :D



Ese no dará miedo por la noche ¿no?

en: 04 de Diciembre de 2013, 14:40:37 51 LUDOTECA / Estrategias / Re:Sobre el Sekigahara y sus estrategias

Rescato esto "de profundis" para preguntar, una vez pasado año y medio largo, sigue siendo rejugable? Le habéis dado caña? Es recomendable. Es uno de esos juegos a los que me encantaría volver, pero quitando calvo nadie me lo quiere enseñar y calvo nunca se lo trae al final  :(

Yo le he dado bastante caña - un día jugué dos partis entre otros juegos, no dura mucho cuando se domina -. Es un juego con mucha clase, personalidad a raudales y que te va a hacer sentir todo un señorito.

Las sensaciones que produce a mi juicio impagables: el juego es pura agonía de gestión de cartas - siempre escasas, lo que te obliga a jugártela con cada decisión que tomas -, un cosmos de pilas de ejércitos que se vigilan, se atraen peligrosamente y donde cada movimiento que se da tiene un sabor trágico a muerte y traición.

Si no fuera porque mi top 20 es en realidad un empate de nota de 10 donde todos esos juegos ocupan el puesto de top1 diría a voz de pronto que mi mejor juego es Sekigahara.

Aunque imagino que buscas una respuesta más serena, contrastada y sin calenturas que la mía para meditar sobre el juego, te dejo aquí lo que escribí en otro hilo:

Un sentimiento similar me embriaga cuando cito Sekigahara. Vemos las limpias columnas que forman las pilas de los bloques de los grandes ejércitos diseminados por los puntos del mapa enlazados por caminos y carreteras. Algunos de ellos forman ejércitos tan formidables que se muestran como aterradores muros que avanzan lentos para tomar las más inexpugnables fortalezas.

El mapa, a juego con la elegancia de los bloques, luce sin adornos superfluos, límpido y austero. Su mecánica nos resulta familiar cuando la paladeamos ya que el juego de cartas es remotamente parecido al de Maria. En ambos el precio por cada movimiento y decisión siempre es muy alto y cada avance que tomas con determinación esconde en su poso una sombra de temor.

Aquí tampoco hay garantías sobre nuestros pasos. La deliciosa e intrigante niebla de guerra sólo te revela la suma de bloques de los ejércitos contrarios pero no la capacidad que tiene para activarlos. Y aun cuando seas tú el que posea la superioridad numérica en ningún caso puedes respirar tranquilo ya que tus cartas pueden no ser adecuadas para convocar a tus ejércitos a una batalla.

Si en Maria se puede ser maquiavélico en Sekigahara se da un paso más allá en esa dirección. Hay cartas de traición que harán que tus propias tropas se vuelvan contra ti tan pronto las invites a andar sobre el enemigo. Esto junto, al limitado régimen de cartas que recibes cada turno y que debes usar para todo me inclina a opinar que en Sekigahara la sensación de angustia es mucho mayor que en Maria.

Casi se diría que hemos venido a sufrir en vez de para jugar. Pero bueno, también sufríamos al intentar dar de comer a nuestros trabajadores en Le Havre o tratando de llegar antes que nuestros competidores a ese recurso de color rojo de esa lejana ciudad en Age of Steam. Sufrir en los juegos de mesa nos resulta algo familiar.

Mover en Sekigahara uno sólo de tus ejércitos supone poner en marcha un dramático juego de atracciones cósmicas entre los dos bandos, el de los Ishida y los Tokugawa, en el que el miedo a lo que hará el contrario acercándose a este camino, recurso o castillo tiene como respuesta el mismo grado de temerosa hostilidad por parte del enemigo.

Esto poco a poco va dando forma a un drama poético de sonoras traiciones entre los clanes que se sumaron a tu causa jurándote lealtad. Nunca puedes dar por hecho que lucharán en todas las batallas a tu lado. En los momentos más necesidad la mano oscura de los Tokugawa puede redirigir el brillo de sus katanas y el extremo de sus arcabuces al corazón de tu ejército. Fortalezas que tiemblan de horror por las noticias que reciben, castillos sitiados y otros repentinamente enmudecidos desde los que se levanta al cielo la humareda de la derrota. Todo eso es Sekigahara.



 
Yo no he dejado de hacerlo, de disfrutar, de jugar a juegos y con los juegos. Soy un crío con tarjeta de crédito. Con todo el peligro que ello supone. Por suerte constantemente me recuerdan que no tengo espacio para comprar más juegos y eso me mantiene en una dieta de adquirir pocos juegos al año lo que aumenta las expectativas y mi ilusión en cada nuevo título cuando me decido resueltamente a comprarlo.

Por otro lado no es ningún secreto que muchas veces acabo jugando CON el juego y no al juego. Sé que suena muy poco ortodoxo y a hacer trampitas pero no puedo consentir que una regla apague la sonrisa o tuerza el rostro de mi compañero de juegos. Ayer, sin ir más lejos, jugaba a Magic con un amigo y no le salían tierras, pues nada, le tomé la biblioteca, le dí tres y a divertirse. Pasamos una tarde estupenda.

En mi caso la idea fundamental de esta afición es jugar. Reconozco públicamente que no leo la parte de los reglamentos donde se explica cómo se gana una partida - literalmente me la salto, me aburre -, de hecho he hecho una reseña de The Guns of Gettysburg y todavía no sé cómo puede ganar cada bando  ;D- ¿Para qué servirán esas estrellitas del mapa?- . No me imagino de pequeño contando puntos de victoria y es la parte más desagradable de todo juego, no por la posibilidad de perder sino porque significa que ya hemos terminado de jugar.

No soy nada competitivo, lo mío es dejarse llevar de las manos del juego, disfrutar de la compañía de los que comparten esa experiencia conmigo y ser testigo del viaje que presencio. Por eso lo doy todo cuando un juego me da pie a imaginar a través de su temática.

Cuando juego al Carcassonne con mis alumnos a veces termino sus castillos cuando veo que sufren por una determinada loseta, así que todo luce más bonito sobre la mesa. Ellos me dan las gracias cuando lo hago como cuando le recoges un bolígrafo a alguien que le ha caído al suelo y todos tan contentos. Yo no siento así que pierdo a un juego, sino que gano el buen recuerdo de una tarde de juegos con unos amigos.

Echo de menos eso de encarar dos muñecos y simular los puñetazos que se dan, pero seguro que recaigo con el tiempo.

Las reglas son un cachondeo absoluto, pero a mí, la segunda partida y haciendo esta puntuación, me ha encantado el juego.

Iba a reseñarlo como le hice al Terra Mystica, pero ya que ha iniciado este tema calvo, se lo dejo a él. A mí me quedan unas cuantas páginas de las reglas por maquetar y traducir, además de que estoy a la espera a ver si Wallace se aclara con sus reglas (ya podría escribir reglamentos tan bien como diseña los juegos, quitando el AFAOS).

¡No, hombre no! No nos dejes sin saber qué habrías dicho en una reseña como la del Terra Mystica pero de este juego. La de Calvo es de por sí fantástica, estupenda, y eso no me sacia en absoluto, todo lo contrario, quiero leer más sobre el juego.

Es una pena que no pueda adquirirse el juego en las tiendas con normalidad.

en: 05 de Noviembre de 2013, 08:19:59 54 KIOSKO / Reseñas escritas / The Guns of Gettysburg. Mis primeras impresiones.

The Guns of Gettysburg




A veces uno se encuentra con juegos de los que luego es incapaz de evadirse y seguir haciendo otras actividades como si nada hubiera pasado. Una y otra vez su recuerdo viene de manera involuntaria a la mente envolviéndote en ese dulce poso que te dio su experiencia y que te acompaña como una acaramelada nube allá donde vas. Y cuando cedes a su irresistible encanto y te abrazas a su recuerdo dejas lo que estabas haciendo con una sonrisa de plena satisfacción en tu cara soñando con la próxima vez. Sí, estas enamorado.

Una de las maneras ya no de librarse de su atadura, de tratar de exortizar ese contantemente remitirse al mismo sueño, sino al menos de liberar algo su presión y lograr centrarse un poco más en otras cosas es desahogarse hablando o escribiendo sobre ello. El cuerpo me pide desahogarme un poco del shock al que estoy sometido desde que recibí este magnífico juego.

Es probable que hoy dijese sacando pecho y con resolución que The Guns of Gettysburg es el mejor juego de 2013 – En mi opinión. Sobra decirlo ya sé, pero hay mucho sensible y no quiero herir a nadie – si no fuera por que no he jugado a nada más editado este año y que por lo tanto carecería de toda credibilidad.

Después de bucear estas semanas las imágenes de lo que nos iba a traer la colorida feria de Essen y de haber mirado y remirado todo con ánimo de enamoradizo nada, absolutamente nada de lo que he examinado superficialmente ha logrado hacerme contener el aliento y tener el pálpito que me ha despertado el presente título. Estoy seguro pues de que estaré equivocado y juegos como Concordia, Amerigo o el juego de cartas de Pathfinder merecen por méritos propios que se les preste buena atención y muchas partidas para verlos crecer en uno mismo.

Me he arriesgado un poquitín al hacer mi primera compra por internet a una tienda online china, sobre todo después de mis experiencias con el servicio postal chino, que es terrorífico – En una ocasión recibí un paquete que desde la península ibérica tuvo una vez forma de cubo pero que llegó a mis manos con forma de huevo. Es la magia de oriente -.

En el caso de The Guns of Gettysburg, el paquete que lo contenía llegó en cuatro días desde Pekín y acabó en mis brazos con evidentes golpes en los laterales. Una vez abierto respiré tranquilo al ver el cuidado con el que el dueño de la tienda había envuelto la caja en su interior, con un generoso margen entre el producto y las esquinas de la caja. Su precio 41 euros. De escándalo. Fue memorable ver cómo la china que me hizo de enlace se puso a regatearle al dueño de la tienda por chat hasta conseguir ese precio y con gastos de envío gratuitos. Ignoro por cuánto salió el ejemplar para los que participaron en el Kickstarter.




Al abrir la caja el tierno olor a juego de mesa nuevo inundó la mañana de mi habitación acompañándome en la ceremonia de su abertura, palpando la madera roja y azul, haciendo pasar las hojas del manual con cuidado para no dejar marcas y luego sopesando su tablero plegado – siempre que veo un tablero plegado al bies se me antoja como una galleta de chocolate de varias capas y me entran ganas de darle un mordisco. Tal vez sea esa una de las razones por lo que no prefiero los mapas de papel, es como que le falta el relleno. Esto de vivir en China le hace a uno pensar cosas raras. Aquí nadie sabe hacer buena bollería -.

Los materiales son fantásticos. Es una gozada ver que el juego viene con dos copias del reglamento – en el dorso hay un resumen de las fases y modificadores y cada jugador puede tener delante el suyo -, dos copias de la hoja de pegatinas – por si te equivocas - y bloques de sobra – con una buena capa de intenso color -. El tacto del tablero es de los que enamora, alejaos de él si no queréis plantearos su compra en serio. Decir que es hermoso es poco. Aquí sobran las palabras, juzgadlo vosotros mismos por las imágenes.

Por ser quisquilloso y que no se me tache de excesivamente bondadoso podría decir que no me agrada que usen el papel couché para los reglamentos. Me gusta subrayar a lápiz palabras claves para recordar reglas o detalles que puedo olvidar fácilmente y ni siquiera con un B2 consigo que se quede a mi gusto. Además, si usas borrador la zona pierde el brillo y también algo de tinte. Pero bueno, al contar con dos ejemplares no me ha dolido usar bolígrafo con uno.

Los listones de madera que sirven de cama para sentar las fichas están muy bien, pero me habría gustado que fuesen más suaves al tacto, como los que en un  principio Bowen Simmons planeó, los de metal, pero también se puede solucionar este detalle con un poco de lija y esmero.

Por último, el plegado del tablero en forma de S no es mi preferido. Creo que es más practico el que se abre en forma de U como los GMT por lo que ruego atención cuando se desplieguen todas sus alas – ocho ensambladas en un solo cuerpo – para no dañar su superficie por accidente dándole mucho ángulo a una vuelta cuando deberías estar abriendo ya la siguiente.  Ya sabréis a lo que me refiero cuando lo tengáis en vuestras manos. Yo he hecho un fallito en el tablero por no fijarme en esto -. Pero bueno, una vez sabes cómo se abre ya no hay nada que temer.

No puedo comparar este juego con la hornada de 2013 pero sí respecto a lo que conozco de otros años y definitivamente sí, la marca que ha logrado respecto a todos ellos es elevada, muy elevada. De tal manera que ya lo considero un hito fundamental dentro de lo que ha sido mi viaje lúdico. Pero bueno, basta de rodeos, voy a empezar a hablar un poco de lo que ofrece.

Mi tanteo con el juego acaba de empezar y se reduce a varios inicios repetidos del juego en solitario, distan pues mis impresiones del juego de merecer colgarse en la sección de reseñas, pero bueno, aquí lo dejo de todos modos. Tomad pues mis apuntes con pinzas.




Aún estoy aprendiendo a jugarlo pero la gracia de sus componentes y los pasos que marca su reglamento han dejado sobre el elegante y fino tablero composiciones completamente diferentes.

En The Guns of Gettysburg nos ponemos al mano del ejército de la Unión en el papel del mayor general George G. Meade o de las fuerzas de los Confederados dirigidos por el general Robert E. Lee. Nuestro cara a cara tendrá lugar en los alrededores de la ciudad de Gettysburg.

La incierta llegada de nuestras tropas a ese punto en los tres días que cubre la batalla nos hará tener que acomodar nuestra estrategia inicial a lo que las adversidades nos empujen. La riqueza de sus posibilidades se advierte al no advertirse caminos seguros ni movimientos evidentes que reduzcan el juego a seguir el dictado del sentido común.

Cada movimiento nos arrincona sin saberlo hacia una constelación defensiva que el tiempo – o más bien las horas que representan los turnos – revelará lo eficaz que es. Y dicha composición no volverá a reproducirse jamás gracias al sistema de entrada de los refuerzos aleatorio - su llegada y lugar de salida serán siempre forzosamente distintos - que garantiza la frescura y novedad del juego en cada partida. El tema de su rejugabilidad queda así más que asegurado. 

Sin entrar en tecnicismos hablemos de lo que se vive sobre el tablero – miedo me da usar la palabra simulación, aunque de buena gana lo haría, pero no quiero que eso desate ninguna objeción y luego esta inocente reseña desemboque en el pozo sin fondo ni acuerdo de otros hilos –.

Al final de cada uno de nuestros turnos decimos el tipo de orden – ataque, hold – ¿mantener la posición? No soy un buen traductor… - y retirada - que nuestro ejército efectuará en términos generales el próximo turno y que determinará qué tipo de movimientos se nos permitirá efectuar. Esto de por sí ya es muy emocionante ya que bien puede ocurrir que nuestro rival que ha oído de nuestros labios nuestras futuras intenciones reaccione a tiempo para provocar que la reciente predisposición de nuestras unidades sea tan ineficaz como incoherente.

Dictas con rostro serio tus órdenes para tu próximo turno: ¡Orden de ataque! - No olvidemos nunca los signos exclamativos cuando demos cualquier orden. Eso no lo pone en el reglamento, lo pone la gracia del jugador -.




Y lo haces sin apartar la mirada fija de tu oponente. Que se prepare ese general George G. Meade, que decida si puede hacerte frente. Ante sí tiene a tus tropas escondiendo su verdadero valor, su cantidad de banderitas. Tampoco sabe si las fichas de órdenes que reposan cuyos dientes asoman amenazantes sobre los listones de madera tienen inscrita la palabra muerte hacia tus tropas.


¿Qué hacer? ¿Es el momento de asumir riesgos, aceptar el envite y mostrar tu fuerza o por el contrario aún no te sientes fuerte sobre esa loma, temes tus flancos desprotegidos, miras nervioso de reojo por los caminos principales contando las horas para que la suerte componga sobre el tablero esa constelación de fuerzas que te dé la seguridad de conseguir la victoria?

¿Es al lado de este riachuelo donde debe darse la contienda o mejor retirarse un poco más allá y postergar lo suficiente el desenlace? Tantas horas por delante ¿Dónde estarán tus tropas al día siguiente a la misma hora? ¿Cuántos de los muchachos que ahora se apiñan por las cercanías de Gettysburg saludarán el nuevo día? ¿A quiénes de todos ellos aún les quedarán fuerzas para darse un abrazo al tercer día?

Sí señores, este juego tienen eso que adoro en todo juego de guerra, esa niebla de guerra que hace gigante en la imaginación del enemigo lo que en realidad es pequeño e inofensivo, esa fuente de engaño y de jugadas memorables, el no tener todos los datos del enemigo, el no poder asegurar la victoria y todo ello libre de dados ni áridas tablas – quiero añadir que en otros juegos me encantan este tipo de elementos pero lo interesante es tener variedad -.

En este juego toda la información está en el tablero, cada rincón, bosque, colina, sus casas, su altitud esculpe a través de la maya de los puntos del mapa una obra de arte visual, un paisaje espléndido completamente cuyas indicaciones lucen con plena claridad, donde la elegancia y el diseño van de la mano en perfecta armonía.

Es una gozada estudiar todos sus rincones , planeando tus pasos y estudiando los posibles avances y salidas por si todo se tuerce. Las carreteras son las venas que bombearán sangre y fuerza a nuestro exhausto ejército, son vitales para hacer llegar nuestros refuerzos y tapar aquellos que la vida de nuestros hombres ya no pueden seguir manteniendo a salvo del enemigo. Siguiendo su curso somos conscientes de que sólo un bloque de soldados puede transitar por ellas cada hora sin estorbarse – que no cada turno-.

Has oído bien, la medida del turno es maleable según las reglas para adecuarlo a las circunstancias por lo que se puede dar que un turno aglutine en su interior varias horas de juego. Esto no lo había visto jamás en otro juego y me parece interesantísimo.

Pero vayamos ya a la parte del contacto, la que se produce cuando los astros de las constelaciones que forman nuestro frente chocan para desencadenar el final, el calor del combate. Música de cañones y olor a pólvora. Ahí esperamos ver la emoción, el anhelo de toda confrontación bélica es ese abrazo mortal con el enemigo y su resolución, veamos qué nos ofrece el juego para que nuestra imaginación haga el resto.




Tras una orden de ataque que suene como una sentencia de muerte, si nuestro rival ha decidido dejar a alguna de sus tropas en contacto con el campo de fuego  de nuestras tropas tendremos a que iniciar el combate – de no ser así existe una penalización en forma de pérdida de fichas de nuestro soporte de madera que no nos convendrá en absoluto -.

El envite se inicia con un bombardeo previo a las posiciones defensoras, nuestros cañones rugirán volatilizando algunas baterías del defensor – para el resto de la partida -, luego empezará la carga con varios bloques liderados por uno de dos banderas, y aquí los héroes o traidores, según se pertenezca a un bando o a otro, comienzan a sembrar el tablero con sus cuerpos acribillados de munición por los vengativos defensores.

Los bloques se van cambiando por otros del mismo nombre con banderas grises y cada vez más agujereadas a medida que las explosiones dan cuenta de la carga, y al fin, el enfrentamiento tiene lugar. Aquí hay un margen de empate que consume las vidas de los bloques líderes enzarzados, se resuelve la huida de uno u otro bando, pero ahí no termina la cosa, las oleadas que siguen pegadas a los bloques que lideraron el encuentro empujarán para tener tener su papel en la composición de este poético drama.

Ningún un dado sonará sobre tu mesa ni ninguna tabla interrumpirá tu fijación en tan cruentos enfrentamientos, nada te pedirá que apartes tu absorta mirada de la historia que estáis escribiendo.  Lejos queda de este juego esa sensación de haber estado consultando tablas y mirando resultados más tiempo que gozando de la acción visual del tablero.

Como ejemplo paradigmático de este tipo de calamidades tenemos el conocido juego de figuras Warhammer 40.000 donde nadie posee manos tan grandes como para lanzar sesenta dados a la vez y contar éxitos … para impactar – aún hay que pasar el filtro de herir y luego las tiradas de salvación, y luego las de salvación invulnerable... buf, qué sopor -. Parece mentira con el dinero que valen sus figuras y lo que cuesta en tiempo y trabajo pintarlas que sus jugadores pasen mas tiempo batallando con los dados que con las figuras.

Aquí todo está inscrito con discreción y esmero en el tablero, los modificadores de terreno están grabados con claridad por doquier. Tan sólo levantarás la mirada del tablero para repasar las opciones de tu bandeja de fichas, que son como tus cartas en Sekigahara o en Maria. De ahí te dirigirás a la mirada nerviosa de tu oponente y por último a tu interior para decidir el destino de tus hombres sobre el tablero.

Los rumores de tus refuerzos son sólo eso de hora en hora, rumores, nunca llegan los tuyos y los de tu oponente llegan con demasiada prisa. Adónde van, cómo tomar esa colina que ofrece tan buen tiro para retener al enemigo. Organizar la llegada tampoco es fácil, es tan espontánea tu organización como lo debió haber sido en la realidad, haciendo frente al enemigo con lo que tienes, sin rechistar.




Las decisiones tácticas, las del momento se cruzan con tus planes a largo plazo. Tu mirada efectúa salidas a vuelo de pájaro escrutando la superficie del campo de batalla tratando de hallar la solución de la victoria, pero todo es inútil, y vuelves a tejer tus planes cada vez que el enemigo te sorprende con algo que no habías predicho. Y ahí es donde aprendes y te diviertes con tus aciertos pero sobretodo con tus errores.

Podría seguir con este intento de liberar el ensueño que me tiene atado a este juego pero por hoy ya está bien la cosa. Espero que haya servido de pie para alguien para hacerse una idea de los sentimientos que suscita.

Por ahora lo juego a ratos sobre mi cama. No tengo una mesa adecuada para él y por esta región sopla mucho viento, hay mucho polvo en el aire – ya sabéis porqué los chinos llevan mascarilla, no es por la polución, sino para no tragar polvo. - y no puedo dejar el tablero desplegado mucho tiempo así que por el momento me divertiré jugando el primer día y viendo cómo el azar de los primeros refuerzos me brinda los más variopintos desafíos sobre este rico tablero, tratando de resolver los retos que se planteen y sorprendiéndome de los desenlaces que se producen.

Lo seguiré probando en solitario y asimilando sus reglas, que a pesar de ocupar trece páginas son de digestión lenta. Cada línea es importante para que todo funcione correctamente y esto también forma parte de la diversión de conocer y aprender a usar un juego.

Como resumen tan sólo decir que se nota que The Guns of Gettysburg está forjado a fuego lento, con un acabado en cuanto a componentes, reglas y jugabilidad dignos del mejor orfebre que haya hollado la tierra jamás.

Una joya que contiene en sí la virtud más elevada a la que puede aspirar todo juego: se siente en cada uno de sus detalles la infinita atención y amor hacia los juegos de su creador.

Mr. Bowen Simmons gracias por crear uno de los mejores juegos que he tenido la oportunidad de jugar.


Muchas gracias por leerlo y perdón por si he cometido algún error en la interpretación de las reglas. Como ya he dicho estoy aprendiéndolo sólo y dos ojos ven y comprenden menos que cuatro.

P.D: Tengo muchos juegos de guerra todavía por estrenar y estoy seguro que lo dicho en esta reseña bien podría decirse con la misma emoción a ellos como Breakout: Normandy, Napoleon Against Europe o Stalingrad Pocket. Espero que el tiempo me brinde el espacio y el momento de jugarlos en condiciones. Si me atrapan como lo ha hecho The Guns of Gettysburg y me dejáis desvariar otra vez me pasaré por aquí a desahogarme.


Salud a todos.



Todas las imágenes están sacadas de la BGG y las he hecho yo mismo.

Su ficha en la BGG:
http://boardgamegeek.com/boardgame/36400/the-guns-of-gettysburg

El reglamento:
http://files.boardgamegeek.com/geekfile_download.php?fileid=99857&filetype=application%2Fpdf&filename=GoG+Rules++%28Low-Res+for+Web%29.pdf&filecode=9glcpmteg5&validationcode=3f1b904f5ae85a88c85cf61daf7f066f

El diario de su diseño:
http://www.simmonsgames.com/products/Gettysburg/Diary.html
Yo no soy un jugador "wargamer de pata negra" y ya hace tres años que me hice con un ejemplar de Path of glory así que no sé si te servirá mi opinión. :-\
 
Por aquél entonces empezaba a disfrutar con regocijo de juegos llenos de colorido y atiborrados de tibia madera, y me sentía pletórico levantando la mirada hacia otros objetivos dejándome llevar por glotonería de conocer, probándome que no tenía barreras en los juegos de mesa - ah, qué joven y alocado era -.

Cuando supe de la existencia de GMT, Path of Glory se me apareció no como el bautismo sino como la confirmación de todo jugador de juegos de guerra. Y yo apenas sabía algo más que participar en las obras del castillo en Caylus y sacar carbón en Brass. Pero yo también quería sentirme un jugador de wargames.

Pienso que un juego se disfruta de muchas maneras, no sólo ante un oponente dispuesto a pasar contigo diez horas de partida. Yo no veo angustia alguna en los juegos que me miran esperando ese momento en la estanteria. Su presencia me hace compañía, a veces los saco y dejo que el sol arroje sombras sobre sus componentes, me arrobo colocando las piezas y siempre me sorprendo jugando unos turnos en solitario antes de volverlo a guardar. Esos momentos endulzan la espera, mantienen la llama viva y, sobre todo, me hacen buena compañía. Si no lo tuviera ahora lo desearía tener a mi lado inmediatamente.

Tan sólo sostener su caja entre las manos ya supone todo un placer de sensaciones, esa negrura impoluta que te sumerge en un luto del que aún no eres responsable y su peso de ataúd como lo hará tu conciencia por todas las vidas que vas a comandar con más o menos acierto. Todo él se siente grave. Aquí no hay coloridas ovejas que te den puntos de victoria.

Cada counter que sostienes en la palma de la mano son miles de hombres que como el de la portada no pueden dirigirte ninguna queja, que acatarán tus órdenes y que te acompañarán hasta el final de la partida sea el resultado que sea. Son diez horas memorables que no se hunden en el olvido con la facilidad que lo hacen partidas a otros juegos.

El reglamento lo digerirás sin problemas con todo el bajage que tienes. Cuando me enfrenté a éste yo no había jugado ni a la mitad de juegos que has nombrado en tu post.

Si tuviera que señalar un juego que rezume personalidad incluso por encima de su justamente idolatrado sello editorial, ese es Path of Glory. Yo le pregunté a Gelete a propósito de comprarlo en su día y me dijo: tírate de cabeza a por él. Y así lo hice.

Lo he jugado seis veces en tres años, mucho más de lo que esperaba. En enero toca la próxima y la espero tranquilo, cuando llega el momento de jugarlo se te olvida la espera, tomas el mando de media Europa y sobran las palabras y las quejas por no jugarlo más a menudo, es hora de jugar.

Casi me parece bien que sea así, hay cosas que está bien que vengan en cuanta gotas, hace esos eventos más dulces, memorables y especiales. Mientras tanto puedo jugar a cualquier otra joya lúdica.

Pues eso, si te sirve mi opinión en algo, tírate de cabeza a por él.

Saludos.

en: 19 de Septiembre de 2013, 01:16:28 56 KIOSKO / Divulgación lúdica / Re: La BSK: El Encuentro.

Se agradece un hilo así para alguien que, como es mi caso, ha sido visitante anónimo durante muchos meses y ahora ha dado el paso de registrarse.

Gran trabajo tu aportación.  Gracias  :)

Lo acabo de leer y me ha encantado! Espectacular!!
Felicitaciones Zolle!!!!

Gracias a los dos y sed bienvenidos al foro. Espero que disfrutéis y os hagáis amigos de su excelente comunidad y que a través de ella encontréis esos juegos que serán los que os despertarán más sonrisas. Feliz viaje lúdico.


Nuevo título del conocido autor de Brass, ambientado en la Segunda Guerra Púnica por el módico precio de 15€*. Si resulta estar bien puede ser una buena compra esta feria de Essen.

A primera vista, por el aspecto de las cartas, parece que se trate de un sucedáneo de A Few of Acres of the Snow pero por los íconos que los adornan no tiene nada que ver.

Es un juego para dos jugadores y se estima en su ficha que las partidas duran entre 20 y 30 minutos. Ojo, la primera edición del juego será limitada y sólo se podrá comprar directamente a Treefrog (Esto lo pone en la web de Treefrog).




Ficha en la BGG: http://boardgamegeek.com/boardgame/147451/field-of-glory-the-card-game

Reglamento en inglés: http://www.treefroggames.com/wp-content/uploads/rules/fog_rules_eng.pdf

*En esta lista se dice ese precio, pero no sé si es oficial: http://boardgamegeek.com/geeklist/152350/item/2809896#item2809896

en: 13 de Julio de 2013, 10:47:26 58 KIOSKO / Divulgación lúdica / Re: El cosmos lúdico: Un viaje personal.

He añadido los nuevos enlaces de las imágenes de Tric Trac, ahora son un poco más pequeñas que antes pero se dejan ver. El ícono para agrandarlas de Tric Trac a mí no me funciona, a lo mejor aún están habilitando esas opciones ya que no han terminado aún con la renovación.

He retocado alguna cosita y añadido otra hacia el final. No tengo pensado modificarlo más, cuando tenga tiempo quitaré erratas.

Mucha salud a todos.

en: 07 de Junio de 2013, 07:44:04 59 KIOSKO / Divulgación lúdica / El cosmos lúdico: Un viaje personal.




Capítulo 1. En la orilla del océano cósmico.




Cuando puse los pies en el umbral de la BSK no tardé mucho en quedarme enmudecido al descubrir el maravilloso firmamento de estrellas que se abría sobre mí, dicha sensación creció de manera exponencial dejándome atónito cuando siguiendo las firmas de sus usuarios recalé en la populosa Board Game Geek (BGG) y contemplé sólo algunas fichas de su vasto registro de juegos. Mientras escribo estas líneas suman 64970 títulos.

Los hilos germinan en dicha comunidad a mucha más velocidad que en la BSK. Atosiga ver tantas pestañas, hilos, enlaces, artículos, reseñas, imágenes renovándose sin cesar. Su visual vocerío resultaba inabarcable y algo molesto a mis ojos. Aturdido y meditabundo volví a la BSK cuyo pulso es igualmente estable pero más sereno para pensar en lo que había visto.  

A pesar de considerar que había vuelto al anciano árbol de los juegos de mesa en un momento inigualable, sus innumerables frutos excedían con creces cualquier posible examen de mi mirada. Sus frondosas hojas nos impiden seguir con los ojos el ascendente recorrido y la bifurcación de sus múltiples ramas, ocultándonos así los puntos en común que guardan en su origen los variados grupos de juegos. Hoy contemplamos el resultado de ese crecimiento exacerbado y nos resulta difícil leer en él el orden en el que pasó todo.




Imagen sacada de Tric Trac.


Cuantos títulos rezaban por todas partes, cada uno con su colorida portada y su especial tipografía. Al verlos desfilar ante mis ojos qué difícil me resultaba tratar de hacerme una idea, una imagen de su conjunto cuando aun no sabía nada de la diversa existencia de mecánicas, diseñadores y editoriales.

Por mucho que la curiosidad y el hambre de lo nuevo me empujase a devorar y a saltar rápidamente de hilo en hilo y de ficha en ficha, el exceso de información que recibía a cada nueva página me sumía en un desánimo gris que me frenaba los pies. Intentar formarse una idea de lo que la realidad lúdica abarca es sin duda una tarea inabarcable para un tarde de estudio y mucho menos intentar en ese prematuro estado planear con algo de criterio tus primeros pasos, tu viaje en ese cosmos lúdico.

Pero por otra parte es inevitable que desde el primer minuto de conciencia de que existen estos mundos inexplorados no se intente adquirir su conocimiento rápidamente y se anhele adivinar qué juegos están hechos para uno mismo y aún se desconocen. Por delante tenemos semanas, meses, años de trabajo, de paladear nombres, estudiar sus imágenes y empezar a cotejarlos con nuestras propias experiencias en la mesa de juego.

Tendrás suerte si cuentas de algún padrino que te lleve de la mano y te ofrezca su copiosa colección para que pruebes sus juegos antes de comprar nada. En ese caso no tendrás ninguna necesidad de seguir leyendo este artículo, no tienes motivos para arriesgar en tus adquisiciones, pero por desgracia no todos somos tan afortunados y algunos sólo podemos realizar este viaje solos, sin contar con más experiencia que la que uno cosecha con más o menos fortuna en sus elecciones. Y para ello estudiar la BSK es fundamental.




Imagen de BGG de Tobias Sölvefjord.


Deambularás silencioso por sus hilos y a cada respuesta que halles te surgirán más preguntas que no te atreves a formular porque piensas que seguramente ya tienen su respuesta en alguna parte. Careces no sólo del vocabulario sino de las ideas más básicas para atinar a preguntar algo cuya respuesta aporte algo a la comunidad.

Los trabajos de arqueología en la BSK siempre tienen premio, sacan a la luz maravillosos hilos detenidos en el espacio y el tiempo, que desgraciadamente enmudecieron abruptamente. En ellos revivimos en tercera persona emocionantes diarios que arrancan con la buena nueva de la futura llegada de un nuevo miembro a la gran familia de los juegos.

En ese primer mensaje se nos descubre primero el título del juego, el nombre de su espléndido diseñador, una breve descripción del mismo y, con suerte, alguna imagen del prototipo. Ese primer mensaje es el que alegrará el día a unos y dejará indiferentes a otros. Lo que no tardarán todos ellos es en empezar a especular sobre la naturaleza de sus mecánicas e incluso a juzgarlo en su prematuro estado de la manera más infundada.

Sus espontáneos incondicionales en breve se sorprenderán a sí mismos dándole una plaza privilegiada en su lista mental de futuras compras y buscando algún hueco en su casa donde imaginarlo felizmente recostado.  Pero tales niveles de éxtasis inicial necesitan mucho combustible para mantenerlos en esas cotas de placentera ebriedad lúdica, especialmente cuando el flujo de información se detenga o las raciones se vuelvan escuetas y distantes entre sí y el hambre aparezca devorándoles las entrañas. Periódicamente alguien pide con desesperación contenida información al foro a pesar de saber de que no la hay, se retorcerán así de ansia ante el ordenador durante semanas, meses, - y se han visto desafortunados casos donde la agonía ha durado años... -.

Por fin llega el juego a las tiendas y el primer forero que publica con infinita generosidad una imagen del juego abierto a las ávidas miradas de la comunidad es recibido con vítores de alegría. No tardan en llegar las primeras impresiones de las sensaciones que deja el juego, algunas refrendando sus virtudes e incluso yendo más allá y otras con decepción e incluso reproche. Y es en este punto donde todo hilo deja de crecer a menos que algún buscador de tesoros lo rescate de las profundidades con algo nuevo que decir o pidiendo opiniones actualizadas del mismo.



Claudio Ptolomeo habría sido un magnífico oteador en la BGG


Estudiando así la historia de los juegos hará que te demores mucho en alcanzar a encaramarte a la cresta de esa imparable ola de novedades que mantiene su envite todo el año – actualmente de la proporción de un tsunami -. Estamos hablando de semanas de lectura en línea del foro para alcanzar a hacerse una breve idea del universo de los juegos.

Y esa es la razón de que me disponga a escribir el presente artículo. Cuando no era nada más que un simple visitante, la impaciencia me corroía desde la orilla de este universo en expansión, quería devorar toda aquella información de un solo bocado y empezar a planear cuales serian mis juegos, mis alegrías. Me habría encantado poder leer un hilo que me pintase en un intento de sencillez y claridad lo que mis ojos estaban viendo pero no comprendían.

Un viaje guiado por uno de esos curtidos oteadores que han seguido el nacimiento de algunas de las estrellas que hoy brillan con una reputación irrefutable y aseverada por miles de generosos votos, casi inamovibles hoy en día en lo alto de las clasificaciones de la BGG; de alguno de aquellos, digo, que estuvo entre los que supieron vislumbrar en ese novedoso y casi desapercibido título su genialidad, esperaron pacientes a ver sus primeros destellos en su mesa y que hoy puede narrar con la mirada perdida en el aire, recostado en su butaca como un experimentado cuentacuentos verdaderas historias de ascensos imparables, y también de esos otros ancestrales juegos que parece que siempre se mantuvieron allá arriba como estrellas, impasibles al tiempo, y que hoy son auténticas leyendas vivas del cosmos lúdico.



Érase una vez un juego de mesa llamado Puerto Rico...


A falta de que ese estupendo oteador dé el paso y nos embelese y nos haga callar con sus memorias voy a escribir yo en su ausencia este artículo con las mías desde mi joven e incompleta experiencia. Habrá títulos fundamentales que obviaré y mereceré que se me reproche su ausencia. Para ser honestos cojeo de muchas áreas, especialmente de los juegos más ligeros – que no menos divertidos – y los abstractos, pero bueno, mi ciclo lúdico por fortuna aún no ha terminado y tiempo habrá para adentrarme también por esos mundos.



Capítulo 2. Una voz en la fuga cósmica de los juegos de mesa.



Tigris & Eufrates, El Grande, Race for the Galaxy… Ya he olvidado cuándo fue la primera vez que pronuncié sus nombres, ni de si me costó memorizarlos. Recuerdo haberlos nombrado para mis adentros con extrañeza, tratando de deducir a través de sus portadas el tipo de diversión que escondían en sus cajas ¿Cómo se moverían esas losetas sobre el tablero? ¿Que significarían sus colores y que relación guardarían entre sí? Qué ajenos me resultaron todos esos títulos antes de que el afán por adquirir los mejores se apoderara de mí causando verdaderas atrocidades en mi economía.

Mi fortuito tropiezo con este foro supuso un feliz reencuentro con aquel universo antiguo de los juegos de mi infancia que abandoné poco a poco en mi adolescencia y que una década después pensé encontrar cubierto de polvo y ajado por la era de las tabletas electrónicas y los videojuegos. Cuando un día me decidí a volver a curiosear su estado actual mis expectativas eran bien pobres. Iba preparado para sufrir un ataque de dolorosa melancólica de lo que antaño supuso mi infancia y hoy esperaba ver denostado, pobre y casi extinto, si es que aún existía algo en esa dirección. No dudaba de que el Magic: The Gathering y el catálogo de Games Workshop seguirían en pie, pero del resto no habría puesto mi mano en el fuego.

Sin embargo, cuál fue mi posterior sorpresa al descubrir que aquellos pequeños brotes que imaginaba ya malogrados, desaparecidos, y que cuando vi por última vez podían contarse con los dedos en un santiamén, se habían transformado en un asentado vergel, rico y variado y, sobre todo descomunal, que requería de muchas horas en la BGG y la BSK para alcanzar sólo a formarse una breve idea de lo que puede ofrecer. No pasaron muchos días antes de que empezase a garabatear, tachar y volver a incorporar en un papel los que serían mis primeros juegos. Más tarde descubriría en mis partidas qué tipo de juegos me llaman más y qué otros dejaría al margen.




Imagen sacada de Tric Trac.


No estoy seguro de si me hubiera reprimido no comprando ningún juego de mesa hasta hoy habría adquirido las mismas coloridas cajas que hoy me contemplan sonrientes desde mi abarrotada estantería. Mirándolos reconozco en sus rostros, sus portadas, el momento en el que me enamoré de cada uno de ellos y el sendero que tracé – para mí entonces, lógico e inevitable - a través de la búsqueda de mecánicas, temáticas, batallas, guerras, componentes de madera y counters.

Hoy el ritmo al que sigo escribiendo la historia de mi - ya escasa – estantería va disminuyendo paulatinamente. Aunque mis juegos ya han rebasado sus dominios y se esconden con pillería de la mirada severa de mis familiares por armarios, rincones y cajas oscuras pero accesibles para mí y no puedo evitar hacerme la pregunta formulada arriba: ¿Por qué estos y no otros? Uno de los divertimentos laterales a esta afición ha sido y sigue siendo planear de la manera más ajustada mis compras.

No tengo la posibilidad de jugar a todas las novedades y no me queda otra cosa que fabular en la mayoría de los casos, encapricharme de los juegos revisando sin cesar las  mismas imágenes que hay de ellos en la BGG, ampliándolas a su máxima resolución posible e imaginándome cómo luciría tal título al lado de los que ya tengo, lo feliz que haría a mi grupo jugarlo. Tal estado de ebriedad y calentura es necesario ir refrescándolo con la siempre interesante opinión de los buenos oteadores que pueblan la BSK y que comparten sus experiencias con todos nosotros.




Uno de los mayores placeres de comprar un nuevo juego es acercarse a él, tomarlo con las manos, sopesarlo y darle la vuelta para descubrir qué secretos aguarda en su interior.

Imagen sacada de Tric Trac.


Hace un tiempo escribí otro artículo con algunas similitudes destinado a los visitantes de la BSK como bienvenida al foro. En él me atreví a recomendar algunas breves líneas de juegos pero no fui más allá.

Aquí me propongo iniciar un viaje más definido y rico en títulos, que deje ver las raíces, el nudoso tronco y las ramas que ha desarrollado con vigor el mundo de los juegos de mesa y cartas. Por desgracia sólo cuento con mi experiencia y ello convertirá sin remedio mi diario lúdico en un paisaje inevitablemente subjetivo, parcial. Aunque esto no es necesariamente malo.

La lectura de este texto es sólo un ejemplo más de lo que puede ser un acercamiento al cosmos lúdico para los nuevos viajeros que recientemente han tomado conciencia de estos nuevos mundos. Pronto cotejaran ellos mismos mis palabras con las de los otros foreros, fácilmente mas experimentados que yo; y mejor aún, podrán compararlo con las experiencias de sus propias partidas, las que a fin de cuentas son las que harán arder con virulencia en su interior la llama por esta afición.

Trazando una carta de navegación más compleja y abierta como la que pretendo, pintando un firmamento con sus nombres y apellidos, sin duda voy a arriesgarme más en mis afirmaciones y por consiguiente me expongo a errar más, despertando más peros entre los lectores, pero esa es la gracia de intervenir en un foro y de iniciar un hilo que me llena de entusiasmo empezar – ya que mientras escribo estas líneas no se como va a terminar ni cual será su aspecto final - .

en: 08 de Marzo de 2013, 09:15:20 60 KIOSKO / Divulgación lúdica / Re: La BSK: el Encuentro.

En la cresta de la edad de oro de los juegos de mesa.


En esta edad de oro no podían faltar las reediciones, los renacimientos, y las licencias hasta hace poco dormidas, olvidadas y sólo rememoradas por cuatro risueños frikis como algo que jamás volvería ha contemplarse por estrenar, se lo rifan hoy las grandes editoriales a codazos y a puntapiés.

Se multiplican sus ediciones en todos los idiomas y el público se mueve como presa de una hipnosis inexplicable, lo adquieren desaforadamente, en grandes cantidades, hasta agotar la última copia en pocas semanas, y la siguiente, que  todavía se está cocinando, aún no se ha embarcado en un contenedor desde China y ya están en europa y EEUU reservadas, vendidas.

Me asalta de nuevo el temor del inicio del artículo ¿Hasta cuándo se alargará este dulce sueño? Nada dura para siempre, tal vez unas décadas después recordemos esta épocas como algo realmente extraordinario, un hervidero de ideas plasmadas en cartón y cartas bellamente ilustradas, tableros en la era de las tabletas electrónicas y los ordenadores de potentes aceleradoras gráficas, un milagro o una extravagancia colectiva incomprensible, injustificable pero inolvidable, y te invito a que formes parte de ella, te embriagues en esta borrachera lúdica.

Dentro de una o dos décadas miraremos atrás y seguro que nos asalta la emoción al recordar las cosechas de Essen de cada año – Essen es el nombre de una ciudad alemana que un soleado fin de semana de octubre de todos los años abre las puertas de una de las ferias más importantes de juegos de las que se celebran en todo el mundo.


                         

                         

El aroma de los juegos se nota desde aquí, fíjate en todas esas caras felices buscando sus nuevos juegos. Ojalá algún día yo también pueda dejarme caer por Essen... Fotografías sacadas de Tric Trac.


Son días de multicolores y de muchos nervios, como cuando se acerca Navidad y los Reyes están a la vuelta de la esquina, donde a través de la BSK y la BGG se devoran con curiosidad fotos y videos repletos de envidiados frikis que prueban en primicia las novedades del año, de las que tanto se han hablado los últimos tres, cuatro meses, y se codean e incluso comparten mesa y juego con los propios diseñadores. Y tal vez ganarles.

Se mira con lupa todo lo que se  deja ver y se escrutan las palabras de los asistentes que postean por los foros, convertidos súbitamente en reporteros de lo que se cuece en aquellas lejanas tierras, y se valorarán las primeras impresiones para cotejarlas con las que uno mismo ha fantaseado desde la distancia. Luego vienen los riesgos: lo compro y me equivoco o soy prudente y me quedo sin ejemplar por que fijo que se agota la tirada y me toca esperar unos meses. Siempre decisiones. Nadie duda que la vida del jugador está llena de tribulaciones aunque con el tiempo asimilarás ese aspecto como algo inherente a la afición, incluso con algo de placer.

De mayores, decía, rememoraremos cansinos los títulos de cada añada, parpadeando aparatosamente con cada confusión o duda al citar los nombres de los juegos y seguro que contemplando a nuestro alrededor, incomprendidos,  formas de diversión nuevas, alejadas de las nuestras. Pero sobre todo recordaremos las amistades ganadas detrás de cada derrota a un juego, la de nuestros contrincantes y compañeros de juegos.


Tabla resumen de otros pormenores de la afición.


Pronto contemplarás el rostro de cientos de juegos y seguramente caerás en el influjo fatal de sus ojos. Tras devorarlos con gusto en buena compañía es posible que te interese saber que muchos de ellos, normalmente los más exitosos, poseen ampliaciones, y no una ni dos, sino un buen puñado de ellas para extender el universo, la dificultad y la vida de cierto juego. En tu mano estará examinarlas y decidir si las quieres o no. Su existencia no necesariamente quiere decir que el juego que has adquirido no está completo o no tiene la redondez que podría, aunque a veces es cierto que el juego base puede tener carencias o resortes no muy bien engranados y con la expansión la cuadra y hace que fluya como debería.

Cuando las cajas empiecen a amontonarse en tu habitación es muy probable que lamentes el excesivo contenido de aire que hay en ellas, un derroche reprochable e inconcebible en una afición cuyos límites suelen verse sometidos a la tiranía del espacio escaso. La diversión  en términos lúdicos puede ocupar mucho y puede abocarte a más de una pelea familiar. Tal vez pienses en tirar algunas cajas, reordenar, reubicar, hacer convivir dos juegos en una caja ajena para uno de ellos.

Si piensas hacer eso antes medita lo que he acabo de decir. Las cajas son los rostros de los juegos, y puede que hoy olvides que antaño te enamoró su portada y hoy, con una mente mucho más práctica decidas deshacerte de ella con frialdad. Luego, al cabo de un tiempo, descubras con tristeza que te duele la ausencia de su mirada desde la estantería, y que su fastuoso contenido está ahora oculta detrás de la máscara de una tapa que no es la suya, desamparado y sin encontrar el descanso.

No quiero dejarte sin que hagamos un pequeño repaso a los entrañables rostros de esos seres que diseñan los juegos que hoy traemos a nuestras mesas. Poco diré al respecto, te dejo a tu propio divertimento imaginarte qué tipo de juegos diseñan. Salta a la vista que son personas entregadas, comprometidas con las masas y geniales en todos sus detalles. No te desvelaré sus nombres. Cuando cruces bien sé yo qué salas te los encontrarás de frente y les darás nombre. No quisiera añadir ningún prejuicio a los que tú mismo te sugieras al contemplar sus perfiles.

                                           


Nuestros entrañables diseñadores no cesan en recibir premios muy variopintos y de todos los países. Muchos se preguntan hasta cuando seguirá el de arriba diseñando Top's 100 basados en la vida del campo. Fotografía de Paulo Soledade.


                                           


Nadie puede negar la solicitud y entrega que los diseñadores dedican a sus obras. En casi todos los créditos de los juegos podrás leer agradecimientos de los autores hacia sus pacientes parejas por su comprensión ante las elevadas empresas a las que se enfrentan. Es pura abnegación. Fotografía de Petr Sabata.


                                           


Genial, genial. Mira su aspecto, sólo puede hacer genialidades ese hombre.


                                         

Fíjate en el gesto de concentración, ya no le hace falta ni usar los ojos para asimilar el texto


Por último decirte que en la larga andadura que te espera, cuando escuches atento lo que te digan otros, cuando busques consejo y luz donde sólo te asaltan dudas hacia dónde dirigirte hay un nutrido personal en la BGG, estrafalario a cada cuál más, que responderían muy bien al colectivo de gurús del juego. Editan regularmente videoreseñas y son famosos por su glotonería sin medida, y sus aguda verborrea. Escoge al que más te convenga para escuchar la actualidad desde sus palabras, regularmente reciben juegos gratis de las editoriales y los abrirán y manejarán sus componentes sin cuidado ante tus aterrados ojos - Es lo que tiene tener mucho, que valoras poco lo que tienes -. La mayor parte de las veces son la mar de interesantes. Júzgalo tú mismo.   


                                             


Yo particularmente sigo las reseñas de Marco Arnaudo, jugador solitario de wargames. Sus reseñas son muy agudas y entusiastas. Fotografía de Marco Arnaudo.


Un punto y seguido para ti.


Lo dejo aquí, podría seguir pero no es momento de atiborrarte de nombres, creo que ya puedes moverte sólo, te deseo el mayor de los aciertos en todas tus compras.
 
Te animo por última vez a que te tomes la molestia de pasar y conocer a los feligreses de esta increíble comunidad, los juegos son sólo una excusa para relacionarte con ellos, escucharles y aprender, son ellos en suma el verdadero tesoro que guarda la BSK. Hay que agradecerles a los administradores en primer lugar, a los moderadores y a los usuarios por mantener el nivel de bienestar en el foro como está hoy en día.

A mí por el momento me resulta imposible seguir participando activamente en el foro  y de alguna forma trato de buscar las palabras para despedirme temporalmente. Espero que sólo sea un punto y a parte. He tratado de corresponder aquí algo de lo mucho que he recibido de la comunidad  y me temo que me he quedado bastante corto.

Tranquilo que pronto recogerá mi testigo otro para contarte una película completamente cierta y que se contrapondrá a lo que te he dicho. Mi consejo es que le escuches, a él y a todos los que te reciban y poco a poco forjes un criterio propio que te sirva para acertar con lo que te haga feliz y puedas compartir con los demás.

Mucha salud.  

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