BOOMTOWNDiseñado por Bruno Faidutti & Bruno Cathala.
Publicado por
Face 2 Face Games.
¿De qué va el juego?Extracto de las reglas (traducción): "Los jugadores son buscadores de oro que intentan hacerse ricos. Cada turno, se subastan concesiones de minas. Entonces, se halla oro en algunas de ellas dependiendo de las tiradas de los dados. Los jugadores pueden también actuar como salteadores, propietarios de tabernas o políticos. Las fortunas se ganan por los más diversos medios. Al final de la partida, gana el jugador que tenga las mejores minas y la mayor cantidad de influencia y dinero".
¿Cómo se juega?Boomtown es un sencillo juego cuya mecánica consiste básicamente en una ingeniosa subasta al principio de cada turno y una tirada de producción (dos dados de seis caras) al final. Entremedias, se dan todo tipo de perrerías
.
Cada turno, se sacan y colocan sobre la mesa - boca arriba- tantas cartas como jugadores haya de un mazo que contiene concesiones de minas (45 cartas) y eventos (15 cartas). Todos los jugadores tienen derecho a - y el deber de- escoger una de las cartas, siendo el ganador de la anteriormente citada subasta el primero en elegir. La elección de cartas continúa con el jugador de su izquierda.
Las cartas de concesiones de minas tienen tres atributos a considerar a la hora de interesarse por ellas: un pueblo/color determinado (de entre cinco), un valor de producción (de 1 a 7 monedas) y un número (del 2 al 12) que determina cuándo la mina produce oro. La función de los dos últimos atributos es bastante obvia: la tirada de producción al final del turno determinará qué minas producirán oro y en qué cantidad. Ahora bien, el pueblo/color de la mina es importante para la obtención de su Alcalde: el jugador con más concesiones de minas (mínimo dos) de un mismo pueblo/color recibe el peón de Alcalde de esa ciudad, que conservará mientras mantenga dicha mayoría. A partir de entonces, todo aquel que adquiera (forzadamente o no) una concesión de mina de ese mismo pueblo/color deberá pagarle al dueño del Alcalde tantas monedas como concesiones tenga éste último en ese momento (comienza el puteo...
).
Las cartas de evento, por su parte, permiten realizar acciones tales como expropiar a otro jugador una de sus minas (
Expropiación), destruirsela (
Dinamita), robarle dinero (
Atraco) o hacer que lo pague al banco (
Tahúr) por citar algunas (¡hala!, más puteo...
)
Las cartas de eventoDicho esto, es evidente que el orden de selección de las cartas por parte de los jugadores es fundamental; es aquí donde entra en juego el ingenioso mecanismo de compensación de la susodicha subasta: el jugador que ha realizado la puja más alta (el primero en elegir) paga todo el dinero al jugador de su derecha (el último en elegir); éste se queda con la mitad del dinero (redondeando hacia arriba) y le pasa el resto al jugador de su derecha, quien, a su vez, hace lo mismo; así hasta que todo el dinero se ha repartido. Con esto se consigue que los últimos en escoger carta reciban, como compensación, más dinero que los primeros (por cierto, el ganador de la subasta no recibe nada del reparto de su dinero aunque le llegara algo
).
Los turnos son rápidos y pueden resumirse así:
1. Se sacan las cartas del mazo.
2. Se realiza la subasta. El ganador elige primero y después se continúa a izquierdas. El dinero que éste ha pagado se reparte a derechas.
3. Se escogen las cartas (concesiones de minas o eventos).
4. Se tiran los dados de producción. Todas las minas cuyo número coincida con el resultado que muestren los dados producen oro.
El juego acaba al final del turno en el que se saca la última carta del mazo. Cada jugador suma el dinero que tiene y el valor de producción de sus minas; a esto añade un +5 por cada uno de sus Alcaldes y así obtiene su puntuación final. Gana aquel jugador que, oh sorpresa, tenga más puntos.
ComponentesTanto cartas como fichas y peones de madera tienen una calidad más que aceptable. Incluso las "monedas" (que son como fichas de póker) son agradablemente manejables y cumplen a la perfección su función.
TemáticaDe todos es sabido que los
Eurogames no tienen su fuerte en la temática. Aún así, la ambientación escogida para este juego (el Salvaje Oeste en plena fiebre del oro) está bastante lograda, merced en gran parte a unas ilustraciones que, según el propio B. Faidutti comenta, tuvieron que pasar cierta censura...
Factor DiversiónAlto. Boomtown es un juego con una buena dosis de azar y algo de caos (es un Faidutti
, no lo olvidemos). No obstante, es la subasta (donde no hay azar) la que realmente marca la diferencia: hay que saber cuando pujar fuerte (por ejemplo, si vemos que el elegir en último lugar nos va a perjudicar más de lo que obtendríamos del dinero procedente del ganador de la subasta; eso sí, siempre dentro de un límite, no vaya a ser que gastemos más dinero en la puja del que fueramos efectivamente a perder
) o no pujar para ganar (por ejemplo, si vemos que el resultado de la subasta nos va a dejar como segundos a la hora de elegir, lo que no suele estar mal, ya que seguramente obtendremos una buena carta sin habernos gastado ni un duro... uhmm, claro que tampoco habremos recibido apenas nada del dinero del ganador de la subasta...
).
ConclusiónBoomtown es divertido, fácil de aprender y de corta duración (aprox. 40 minutos). Tiene cosas novedosas, como su subasta, y otras no tanto, como la tirada de producción (¿he oído Catan?) y que funcionan bien en conjunto.
Y sí, tiene bastantes elementos de put... ejem... quiero decir de "alejar a tu oponente de las condiciones de victoria"
; no obstante, su tono desenfadado hace que la sangre nunca llegue al río...
Boomtown en BoardGameGeekBoomtown en la web de Bruno Faidutti