Pero realmente tienes la sensación mientras juegas de que estás viviendo la caída del muro de Berlín?
Refloto porque ayer probé este Wir sind das wolk y quería compartir mi opinión con vosotros después de leer todo el hilo.Básicamente coincido con aquellos a quienes os ha dejado un poco frío. Soy plenamente consciente de que esto se trata de una primera impresión de una primera partida y que el juego está lleno de matices y sutilezas que, de buen seguro, harían que disfrutara más de él en posteriores partidas. El problema principal es la distancia entre lo que yo esperaba del juego y lo que verdaderamente es. Empezaré por la cuestión temática; tal como dicen algunos, yo tampoco fui capaz de meterme en el tema, y he de decir que a mí, de entrada, el contexto histórico que plantea sí me atrae. Esperaba algo más “político”, que la construcción del muro, por ejemplo, fuera exactamente eso: una construcción que pudieras ir elaborando, y no simplemente jugar una carta que está ahí toda la partida. Esperaba que la creación de la stasi afectara de una manera más “elaborada” a la partida y resulta que en nuestra partida no se dio el caso de que el Este la utilizara nunca. En fin, no me extiendo mucho más en este aspecto, porque al fin y al cabo todo se resume en lo que comentaré a continuación: yo me esperaba un “wargame político” de interacción directa e intensa, de control político de áreas/territorios y lo que me he encontrado es más bien un eurogame económico de “puteo”. Y es que el 50% del juego se basa en la construcción económica de tu lado de Alemania a través de fábricas. Tuve la impresión (al menos en parte, en ese 50%) de estar ante uno de esos típicos eurogames que no me gustan nada de estar cada uno montándose su “granja” aka chiringuito sin estar muy pendiente de lo que hace el otro, solo para putearlo de vez en cuando, jodiéndole sus infraestructuras con cartas “porque sí”. No digo que esté mal diseñado ni nada por el estilo, solo que ese no es mi estilo de juego.Por otro lado, sí que creo que adolece un poco de “oscuridad”, en el sentido de que no es muy limpio. Al menos en el lado Este, entre fábricas, caminos, cubitos de descontento, cubitos de socialistas, piezas hexagonales de nivel de vida y marcadores de descontento en masa se monta cierto batiburrillo en el tablero que tampoco ayuda a la fluidez de la partida. Y, por supuesto, tampoco ayuda al desarrollo del juego esa falta de nitidez y elegancia en las minireglas que también se ha comentado bastante (compara la menor de las fábricas de aquí y compárala con la mayor de cada una de tus regiones y luego suma el resultado al track de dinero y réstalo a tu nivel de… A mí estas cosas me sacan mucho de las partidas).Para concluir, curiosamente a mí lo que más me gustó (dejando de lado el tema de la “farragosidad” de las minireglas) es la fase final, en la que por fin existe esa interacción directa que echo de menos durante la fase de cartas, donde por fin ves para qué sirve todo lo que has hecho y empiezas a influir con tu nivel de vida en las regiones enemigas o con tus socialistas en tus territorios, cuando ves que se escapan disidentes de tu sistema de un país a otro, etc. Pero para ese momento yo ya me he rayado demasiado conectando fábricas, subiendo su nivel y comparándolas con las del otro, rehaciéndolas de nuevo cuando me la han bajado porque sí… como si estuviera jugando a Alta tensión…
Cita de: Zanbar Bone en 13 de Abril de 2022, 08:27:20 Refloto porque ayer probé este Wir sind das wolk y quería compartir mi opinión con vosotros después de leer todo el hilo.Básicamente coincido con aquellos a quienes os ha dejado un poco frío. Soy plenamente consciente de que esto se trata de una primera impresión de una primera partida y que el juego está lleno de matices y sutilezas que, de buen seguro, harían que disfrutara más de él en posteriores partidas. El problema principal es la distancia entre lo que yo esperaba del juego y lo que verdaderamente es. Empezaré por la cuestión temática; tal como dicen algunos, yo tampoco fui capaz de meterme en el tema, y he de decir que a mí, de entrada, el contexto histórico que plantea sí me atrae. Esperaba algo más “político”, que la construcción del muro, por ejemplo, fuera exactamente eso: una construcción que pudieras ir elaborando, y no simplemente jugar una carta que está ahí toda la partida. Esperaba que la creación de la stasi afectara de una manera más “elaborada” a la partida y resulta que en nuestra partida no se dio el caso de que el Este la utilizara nunca. En fin, no me extiendo mucho más en este aspecto, porque al fin y al cabo todo se resume en lo que comentaré a continuación: yo me esperaba un “wargame político” de interacción directa e intensa, de control político de áreas/territorios y lo que me he encontrado es más bien un eurogame económico de “puteo”. Y es que el 50% del juego se basa en la construcción económica de tu lado de Alemania a través de fábricas. Tuve la impresión (al menos en parte, en ese 50%) de estar ante uno de esos típicos eurogames que no me gustan nada de estar cada uno montándose su “granja” aka chiringuito sin estar muy pendiente de lo que hace el otro, solo para putearlo de vez en cuando, jodiéndole sus infraestructuras con cartas “porque sí”. No digo que esté mal diseñado ni nada por el estilo, solo que ese no es mi estilo de juego.Por otro lado, sí que creo que adolece un poco de “oscuridad”, en el sentido de que no es muy limpio. Al menos en el lado Este, entre fábricas, caminos, cubitos de descontento, cubitos de socialistas, piezas hexagonales de nivel de vida y marcadores de descontento en masa se monta cierto batiburrillo en el tablero que tampoco ayuda a la fluidez de la partida. Y, por supuesto, tampoco ayuda al desarrollo del juego esa falta de nitidez y elegancia en las minireglas que también se ha comentado bastante (compara la menor de las fábricas de aquí y compárala con la mayor de cada una de tus regiones y luego suma el resultado al track de dinero y réstalo a tu nivel de… A mí estas cosas me sacan mucho de las partidas).Para concluir, curiosamente a mí lo que más me gustó (dejando de lado el tema de la “farragosidad” de las minireglas) es la fase final, en la que por fin existe esa interacción directa que echo de menos durante la fase de cartas, donde por fin ves para qué sirve todo lo que has hecho y empiezas a influir con tu nivel de vida en las regiones enemigas o con tus socialistas en tus territorios, cuando ves que se escapan disidentes de tu sistema de un país a otro, etc. Pero para ese momento yo ya me he rayado demasiado conectando fábricas, subiendo su nivel y comparándolas con las del otro, rehaciéndolas de nuevo cuando me la han bajado porque sí… como si estuviera jugando a Alta tensión…Una cosa clara es que los gustos y lo que busca cada uno en un juego es todo un mundo y totalmente subjetivo, así que nada que decir en este aspecto 🤗Pero si me gustaría dar mi opinión, tras haber jugado bastantes partidas, a lo que he remarcado en negrita de tu exposición:Para nada es un juego de montarte tu chiringuito sin estar pendiente de lo que hace el otro, al contrario, has de estar muy pendiente de cada jugada que haces y de cada jugada que hace el contrario.Todo lo que se hace se hace por algo, buscando un resultado concreto a largo plazo (final de década), y no puedes “equivocarte” porque un error de cálculo o un despiste te puede costar la partida que tenías perfectamente encarrilada.Y desde luego (siempre según mi opinión, repito), nada “se jode porque si”. Cada cosa que le desmontas al otro, cada cubo de descontento que se pone o se quita, cada fábrica que construyes, etc…, normalmente lo haces porque tienes muy claro que es “esa” fábrica/infraestructura la que tienes que destruir/construir, o “ese” descontento el que poner/quitar, o “ese” track el que te es imprescindible mover, porque te va la partida en cada jugada.Después ya viene la parte en que el “análisis” de la situación de partida en cada momento que hace cada jugador le haya llevado a tomar las decisiones correctas o no, que es otro tema. Y eso se ve en la resolución de década, que como ya se ha comentado, hasta que no se tiene cierta experiencia con el juego puede ser bastante opaca 🤷♂️Por otro lado, jugando cada uno a lo suyo sin mirar mucho lo que hace el otro, el final de década puede ser como una lotería en la que gane uno, gane el otro, o se pase a la siguiente década, sin saber muy bien por qué de ese desenlace…