En debate tiene sentido desde varios enfoques:
1) Reflexionar si tiene demasiado sentido tener cientos de juegos "duros", de los de +3 horas de duración y +5 jugadores, que dependiendo de las circunstancia de cada uno pueden ser tan difíciles de sacar a mesa que quizá juegues una partida al año. Si apenas voy a poder montar una partida así de pascuas a ramos ¿no sería más lógico asumir que es mejor centrarse en lo que sí voy a jugar, sea lo que sea? Eso no significa renunciar a informarte, leer información, manuales etc., ni siquiera renunciar a comprar, por puro capricho, ese tipo de juegos (no digo que lo defienda, digo que me parece respetable y comprensible), pero igual nuestras "expectativas" deberían ser más realistas.
2) Valorar lo que nos estamos perdiendo de muchos juegos porque no les estamos dando las partidas que necesitan. Soy de los que piensan que una mayoría de juegos cuando realmente se disfrutan plenamente es cuando tienes cierto "dominio", y que las primeras partidas de muchos juegos pueden ser "disfrutables", qué duda cabe, pero estás tocando "la superficie de las sensaciones y opciones" que permite el juego. Si apenas tenemos opciones de jugar esos juegos largos y cada vez que lo hacemos sacamos un juego nuevo...quizá nos estemos perdiendo muchísimo de las experiencias de juego.