Durante la niñez cayeron muchos juegos de mesa, donde ya despuntaba la afición desde bien temprano. Mi favorito siempre fue el Torpederos, hasta que con 12 años descubrí Heroquest, Cruzada Estelar y Battle Masters, a los que le dimos muuuucha caña.
Durante la adolescencia, abandoné la afición con un parón de más de 10 años hasta que un día, estando en una papelería comprando folios, vi que tenían en una estantería la Fuga de Colditz. Me dio por comprarlo y ahí empezó el regreso a los orígenes.
Empecé a darle duro a la afición, tuve mi época Eurogamer, y ahora ya me decanto por cosas diferentes (temáticos, ameritrash...)