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Cubil Juegos

HORUS (Reseña de Cubil Juegos)
« en: 28 de Agosto de 2014, 08:36:49 »
Autor: H. Jean Vanaise
Trabajo artístico: Pete Fenlon
Número de jugadores: 2 - 4
Edad: a partir de 10 años
Duración: 1 hora aproximadamente
Fabricante: Devir
Año: 2008
Idioma: español
Dependencia del idioma: mínima (solo manual)
Superficie de juego: mesa pequeña para 2 o 3 personas


-¿Hacéis reseñas de juegos que ya no se venden?
-Sí. Si el juego nos gusta.


Muchas veces, los aficionados a los juegos de mesa, jugadores, escritores y lectores, nos obsesionamos con las novedades y nos centramos en analizar milimétricamente cada juego nuevo, incluso a veces antes de que salga al mercado.

Desde luego, una reseña tiene una función práctica, que es informarte sobre un juego y ver si se ajusta a tus gustos, pero a veces parece que si son antiguos o están descatalogados no merece la pena revisarlos.
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En Cubil Juegos, somos totalmente contrarios a esta idea. Es por eso que, en su momento, inauguramos la sección retro y a veces nos marcamos reseñas como esta de Horus, que sin llegar a clásico lleva tiempo descatalogado.

Tampoco es que se trate de escribir sobre cualquier antigualla que tengas entre manos, pero sí desde luego, seguimos decididos a hablar sobre juegos que pensamos que lo merecen, aunque desgraciadamente solo se encuentren de segunda mano.

Me gustaría darle un repasito a Horus y hablar de por qué me parece tan buen juego, por si alguien tiene opción de hacerse con un ejemplar o simplemente quiere bichearlo por curiosidad.

Hablemos de Horus, que se ha ganado un sitio en nuestro blog por méritos propios y por la cantidad de horas de diversión que nos ha dado.

En una partida desplegada, comprobamos su aspecto esquemático, pero elegante.

¿De que va?

Horus es un juego para 2 a 4 jugadores, que se basa en la colocación de losetas, pero que va apoyado por un sistema de cartas. En general, todo es bastante sencillo, pero es de esos juegos de aprender a jugar muy rápido y luego irle cogiendo más vicio.

Como se imagina uno por el título, el juego está ambientado en el Antiguo Egipto. A lo largo de Valle del Nilo y a orillas de sus cambiantes aguas, hombres poderosos se disputan las tierras más valiosas, con el objetivo de hacerse con más poder. Esto lo conseguirán haciendo crecer sus presencia y obviamente, evitando que los rivales se expandan demasiado.

En este sentido, nos vale perfectamente de excusa para que nos pongamos a rivalizar, que es lo que nos gusta.

Aspecto

En este apartado es en el que podríamos decir que el juego destaca menos. Aunque también será cuestión de gustos. Nadie diría desde luego que es un juego a la americana, porque es totalmente esquemático. Tanto las cartas, como las piezas de territorio y marcadores presentan un aspecto súper sobrio.

Las piezas de territorio, además del color que las distingue, llevan unos dibujitos decorativos rollo egipcio, que aunque no tengan efectos sobre el juego, las hace más interesantes.

Los colores son bastante apagados y se ha huido claramente de los colorines. El aspecto general del juego a lo largo de la partida será el de un río cuadriculado, rodeado de regiones formadas por piezas de territorio del mismo color.

Bueno, entonces ¿el juego es feo? Pues no es feo para nada. Toda esta sencillez es claramente intencionada y resulta en un aspecto elegante, muy acorde con la sensación de seriedad de su ambientación y la zona en la que se está desarrollando la acción. Recuerda un poco a Tigris y Eúfrates en este sentido (y también en otros).


Piezas de territorio con motivos egipcios. Los animalitos son meramente decorativos.

Sistema de juego

Como hemos dicho, el juego tiene un sistema bastante sencillo.

Cada jugador tiene 5 cartas de acción  y 20 marcadores de influencia de su color, que irá colocando a lo largo de los territorios.

En su turno, cada uno de los  jugadores coge al azar una pieza de territorio de la bolsa de tela y la coloca adyacente a una que ya esté en juego (sí, es bastante acarcassonnado en este sentido). El objetivo es formar y controlar zonas lo más grandes posible de losetas del mismo color.

A continuación, usaremos una de nuestras cartas para colocar una nueva loseta del color que indique, cogiéndola de uno de los montones de cada color, que habremos apilado antes de empezar. Esta loseta, la colocaremos también adyacente a una de las que ya están en juego.

Para terminar, pondremos un marcador de influencia de nuestro color en un territorio que esté formado por tantas losetas como diga la carta que hemos jugado, que se repondrá para tener 5 al final de cada turno.

La partida se desarrollará de esta forma hasta que 2 de las pilas de losetas disponibles se agoten. En este momento se hace recuento de puntos de victoria contando el número de losetas en las regiones pertenecientes a cada jugador, que son obviamente las que tengan más marcadores de su color.

Hay alguna cosa más como la carta de transporte fluvial, la posibilidad de ir cambiando el curso del río, las islas, la colocación de necrópolis y por supuesto, el templo de Horus, que hará puntuar doble. Todos estos aspectos le dan al juego algo más de profundidad y son todos ellos muy acertados.

A grandes rasgos, esto es lo que nos encontraremos cuando juguemos a Horus. Más que suficiente para darle un poco al coco y proporcionarte horas de diversión.


Las cartas de acción permiten colocar piezas de territorio y marcadores de influencia.

Conclusión

La verdad es que releyendo lo que he escrito más arriba, no da la impresión de que sea un juego que destaque demasiado. Error total.

Seguramente el motivo sea que es de esos juegos que, aun sin ser súper vistosos ni innovadores, tienen otro tipo de atractivo, que se ve más globalmente y solo cuando se juega.

Horus no es un juego hecho para entrar por los ojos claramente y su verdadero fuerte reside en otras cosas.

Tiene algo de azar naturalmente, ya que se van cogiendo cartas y losetas, pero casi siempre habrá algo útil que hacer con lo que te vaya tocando. Al menos podrás irte preparando futuras jugadas o simplemente fastidiar al rival, que es algo propio de los juegos de losetas y que gustará a los amantes del factor puteo.

El sistema de juego, aunque tiene personalidad propia, podríamos decir que tiene algo de Tigris y Éufrates, mezclado con Carcassonne. Lo cual, no podía ser malo.

Dada su duración, el juego se presta a echar una partida y la revancha (suele picar) y aunque funciona perfectamente para 3 y 4 jugadores, parece que muestra su esplendor  jugando contra otra persona. Para mi gusto, su fuerte es como juego para 2 jugadores.

Curiosidades y briconsejos

- Aunque es bueno hacer regiones grandes, hay que tener siempre muy en cuenta que ninguna región puede llegar a dar más de 10 puntos de victoria. Así que una vez que controles una que ya te de esa cantidad, céntrate en otras zonas.

- La carta de transporte fluvial es súper importante. Cada jugador solo podrá usarla una vez por partida, así que hay que hacerlo con sabiduría. Su función es mover a lo largo del río uno de tus marcadores, con destino a una loseta libre en otra de las regiones que también esté a orillas del río. Esto puede cambiar radicalmente el curso de la partida. Si la usas demasiado pronto, ya sabes que los que vayan detrás tienen vía libre para hacer lo propio cuando les plazca. Es mejor reservarla para el final o para momentos críticos.

- Como hemos dicho, el juego está agotado en el fabricante y sin fecha anunciada para reediciones ni impresiones, así que tocará tirar de la segunda mano. No es un juego demasiado popular y tampoco era de los caros (su PVP era 30 euros), así que no debería ser difícil encontrarlo baratito.

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« Última modificación: 28 de Agosto de 2014, 10:25:43 por Cubil Juegos »
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