Únicamente lo he jugado en solitario, unas diez partidas. El reto es derrotar a los quince planetas, siendo el planeta final el que más cartas tiene, lo que conlleva mayor despliegue y dificultad, esto alarga la partida incluso a más de una hora y es algo que me gusta. Hay que sopesar qué planeta atacar, teniendo en cuenta el despliegue del nuestro y nuestra mano de cartas y también lo que podemos conseguir para mejorarlo y encarar la batalla contra el planeta final con las mayores garantías.
Hay que gestionar la mano de cartas; utilizar una determinada carta o reservarla, descartar o no...
Los planetas tienen una composición distinta de satélites,pilotos, instalaciones, etc..
en cada partida y las razas del jugador y el enemigo también aportan jugabilidad y rejugabilidad.
Todavía me es pronto para ver los límites del juego, estrategias ganadoras y todas esas cosas.
Yo lo estoy disfrutando.