Me cuesta plantear la pregunta pero siempre ha dado vueltas en mi cabeza.
Personalmente no comprendo del todo dónde radica la diversión de los LCGs (no es poner en duda que puedan ser divertidos), pero me ocurre desde la ignorancia de no haberlos jugado. Un juego bien diseñado da para muchas vueltas mentales, partidas y partidas, un relato que surge de la interacción entre jugadores. Con los LCGs es necesario actualizar y actualizar para que aquello fluya. ¿Se trata de una diversión compulsiva, más parecida al placer de comprarse un fascículo cada semana y mantener así la impresión de frescura, un constante recordatorio que justifica seguir dedicándole tiempo? ¿o la profundidad del juego va ganando a medida que se añaden más y más cartas al pastel?
Me viene a la cabeza algo como Netrunner.
Agradeceré vuestras opiniones.