Yo me descojono. O lloro, la verdad es que no sé.
No dejará de asombrarme la ignorancia humana...
Lo gracioso de todo es que suele coincidir que los que no se creen que el hombre llegó a la Luna, no muestran ningún reparo en creerse lo de las caras de Bélmez, lo de marcianos con pollas de platino fecundando humanas para controlar la humanidad o cosas por el estilo e igualmente interesantes.
Pues nada, pásenselo bien.