Raro es que puedas permanecer en la misma localización más de dos turnos sin que la entrada se infeste de zombies y acaben dándose un buen banquete. Revísalo porque es posible que estés saltándote la regla de reposición de Zombies al final de turno.
Para mí, el juego es mucho más que rebuscar. Es ver qué hacen los demás, colaborar para superar la crisis (o saborearla), contribuir con alimento, limpiar el vertedero, guardarte las cartas clave y mentir como un bellaco... Sigue siendo un fijo en mi ludoteca.